Sánchez y Felipe VI esquivan la fuga de Juan Carlos I un año después

El presidente español elogia el "compromiso con la transparencia" del rey a pesar de no haber adelantos

4 min
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y la cabeza del Estado , Felipe VI , a Marivent

MadridEn política, un año acostumbra a ser una eternidad –España vivió un auténtico terremoto en cuestión de días a raíz de la moción de censura fallada en Murcia–, pero puede ser también un periodo muy corto. Sobre todo para provocar cambios en la monarquía española, con más de cuatro décadas de vida en etapa democrática. Ni la fuga de Juan Carlos I, uno de los episodios más trascendentales de la institución (tal vez el que más) la ha movido un milímetro. Felipe VI y Pedro Sánchez han despachado este martes en el palacio de Marivent, en Palma, justamente 365 días después de que el emérito se fuera del país, y el presidente español mantiene intacto el mensaje de agosto de 2020: el jefe del Estado está “comprometido con la transparencia” y la “modernización” de la Corona. Las mismas palabras y los mismos hechos: ninguno.

Tanto es así que en la tradicional reunión previa a las vacaciones de verano el monarca y el presidente no han abordado la situación de Juan Carlos I, según ha revelado Sánchez, a pesar de la confidencialidad que rige cualquier encuentro con Felipe VI. “No, no, no lo hemos planteado”, ha admitido. A preguntas de los periodistas, el jefe del ejecutivo sí que ha tenido que responder sobre la efeméride, pero no ha mencionado a Juan Carlos. Se ha limitado a reiterar por enésima vez que su gobierno tiene un “compromiso con todas las instituciones”, incluida la monarquía, y a elogiar al actual rey. 

“Me complace cómo está comprometido con la actualización y transparencia de la casa real”, ha añadido. No ha podido especificar en qué se han traducido estas proclamas y, en una respuesta posterior, ha introducido un matiz que prueba que nada ha cambiado en el último año: “Valoramos muy positivamente el ejercicio de transparencia y actualización que a lo largo de su reinado el rey Felipe ha ido desplegando en la Corona”.

Queda lejos la prohibición de aceptar regalos que Felipe VI instauró en 2014 cuando accedió al trono y que ponía fin a una práctica habitual de su padre, así como la publicación de la distribución de la asignación presupuestaria anual en la página web de la casa real. La promesa que Sánchez comunicó a los españoles es que la Zarzuela andaría hacia una monarquía propia del siglo XXI y en su discurso de antes de Fin de año, el diciembre pasado, habló de “rendición de cuentas”. “Vamos paso a paso. Ya irán conociendo cómo se materializa la hoja de ruta de renovación de la Corona en cuanto a la transparencia y la ejemplaridad”, dijo hace medio año el presidente español, que insinuó la posibilidad de elaborar una ley que regulara la institución.

Poco a poco se fue enfriando este escenario –algunos aspectos podrían requerir una reforma constitucional y/o la necesidad de impulsar una ley orgánica, que requiere una amplia mayoría en el Congreso – y hace meses que el debate sobre la renovación de la monarquía está guardado en un cajón, como mínimo públicamente. “Hoy no toca”, aducen desde la Moncloa en relación a la inconcreción de Sánchez, y añaden que el despacho con el rey en Marivent no era el foro donde abordar el camino hacia esta supuesta modernización.

La fecha ha suscitado el interés mediático por la situación del emérito, pero Sánchez no llegaba con la presión de hace un año, cuando todavía no se conocía el destino de Juan Carlos I –el jefe del ejecutivo consideraba que lo tenía que hacer público la Casa del Rey– y se reveló el secretismo con el que el antiguo hueso de Sánchez había coordinado la salida con la Zarzuela. Entonces el ex vicepresidente segundo del gobierno español, Pablo Iglesias, tensó la cuerda reabriendo el debate sobre el modelo de estado, a pesar de que sin poner en peligro la coalición porque el interés último era no hacerlo a pesar de las discrepancias en asuntos de gran importancia.

Belarra levanta el tono

Este martes la nueva líder de Podemos, Ione Belarra, ha reabierto heridas calificando “de indigna” la fuga y denunciando los “escándalos de corrupción” y la “impunidad” de la que disfruta el emérito, pero la sangre no ha llegado al río. Sánchez ha ignorado sus palabras y la portavoz del gobierno español, Isabel Rodríguez, ha apuntado que “cada uno es responsable de sus declaraciones”. Aunque en la Moncloa haya podido molestar que Belarra se expresara así como ministra, en el espacio de Unidas Podemos reina un nuevo estilo, menos combativo en los medios, propugnado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que no ha mencionado la efeméride.

En el Congreso, en cambio, durante los últimos meses no han sido pocos los intentos de Unidas Podemos y de las formaciones soberanistas para crear comisiones de investigación, siempre vetadas por la triple derecha y el PSOE. El portavoz lila en la cámara baja, Pablo Echenique, ha manifestado que su formación no dejará de intentar “investigar esta vergüenza nacional”, en referencia a los movimientos de dinero en el extranjero que, ha subrayado, Felipe VI conocía, tal como se desprendía del comunicado del 15 de marzo de 2020 en que acordaba la retirada de la asignación económica a su padre. Con el transcurso de un año casi se ha normalizado el goteo de informaciones sobre actividades turbias del rey emérito: si Sánchez observaba con preocupación las noticias “inquietantes” y “perturbadoras ” de Juan Carlos, ahora surfea las preguntas con un discurso invariable.

¿A qué espera el presidente español? Su equipo es consciente de que necesita el consenso del PP para abordar este frente y sus relaciones no pasan por el mejor momento. Además, las investigaciones de la fiscalía del Tribunal Supremo y del suizo Yves Bertossa continúan abiertas, de forma que los gestos podrían llegar una vez haya algún adelanto judicial. Como todo lo que afecta a la monarquía española, sin embargo, está revestido de opacidad y es un riesgo aventurarse a hacer pronósticos.

Triunfalismo sobre la recuperación económica

Sin cambios en el asunto monárquico, desde Marivent Sánchez ha querido hacer hincapié en la evolución que ha vivido España el último año, marcado por la pandemia. El eslogan que ha usado es "De la resistencia a la recuperación" y lo ha complementado con unos datos "extraordinarios" del paro conocidos este martes y unas perspectivas de crecimiento optimistas. "Podemos afirmar, con los datos de crecimiento del PIB y los extraordinarios datos de comportamiento de las afiliaciones laborales, que España está yendo directo a la recuperación económica", ha celebrado. "Hace un año España estaba resistiendo el embate del covid y hoy estamos en un escenario diferente", ha añadido.

El jefe del ejecutivo ha hecho una referencia velada a la actitud de otras fuerzas políticas en cuanto a la situación del país, sin explicitar la oposición frontal del PP. Sí que ha sido clara Rodríguez en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, en la que ha instado al líder conservador Pablo Casado a abandonar la táctica de "crispar por crispar". En este sentido, le ha sugerido un periodo de "reflexión" durante las vacaciones y que a su retorno se avenga a colaborar con el gobierno. Como mínimo, en la renovación de los órganos constitucionales pendientes, como el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de Cuentas.

stats