Crisis en el Govern

Los seis desenlaces posibles a la crisis del Govern

Poner punto y final a la coalición es una opción costosa para los dos partidos

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El presidente del Gobierno , Pere Aragonès, y el vicepresidente, Jordi Puigneró, durante el debate de política general

Barcelona"Día decisivo". Son las palabras de un cargo de Palau conocedor de todos los movimientos que se han sucedido esta mañana a raíz de la última crisis entre ERC y Junts. ¿Decisivo para qué? Esta es la pregunta del millón. Son tantas las crisis que han sufrido los dos socios de Govern que se hace difícil prever qué alcance podría tener la de este miércoles. Uno de los factores diferenciales es que, esta vez, el president Pere Aragonès no ha disimulado su enojo. Ya lo dejó ver este martes mismo en el tramo final del debate de política general y lo ha acabado de mostrar este miércoles anulando su agenda y convocando a todos los consellers. Descartada la cuestión de confianza por parte del propio Aragonès, estas son las seis salidas posibles, y a estas alturas es complicado saber cuál se acabará imponiendo.

1.

ERC expulsa a Junts del Govern

Hasta hoy era una opción remota. Cuando revienta una coalición, el manual dice que siempre hay que culpar al otro socio del divorcio y aparecer como víctima. Este ha sido siempre el guion de las dos únicas rupturas que ha habido en Catalunya desde la restauración de la democracia –el tripartito en 2006 y CiU en 2015–. Este miércoles, sin embargo, ya no es una opción tan improbable. Esquerra ha dado muestras de haber agotado la paciencia con Junts. Este movimiento tiene dos contraindicaciones: primero, que entrega a Junts el relato de poder denunciar que todo es culpa de ERC. El segundo, que difícilmente Aragonès podrá aguantar muchos meses más la legislatura –pasaría a depender del PSC para aprobar, por ejemplo, los presupuestos– y más temprano que tarde tendrá que acabar convocando elecciones.

2.

Junts sale del Govern

Desde Junts aseguran que no están ahora mismo en la pantalla de salir del Govern, sino de intentar que se "cumpla" el pacto de legislatura. Ahora bien, a nadie se le escapa que hace un mes lanzaron un ultimátum a los republicanos para intentar reconducir la situación y que, a pesar de las múltiples conversaciones que han tenido, Esquerra no se ha movido de su posición. El martes, en el debate de política general, el president se abrió a hablar de los tres temas "básicos" para Junts –crear la dirección estratégica del Procés, coordinarse en Madrid y que la mesa de diálogo hable de amnistía y autodeterminación–, pero no hay "concreciones" ni "garantías" para los de Borràs. Es por eso que sin haber obtenido nada de Esquerra, los de Junts se abocan a una consulta a la militancia este otoño sobre si se tienen que mantener en el Govern, una salida que varias fuentes cada vez ven más probable a pesar de que la mayoría de los consellers del partido se quieren quedar.

3.

Remodelación de 'consellers'

Esta es una opción que considera Junts per Catalunya en caso de que en la consulta de la militancia gane la opción de mantenerse dentro del ejecutivo. Se trataría de hacer un cambio de miembros del Govern para abrir una nueva fase, aprovechando una eventual salida del titular de Salud, Josep M. Argimon, que podría acabar haciendo tándem en la candidatura al Ayuntamiento de Barcelona con Xavier Trias –que todavía no ha tomado ninguna decisión definitiva–. En todo caso, esta posibilidad depende antes de lo que decidan las bases de JxCat.

4.

Convocatoria de elecciones

Otra salida sería que Aragonès decidiera avanzar las elecciones. Como president de la Generalitat, y como pasa con la cuestión de confianza, es el único que tiene la potestad para hacerlo. Por ahora no ha sido, sin embargo, una opción que haya tenido sobre la mesa. La cuestión es que haciendo este movimiento el jefe del Govern mostraría debilidad al no haber podido aguantar en su primera presidencia de la Generalitat ni siquiera dos años. De hecho, si Junts saliera del Govern o fuera expulsado, Esquerra es partidaria de intentar gobernar un tiempo en solitario para intentar marca perfil de gestión. También hay otro inconveniente añadido a tener en cuenta: según la demoscopia, el partido más fuerte en las encuestas es el PSC de Salvador Illa, y no ni Esquerra ni Junts. Ir a los comicios de manera inminente sería una opción arriesgada.

5.

Moción de censura

Junts ha pedido una cuestión de confianza a Aragonès, pero tomar una iniciativa de estas características solo es una prerrogativa del president, que ya ha dicho que en ningún caso quiere hacerlo. Ante esta negativa, lo que sí puede hacer Junts es tratar de impulsar una moción de censura. No parece un camino muy transitable. Para recorrerlo necesitaría el apoyo del PSC, con quien, además, tendría que consensuar un candidato a la presidencia de la Generalitat que se enfrentara a Aragonès. Para acabar de completar la operación los dos todavía necesitarían buscar algún apoyo más entre los comuns, la CUP o la triple derecha.

6.

No cambia nada

Solo por estadística tendría que ser la más probable. Desde que empezaron a gobernar juntos a principios de 2016, el matrimonio entre ERC y Junts siempre ha estado mal avenido, pero en cada crisis han encontrado una salida para seguir. Y después de cada elección, la excusa para volver a formar gobierno. En las últimas semanas, sin embargo, las confianzas parecen más rotas que nunca. Si la opción es seguir compartiendo ejecutivo sin hacer ningún cambio, esta vez será difícil justificar el motivo. Y, sobre todo, será muy difícil justificar ante la opinión pública y los respectivos electores que, esta vez sí, todo será diferente.

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