Villarejo vuelve a amenazar: "Los desenmascararé a todos"

El comisario jubilado se presenta como víctima de un ex director del CNI en declaraciones a los medios a las puertas de la Audiencia Nacional

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José Manuel Villarejo enseñando su carné de la Policía  Nacional ante la Audiencia  Nacional. Ha reivindicado que es un comisario jubilado y no un excomisario , que nadie lo echó del cuerpo.

MadridJosé Manuel Villarejo tiene ganas de hablar. Ni 24 horas después de salir el miércoles de la prisión de Estremera, este jueves tenía cita en la Audiencia Nacional para declarar en dos piezas del caso Tándem y lo ha aprovechado para volverse a mostrar desafiante ante las múltiples acusaciones que tiene delante. "Los desenmascararé a todos", ha advertido el comisario jubilado en declaraciones a los medios, ataviado de nuevo con una boina y un parche negro en el ojo izquierdo porque dice que sufrió un ictus en la prisión. En una larga intervención en la que ha dado todo tipo de detalles de los casi tres años y medio en Estremera –también de las revisiones anales que le han hecho por si guardaba un móvil–, ha negado ser el autor de las filtraciones de los últimos años y se ha presentado como víctima de una conjura urdida por el ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán para cubrirse la espalda.

"Hoy empieza para mí el punto cero. Desde hoy podré defenderme. Hasta ahora este era mi ordenador –enseña una libreta verde y un bolígrafo–, y aún así he puesto nervioso a más de uno, que no era mi intención. Lo único que pretendo es defenderme, recuperar a mi familia y colaborar con la justicia como he hecho siempre", ha señalado. También ha anunciado que pedirá una copia de todos los documentos que le confiscaron cuando lo detuvieron. Según Villarejo, solo un 10% de estos documentos han salido a la luz, puesto que el resto siguen encriptados.

Villarejo ha insistido en que és lo único que hizo fue trabajar por "el interés público y estratégico" de España tal como le ordenaron. De hecho, ha lucido la bandera española desde que salió de la prisión. Primero con una chaqueta valorada en más de 2.000 euros, y hoy con una mascarilla negra con una pequeña rojigualda a la derecha. Si desde las puertas de Estremera aseguró que "las cloacas no generan mierda, la limpian", este jueves ha recordado que él nunca ha sido apartado de la Policía Nacional y que no se lo puede tratar como a un excomisario.

Enseñando su carné de la Policía Nacional, se ha mostrado orgulloso de haber "ayudado" a su país, pero no como un agente convencional. "Quiero dejar claro que yo nunca fui un policía normal, nunca tuve un despacho y casi todos mis trabajos privados eran condicionadas por el interés público. Y como en esto no se usaban fondos reservados, se cobraba de la empresa que se ayudaba, y muchas eran por el interés estratégico de España", ha detallado.

"Ningún secreto aguanta el tiempo"

Para Villarejo, todo su periplo empezó cuando osó cuestionar a Sánz Roldán. Pero ha advertido de que "al final ningún secreto aguanta el tiempo" y de que la sentencia por la acusación de injurias al ex director del CNI, en la que fue absuelto –por lo que ha podido salir de la prisión después de la petición de la Fiscalía–, ya marcó el camino de lo que pasará a partir de ahora.

Pero más allá de Sanz Roldán, Villarejo no ha querido apuntar a nadie más. No ha querido dar detalles ni del caso Kitchen, que salpica a Mariano Rajoy, ni de la caja B, ni tampoco de los asuntos de la monarquía. "Yo de los problemas de cintura para abajo no hablo", ha dicho, a pesar de que ha precisado, eso sí, que el ex director del CNI es "el gran protector de la monarquía" –ha apuntado al viaje que ha hecho con las infantas a Abu Dabi en el que también se ha vacunado contra el coronavirus.

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