Tres semanas que explican el distanciamiento Borràs-Cuevillas

En privado, ya había expresado opiniones contrarias al rumbo de la presidenta

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Imagen de la presidenta del Parlamento , Laura Borràs, y el resto de la mesa el día de la elección.

BarcelonaSer secretario de la mesa del Parlament no era, ni mucho menos, la primera preferencia de Jaume Alonso-Cuevillas. Quien conoce bien a este abogado, todavía diputado de Junts per Catalunya, considera que sus aspiraciones iban más allá cuando aterrizó en la política catalana -era diputado en el Congreso de los Diputados-. Su pretensión era ser conseller. Pero hubo dos decisiones, en el marco del rompecabezas interno de Junts, que lo situaron como candidato predilecto para la mesa: el paso de Laura Borràs a presidir el Parlament y la negativa del hasta entonces vicepresidente de la cámara, Josep Costa -que renunció a coger el escaño-, a acompañarla como secretario. Después de esto, Borràs quiso situar a alguien de su confianza a su lado y creyó que el perfil ideal era Cuevillas, con el que ya había hecho tándem en el Congreso de los Diputados, jurista de profesión y con uno de los discursos más duros dentro de Junts. Su apuesta, sin embargo, ha resultado fallida: solo tres semanas después de su nombramiento, Cuevillas ha enmendado su estrategia y Junts lo ha apartado de la mesa.

El detonante fue una entrevista publicada el viernes en VilaWeb en la que Cuevillas cuestionaba abiertamente que se tuvieran que tramitar las resoluciones favorables a la autodeterminación y a la monarquía que pudieran comportar una inhabilitación. Ahora bien, las declaraciones públicas solo fueron el colofón de un distanciamiento entre Borràs y Cuevillas (al menos políticamente) que se gestaba ya desde hacía tres semanas. La primera señal de disonancia entre los dos dirigentes llegó en las primeras reuniones internas. Cuevillas ya había ido expresando sus dudas sobre la admisión a trámite de todas las resoluciones -este punto no se había cuestionado ni en 2017 ni en los últimos tres años- y sobre la necesidad de exponer a querellas a los miembros de la mesa por cualquier moción, aunque solo tuviera resultados simbólicos. El hecho es que la anterior mesa, presidida por Roger Torrent, ha sido objeto de querella por dos resoluciones que no tuvieron consecuencias prácticas sobre la autodeterminación y que este escenario se puede volver a repetir si los grupos parlamentarios presentan iniciativas similares -Junts llevaba en el programa ratificar todas las declaraciones de soberanía que se han hecho.

Pero Cuevillas no solo abrió este debate. La segunda señal de alarma para Borràs llegó con la delegación del voto de Lluís Puig, ex conseller exiliado, en el pleno de investidura. Cuevillas se abstuvo alegando un conflicto de intereses por haber participado en su defensa en el exterior. A pesar de que en ese momento Junts cerró filas con él, varios dirigentes consultados dudan de la versión que dio y afirman que el movimiento no gustó a Borràs. Además, remarcan que en el hecho no había riesgo de inhabilitación porque sobre la mesa actual todavía no pesa ningún aviso del Tribunal Constitucional. “Su abstención evidenció que no era el mejor lugar donde podía estar porque podía afectar a la mayoría independentista de la mesa, puesto que el Parlament está en el punto de mira”, señaló ayer a Catalunya Ràdio la propia Borràs, que añadió que la salida de Cuevillas de la mesa ya se había gestado antes de la entrevista.

Decisión rápida

Sea como sea, la publicación el viernes de la entrevista propició una decisión inmediata de Borràs, pero también del secretario general de Junts, Jordi Sànchez, y del ex president Carles Puigdemont. Cuevillas mandó un mensaje interno al grupo parlamentario para suavizar la situación, ya sin ninguna opción de frenar su relevo. Aurora Madaula, diputada de Junts, aspira a ser su sustituta -a pesar de que se valoraron otros nombres antes-, y su nombre se tendrá que votar en el próximo pleno en el Parlament. Puede ser en el mismo pleno en el que se invista a Pere Aragonès o en uno de “trámite” que se haga antes. Y es que después de Semana Santa la negociación entre ERC y Junts está fría: estos días se retomarán las reuniones formales pero todavía no se divisa un acuerdo inminente.

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