Simular el cambio climático o un cerebro de ratón: el futuro de la supercomputación une a Cataluña y Japón
Salvador Illa cierra en Kobe y Kyoto el viaje al país nipón buscando alianzas en tecnología e investigación con Cataluña
Kobe / Kioto¿Cuál es el camino más rápido para evacuar una ciudad frente a un desastre natural? ¿Cómo impactará el cambio climático en nuestro entorno? ¿Cómo acelerar el desarrollo de una vacuna en plena pandemia? La respuesta a estas preguntas pasa por la supercomputación y los nuevos horizontes que abren las simulaciones que, a través de cálculos, permiten realizar los ordenadores más potentes del mundo. Y Catalunya, con el Barcelona Supercomputing Center, quiere dar un salto adelante en estos retos con su homólogo japonés, el Riken Center for Computational Science. Ambas instituciones ya colaboran desde el 2022, pero este jueves se han afianzado en esta alianza firmando un nuevo acuerdo de colaboración, aprovechando la visita de la delegación catalana encabezada por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el centro de Kobe.
El memorando lo ha firmado el presidente del BSC, Mateo Valero, y permitirá intensificar los intercambios de investigadores entre ambas instituciones públicas, al menos, durante otros tres años. En el superordenador japonés Fugaku –el otro nombre que recibe el monte Fuji– hay 432 cabinas con 158.976 módulos y, como en el barcelonés MareNostrum, también se empieza a trabajar en la supercomputación cuántica para realizar simulaciones con mucha más potencia.
Prevenir una DANA o un tsunami
Una de las líneas de trabajo más interesantes del Fugaku para el BSC es cómo los japoneses utilizan la tecnología para responder a desastres naturales (y, en particular, a los terremotos ya los tsunamis, que se prevén con una línea de sensores a lo largo de la costa japonesa para no perder ni un segundo frente a los primeros indicios). De hecho, Valero ha explicado que el BSC ha puesto en marcha un programa de colaboración con la Unidad Militar de Emergencias (UME) para reaccionar a catástrofes similares, como las DANA.
¿Pero cómo opera un superordenador para realizar estos análisis? Tanto el ordenador del BSC, el MareNostrum, como el Fugaku trabajan con lo que se llama gemelos digitales: son modelos que permiten experimentar científicamente con situaciones y escenarios reales, como el cuerpo humano o una ciudad. Ahora que ya trabajan con estudios sobre clima y movilidad, el siguiente gran reto para la supercomputación es la medicina. Por el momento ya se puede crear el gemelo digital del cerebro de un ratón, paso previo al de un humano, o estudiar la relación de los genes y el cáncer. A esto se le suma la inteligencia artificial, el último gran revulsivo de la supercomputación: "Con estas máquinas, la gente puede soñar. Con esta potencia de cálculo, pueden comprobar si es correcta cualquier idea que tengan", ha dicho Valero.
Los expertos no se atreven a poner fecha a cuándo se podría contar con una simulación completa del cuerpo humano, aunque ya se realizan estudios sobre el corazón y el aparato respiratorio (por ejemplo, de cara a un bypass) con hospitales punteros, también en Cataluña. Tras visitar el Fugaku, Salvador Illa ha destacado el reconocimiento de Valero en la institución japonesa y el valor de poner esta tecnología al servicio del interés público (y no del bolsillo privado). "La tecnología debe servir para compartirla todos", ha destacado el presidente, en la misma línea que Valero, quien ha advertido de que su potencial no puede quedar "en manos de cuatro ganapias con dinero" (en referencia a los grandes magnates tecnológicos). Con esta voluntad, el presidente también ha explorado este miércoles posibilidades de colaboración con el Kobe Biomedical Innovation Cluster.
Robots en Kyoto, nueva aliada catalana
Tras Kobe, Isla ha cerrado este jueves su viaje a Japón con la firma de un acuerdo de colaboración entre Catalunya y la gobernación de Kyoto, con la que se institucionaliza desde ahora la colaboración, por ejemplo, en el ámbito de la investigación y la innovación. Allí, en la sede del instituto de investigación ATR, ha conocido a Erica, el androide recepcionista, tras una bandera y una bandera de la jefatura de Kioto para celebrar la alianza, con la que se empezó a trabajar en el 2022. La tecnología es una de las carpetas donde ambos gobiernos están interesados en colaborar, por la colaboración de, personas mayores a través de androides.
Precisamente, Illa ha participado en un experimento que involucraba a otro humanoide, de nombre Shosa, diseñado para responder a los movimientos y gestos de sus interlocutores y establecer una comunicación no verbal. Este androide, diseñado por el famoso investigador Hiroshi Ishiguro, detecta los movimientos de quien tiene por delante gracias a un par de sensores. Ahora bien, cuando Salvador Illa se ha puesto delante, el robot se ha mantenido inmóvil. Tras varias pruebas infructuosas (con nervios de los responsables japoneses), el presidente se ha vuelto hacia la nube de periodistas, cámaras y miembros de su equipo tras él: "Lo estás asustando", ha bromeado. No iba tan desencaminado: un científico japonés ha pedido al grupo apartarse porque había "demasiada gente", y eso despistaba al androide. Minutos más tarde, el robot abrió los ojos y empezó a seguir los movimientos del presidente. Este viernes Isla viajará ya a Seúl, ciudad en la que cerrará la gira asiática que comenzó el lunes.