Sánchez y el PP protagonizan una comparecencia caótica en el Senado: "Esto es un circo"

MadridEl PP quería someter a Pedro Sánchez en la comisión del caso Koldo/Ábalos del Senado, pero en ocasiones como éstas sabe cómo desesperar a la formación conservadora, hasta que se impone el caos. El presidente español se puso la chaqueta de líder del PSOE para confrontar las acusaciones de corrupción de la derecha y la discusión se convirtió en un nuevo capítulo del "y tú más" entre los dos grandes partidos del Estado. "Creo que esto es un circo", espetó Sánchez desde el principio. El espectáculo ha llegado sobre todo al final, durante el tenso interrogatorio del senador del PP Alejo Miranda de Larra, impotente ante las respuestas del presidente español, algunas evasivas y otras directas. "Había un circuito de dinero negro en la calle Génova, no en Ferraz", ha dicho Sánchez, que se ha ido "muy satisfecho" de la comisión.

A modo de anécdota, el jefe del ejecutivo del Estado ha sorprendido con el uso de unas gafas que hasta este jueves no había mostrado públicamente. Sánchez se las ponía cuando debía consultar entre un montón de papeles, lo que constataba que su equipo había preparado a fondo la comparecencia. Una de sus tácticas fue jugar con el tiempo y dejarle correr haciendo respuestas largas aunque la pregunta fuera muy concreta, como cuando el PP pidió si su mujer había influido en el rescate de Air Europa y Sánchez se puso a dar contexto sobre las consecuencias de la pandemia en las empresas. "Renuncio a la pregunta", se resignaba Miranda, que mezcló múltiples temas e, incluso, reclamó a Sánchez que dijera si está a favor del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. El senador del PP sí ha logrado dejar en evidencia al presidente español cuando no ha querido responder si su hermano residía en Portugal mientras supuestamente trabajaba en España.

En otras ocasiones, Sánchez ha optado por el sarcasmo. Cuando la senadora de Unión del Pueblo Navarro, María Mar Caballero, le ha preguntado "quién iba al Peugeot [el coche con el que Sánchez hizo la campaña de las primarias del PSOE en el 2017 acompañado, entre otros, por Santos Cerdán, Ábalos y Koldo]", el presidente español se ha puesto en rio. "¡Depende del día!", contestó. El más indignado con la actitud del compareciente ha sido el presidente de la comisión, Eloy Suárez, del PP, quien le ha acusado de "faltar al respeto" en el Senado. Sobre todo cuando Sánchez insistía en hablar de la "comisión de la difamación" para referirse a ese grupo de trabajo sobre las presuntas corruptelas que salpican al PSOE.

En todo momento la estrategia de Sánchez ha sido sacudirse las responsabilidades por la presunta corrupción de sus excolaboradores –Santos Cerdán y José Luis Ábalos– y señalar el historial de corrupción del PP. Se refirió a la corrupción en las etapas de José María Aznar y Mariano Rajoy acreditada por los tribunales, pero también hurgó en la situación de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y la caída de Pablo Casado en el PP para denunciar las comisiones del hermano de la presidenta madrileña durante la pandemia.

"En el PSOE no existen los sobresueldos. Otros partidos tienen estos sobresueldos sin declarar y en negro", ha subrayado. Suárez llegó a exigir a Sánchez que no hablara más de la Gürtel si él se negaba a responder sobre algunas cuestiones que no estuvieran directamente relacionadas con el caso Ábalos. En todo caso, Sánchez reiteró que los pagos en efectivo al PSOE se hacían para liquidar gastos anticipados por dirigentes del partido con motivo de su cargo –viajes, alojamientos o dietas– y siempre presentando la factura. Incluso él habría recibido dinero en metálico por tareas como secretario general socialista, repitió, si bien puntualizó que nunca más de 1.000 euros de golpe.

Moncloa ya había avisado de que Sánchez no aportaría ninguna información nueva. Efectivamente, no ha cambiado de versión respecto a la destitución de Ábalos en el verano del 2021. ¿Tenía alguna sospecha sobre su consumo de prostitución? ¿Y sobre el presunto cobro de comisiones irregulares? "¿Hasta cuándo fingirá que no sabía nada?", le ha pedido Caballero. El presidente español ha insistido en que el cese del exministro de Transportes y ex número tres del PSOE se debía al final de la pandemia, a la entrada de la desescalada ya la necesidad de un "impulso" al ejecutivo del Estado, pero no para encubrirlo.

¿Juntos, en la oposición?

Lo mismo día que la militancia de Junts debe decidir sobre la ruptura con el PSOE, Sánchez ha rebajado la decisión de la formación de Carles Puigdemont aprovechando el frente a frente con el senador Eduard Pujol. "Cuando dicen ustedes que han pasado a la oposición no lo entiendo mucho, porque siempre han dicho que ya estaban allí", ha dicho con tono burlón. A Sánchez no le ha gustado el tono de Pujol y ha terminado sugiriéndole que "no sea tan condescendiente". "El paternalismo es un hábito bastante conservador en este país, veo que no sólo en el conservadurismo español", le ha dicho. Entre otras cosas, el senador de Junts le preguntó si "pondría la mano al fuego por Pedro Sánchez" y le recriminó cierta inocencia ante la guerra sucia de las cloacas del Estado contra los adversarios del PP, sea el PSOE o el independentismo en la época de la operación Catalunya. "Uno podría pensar "pobre Pedro Sánchez, que en el colegio le robaban el bocadillo"", ha anotado Pujol.

Durante la comparecencia, Sánchez ha encontrado aliados como el senador de ERC Joan Queralt, quien ha hablado de una comisión "inquisitorial", el de Compromís, Enric Morera, que ha terminado expulsado de la sala, y el portavoz de EH Bildu, Gorka Elejabarrieta, que le han invitado a ir más allá de más lawfare. El senador abertzale se abonó a la tesis de la defensa de Cerdán que está encarcelado por ser el interlocutor de las formaciones que apoyan al gobierno español, pero Sánchez se limitó a ratificar que hay causas judiciales que tienen un "impulso político" detrás –sin concretar cuáles–, consecuencia de la "mañana".