Migración

Unidas Podemos hace equilibrios con Melilla para no desacreditar a Sánchez

Rodríguez impide que Irene Montero se posicione sobre los hechos desde la sala de prensa de la Moncloa

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La ministra de Igualdad, Irene Montero, en la sala de prensa de la Moncloa

MadridA pesar de que es una de sus especialidades, Pedro Sánchez no parece tener intención de cambiar de opinión en cuanto al salto masivo a la valla de Melilla. Este lunes ha vuelto a exhibir complicidad con la actuación policial tanto de España como de Marruecos, a pesar de que los muertos se cuentan por decenas en una operación "bien resuelta", según el presidente español. Sus palabras han generado rechazo por parte de buena parte del arco parlamentario, incluido su socio de gobierno. Pero a Unidas Podemos no se la ha oído mucho en los últimos días y cuando ha empezado a reclamar explicaciones lo ha hecho con los equilibrios propios de quien no quiere molestar.

Los morados evitan discrepar públicamente del posicionamiento del presidente del gobierno español, pero empiezan a reaccionar: este lunes el grupo parlamentario ha registrado una iniciativa en el Congreso en la cual reclama que se abre una investigación independiente para aclarar los hechos y "derivar las correspondientes responsabilidades políticas y penales". El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha defendido que España trabaje en la identificación de las víctimas y que contacte con sus familiares, pero no ha querido valorar las palabras de Sánchez, que ha centrado su crítica en las mafias que trafican con seres humanos. "No me corresponde", se ha justificado. En esta línea, Unidas Podemos se ha desvinculado de la petición de comparecencia de Sánchez y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que han registrado formaciones soberanistas y de izquierdas del Congreso: ERC, Junts, CUP, EH Bildu, Más País, Compromís y BNG. Critican que la tragedia de Melilla es "consecuencia de las políticas migratorias de la UE y el nuevo acuerdo entre España y Marruecos".

En paralelo, se ha vivido una escena inédita en la sala de prensa de la Moncloa: la portavoz del gobierno español, Isabel Rodríguez, ha contestado todas las preguntas sobre la tragedia, aunque fueran dirigidas a la ministra de Igualdad, Irene Montero, que comparecía para presentar la aprobación de la ley trans. "Responderé yo a todas las preguntas sobre Melilla", ha dejado claro la titular de Política Territorial. Y así ha sido hasta en cinco ocasiones. Se ha evidenciado que Montero tenía prohibido expresar el posicionamiento de Unidas Podemos sobre Melilla y el veto público ha dejado a la ministra con el rostro desencajado. Ni siquiera ha podido decir si su silencio impuesto implicaba o no compartir las explicaciones de la portavoz. Su equipo asegura que hay que preservar el "respeto a la comunicación oficial" del gobierno español, que estaba pactado que Montero no hablaría sobre Melilla y que en comparecencias anteriores ya ha pasado que no responde sobre cuestiones ajenas a su ministerio desde la sala de prensa de la Moncloa.

El entorno a la ministra ha explicado después de la rueda de prensa que su posicionamiento no era el de Rodríguez, sino el del espacio de Unidas Podemos. La portavoz del ejecutivo del Estado ha reiterado que el objetivo es "combatir las mafias" para que no se vuelvan a repetir acontecimientos como el del pasado viernes. Rodríguez ha iniciado su intervención admitiendo que a cualquier persona se le "encoge el alma y el corazón" viendo las imágenes, pero ha manifestado que la tarea del gobierno español es "velar por la integridad del país" y ha reconocido la tarea policial. En la misma línea, Sánchez expresa en una entrevista a La Vanguardia que las víctimas de las mafias son los mismos migrantes, los ciudadanos de Melilla y Ceuta y las fuerzas y los cuerpos de seguridad de España y Marruecos.

El sector morado ha expresado internamente discrepancias con los ministros del Interior y de Exteriores, pero fuentes del espacio admiten al ARA que no es la mejor semana para situar a Sánchez en la diana de manera pública. A pesar de las críticas que Unidas Podemos expresa respecto a la OTAN –este domingo el secretario de estado de la Agenda 2030 y secretario general del Partido Comunista, Enrique Santiago, ha participado en una manifestación contra la Alianza Atlántica–, el presidente del gobierno español tiene una agenda internacional importante con la cumbre de la OTAN.

Este martes al mediodía, Sánchez visitará las instalaciones de Ifema con el secretario general, Jens Stoltenberg; antes habrá recibido en la Moncloa a los primeros ministros de Australia, Nueva Zelanda e Islandia, y por la tarde comparecerá en la Moncloa junto al presidente de EE.UU., Joe Biden. No ha hecho falta que el PSOE pidiera a Unidas Podemos perfil bajo. La líder del espacio en el gobierno, Yolanda Díaz, solo hizo un tuit el sábado a medianoche –casi dos días después de las muertes en la valla– en que pedía de manera genérica que se aclaren los hechos.

En cambio, los comuns sí que se han permitido pedir una "rectificación" al jefe del ejecutivo estatal, tal como ha expresado esta mañana su diputado en la cámara baja Joan Mena. En rueda de prensa, ha calificado de "racismo institucional" que Sánchez avale la actuación de la gendarmería marroquí contra los migrantes, que se saldó con 23 muertos oficiales –37, según han contabilizado oenegés sobre el terreno– y decenas de heridos.

Desde la derecha, el PP ha exigido la comparecencia del presidente español en el Congreso, pero el fondo del discurso es parecido al del PSOE: en una declaración institucional, el dirigente conservador Esteban González Pons ha reclamado que España colabore con Marruecos para actuar con más prevención contra posibles entradas masivas de inmigrantes y que en la nueva hoja estratégica de la OTAN se incluya la protección "de la integridad territorial de los estados miembro". Cuando le han preguntado por esta cuestión, Rodríguez ha evitado confirmar si España pedirá que de la cumbre de Madrid salga una mención explícita en Ceuta y Melilla.

La UE, en contacto con Marruecos

Bruselas también se ha sentido interpelada por el episodio de Melilla y este lunes la portavoz de Exteriores de la Unión Europea, Nabila Massrali, ha explicado que está en contacto con las autoridades marroquíes para "entender los detalles" del intento de entrada masiva del pasado viernes en la ciudad autónoma española. Si bien ha apuntado que la "violencia y la muerte en la frontera de Melilla es una gran causa de preocupación", la Comisión Europea evita pedir una investigación independiente. Sí que lo ha reclamado, en cambio, la Unión Africana, ante el tratamiento "violento y degradante" hacia los migrantes. Según la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos de Nador, Marruecos "ya ha preparado 21 fosas en el cementerio" para enterrar a las víctimas mortales. "Sin investigación, sin autopsia, sin identificación. Las autoridades buscan esconder el desastre. Un auténtico escándalo", ha denunciado la entidad.

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