La gobernabilidad del Estado

Los retos de la nueva fiscal general del Estado: entre la “herida” y el incremento de la “autonomía”

Los fiscales conservadores y progresistas invitan a Teresa Peramato a “recuperar” el “prestigio” y “la autoestima” de la Fiscalía

Teresa Peramato durante la comparecencia en la Comisión de Justicia del Congreso
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MadridEn los próximos días, Teresa Peramato será nombrada formalmente nueva fiscal general del Estado. Después de recibir la idoneidad del CGPJ y de comparecer en el Congreso de los Diputados, falta que el rey certifique su nombramiento. Su aterrizaje en la calle Fortuny de Madrid –sede de la Fiscalía General del Estado– se precipitó después de que el Tribunal Supremo condenado Álvaro García Ortiz y que él, aunque todavía no se conoce la sentencia, renunciara al cargo. A continuación, el consejo de ministros activó la maquinaria de la sucesión. Cuando anunció su nombre, el ministro Félix Bolaños le instó a "continuar reforzando la autonomía" de la Fiscalía ya trabajar para "alcanzar la independencia y libertad de criterio".

Este jueves Teresa Peramato compareció en el Congreso, donde se comprometió a impulsar las "actuaciones y reformas precisas" para "seguir avanzando en autonomía", uno de los pilares fundamentales del Ministerio Fiscal. Ahora bien, sus primeros pasos estarán marcados por las secuelas de la condena a su predecesor: "Es una profunda herida que debe sanar, espero y deseo, bajo mi dirección y con el trabajo y esfuerzo de todos los fiscales", reconoció al inicio de su intervención. Y ha querido cuestionar las "dudas injustificadas" que se agitan sobre el Ministerio Fiscal por su estructura jerárquica: "Es desconocer el funcionamiento de la Fiscalía".

De hecho, consultadas por el ARA, todas las asociaciones de fiscales coinciden en que parte de los deberes que tendrá que hacer tiene que ver con la condena del Supremo. Cristina Dexeus, presidenta de la Asociación de Fiscales –mayoritaria y conservadora–, considera que, después de un tiempo "muy convulso", tendrá que "recuperar el prestigio" de la institución y la "imagen de imparcialidad" de los fiscales: "Sobre todo, que no se hable de nosotros", pide. Desde la Asociación Profesional Independiente de Fiscales (APIF) –que fue acusación popular contra Álvaro García Ortiz y le pedía seis años de cárcel, la pena más alta–, Miguel Pallarés subraya que el "cambio significativo" será hacer una "defensa de la independencia de los tribunales" y "censurar cualquier injerencia o ataque por parte".

Y en nombre de la Unión Progresista de Fiscales –que siempre ha pedido la absolución de Álvaro García Ortiz–, Félix Martín esgrime que es importante "recuperar la autoestima" y potenciar "la esencia del fiscal", que es "servir a la sociedad y proteger a las víctimas". El presidente de la UPF –una asociación que Peramato también lideró– cree que la nueva fiscal general deberá "muscular" a la Fiscalía de nuevo tras la sentencia del Supremo, que envía un mensaje "desmotivador" y supone un "paso atrás" en la autonomía de los fiscales para investigar "gente poderosa".

La "doble sombra" que percibe el PP y la divergencia entre Junts y ERC

Desde la Cámara Baja, el PP no está satisfecho con la elección de Teresa Peramato. María Jesús Moro cree que aterriza en la calle Fortuny con una "doble sombra" por el hecho de que Pedro Sánchez la haya propuesto y por las "actuaciones" de su antecesor. La diputada popular le anima a promover "acciones inequívocas y contundentes", como un código ético "muy exigente" y los "imprescindibles" contrapesos, para recuperar la "credibilidad" y el "prestigio" de la institución ya "obstinarse sin atajos ni excusas" a "borrar para siempre" la "gran borrar para siempre" Ortiz.

Los partidos independentistas discrepan sobre la condena a Álvaro García Ortiz. Por un lado, Josep Pagès (Junts) lo achaca a una "batalla entre facciones del régimen" que "no está relacionada con el ejercicio de derechos políticos", sino con "hechos presuntamente delictivos". Por otra parte, Pilar Vallugera (ERC) admite que "no es comparable" con la "deshumanización" del independentismo, pero sí reconoce que "rompe barreras" que hacen que "cada vez se puedan alterar más los límites democráticos de control de la disidencia".

Una "llamada pública" a los partidos

Teresa Peramato llegará a la Fiscalía un mes después de que el gobierno español registrara en el Congreso la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) que debe transformar las investigaciones penales para que las instrucciones dejen de estar en manos de los jueces y que sean los fiscales quienes las lideren –con la vigilancia de un juez de garantías–. Sin embargo, para que la modificación cristalice será necesario –entre otras cosas– que Junts avale la ley, algo que parece inviable tras la ruptura total de los junteros con el PSOE.

Con una Fiscalía "ampliamente preparada" y con "la experiencia necesaria" para ello, la futura fiscal general ha hecho un "llamamiento público" a los partidos para permitir que se apruebe la modificación: supone "el único vehículo idóneo para garantizar la igualdad" y permitiría dejar atrás una ley "obsoleta y agotada". Ahora bien, esto ha creado malestar en algunos partidos. "Parece que usted ha comparecido como candidata al ministerio de Justicia", le espetó Vox. Y Junts le reprochó que lo haya defendido con "excesiva intensidad".

Si este escenario llega, las asociaciones coinciden en que habrá que hacer un gran esfuerzo. La AF -que es partidaria de posponer la reforma unos años- cree que Peramato deberá ser "muy exigente en la reclamación de independencia" respecto al gobierno español. Cristina Dexeus apuesta por una "revisión muy profunda" de la carrera fiscal para determinar exactamente cómo se atribuyen los asuntos a cada fiscal en concreto y "evitar márgenes de posible arbitrariedad". Desde el APIF añaden que, si se les atribuye la investigación, "no sería oportuno" que el fiscal general pueda dar una "orden singular" o "tenga capacidad" de cambiar un determinado fiscal.

La UPF –que está alineada con el gobierno español y es partidaria de que la investigación recaiga en los fiscales– quiere que Peramato "tome la iniciativa" para que se apruebe la nueva LECrim con los "retoques" que sea necesario para garantizar una justicia "más rápida, más favorecida por las reformas para que las "asegure" fiscales tengan "autonomía". Además, Félix Martín le pide liderazgo para "lograr el consenso necesario para una reforma imprescindible" y "para que todo el mundo tenga la tranquilidad de que es el camino correcto".

Un nuevo edificio y nombramientos pendientes

Además, Teresa Peramato tendrá dosieres abiertos sobre la mesa. Álvaro García Ortiz le dará el relevo con la acomodación del ministerio fiscal en la nueva Ley de Eficiencia a la Justicia –aprobada a finales del 2024– todavía pendiente: deberá dictar instrucciones y circulares que su predecesor no ha tenido tiempo de rubricar. Además, en los próximos meses inaugurará una nueva sede de la Fiscalía, un proyecto en el que García Ortiz había puesto "muy empeño". Es el edificio contiguo a la sede principal, en la calle Fortuny, donde se trasladarán todas las unidades especializadas para evitar la dispersión actual. También deberá realizar algunos nombramientos: de un nuevo fiscal de sala de Medio Ambiente y de tres fiscales del Supremo.

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