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"Solo aprobamos para tener un título": el discurso de graduación que critica la universidad y que se ha hecho viral

Un estudiante de la UdL quiso dar voz "a lo que piensa mucha gente pero nadie se atrevía a decir"

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BarcelonaEn cuatro días, más de 80.000 personas han visto el discurso que hizo durante el acto de graduación en la Universitat de Lleida ante 300 personas, entre profesores, estudiantes y sus familias. Es una intervención breve, de unos dos minutos, que se ha hecho viral en las redes y que escribió unas horas antes simplemente para dar voz "a lo que piensa mucha gente pero nadie se atrevía a decir" sobre el mundo universitario.

El joven que hay detrás del atril se llama Marc Juárez y acabó ingeniería mecánica en la UdL el curso pasado. Empieza su intervención avisando de que haría "un discurso diferente", una "crítica rápida al sistema". En una conversación con el ARA, explica que cuando la Universidad preguntó qué estudiantes querían hablar en el acto, él lo pidió enseguida porque quería poner palabras a cómo se sentía: "Estaba un poco quemado de cómo han sido estos cuatro años de carrera", argumenta. El día antes escribió un texto y se lo envió a un amigo, que le aconsejó que suavizara las críticas. "Era muy tóxico. Lo cambié para que tuviera más credibilidad", dice.

Así pues, acabó escribiendo que la entrada en el mundo universitario es, también, la entrada en "una selva" en la que puedes "quedar atrapado". "A medida que avanza el tiempo te das cuenta de que apruebas asignaturas sin entender bien lo que estás haciendo. Solo nos limitamos a repetir exámenes, simplemente para tener mucha experiencia y saber aprobar un examen similar", dijo en el discurso. ¿A qué se refería? El ingeniero explica que hay muchos estudiantes, como él, que han tenido que apuntarse a academias al margen de la universidad solo para poder aprobar una asignatura. "Tenemos que pagar 400 euros para aprender a aprobar", afirma. No hay datos públicos de cuántos estudiantes recurren a estas academias, normalmente para alumnos de ingenierías.

El discurso seguía así: "El sistema no te enseña a relacionar conceptos ni a entender el vínculo entre las asignaturas. Al final, aprendes a ser espabilado para aprobar exámenes y todos sabemos cómo". El ya graduado explica al ARA que, al menos por su experiencia, la universidad se enfoca mucho en los exámenes. "Apruebas las asignaturas y no sabes realmente qué has aprobado. Vas avanzando de curso y llegas a 3º, y cuando tienes que englobar conocimientos de 1º y 2º, ves la carencia de no tener un conocimiento global", argumenta. Lo atribuye a un sistema "obsoleto", no en cuanto al conocimiento sino a la metodología, dice. Según explica, los profesores "no se comunican entre ellos", o al menos no lo hacen tanto como haría falta: "Si nos enseñaran a aplicar los conceptos que aprendemos en las otras asignaturas entenderíamos más las cosas y no estaríamos memorizando o mecanizando problemas sin sentido".

Aplausos del público

Y en una de las críticas más contundentes que levantó los primeros aplausos del público, el estudiante afirmó: "Solo vamos aprobando para tener un título y pasar un filtro ante el mundo laboral. Después, ves la precariedad del sistema privado y entiendes por qué la gente quiere ser funcionaria. Todo el mundo quiere tener un sueldo fijo y sus vacaciones, y esto es lo más normal del mundo". Juárez asegura que es una sensación muy extendida entre los estudiantes.

"Cuando acabamos el grado muchos hemos perdido la motivación de estudiar, pero acabamos metiéndonos en un máster para decir que tenemos un título superior y llegar a un trabajo especializada y poder cobrar más", asegura. Es decir, muchos alumnos no hacen los másteres "para aprender más, sino para tener una mejor posición laboral". Según datos de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Catalunya (AQU) de 2017, un 11% de las personas con un grado estaban en el paro tres años después de acabar los estudios, mientras que en el caso de un máster el porcentaje bajaba al 8,8%. Además, los mejores resultados se manifestaban también en el salario: más de la mitad –un 51,2%– de las personas que hicieron un máster cobraban más de 24.000 euros sucios anuales, mientras que solo el 37,3% de los que se quedaron en el grado eran dosmileuristas tres años después de haberlo acabado.

Al acabar el acto, Juárez recibió felicitaciones de alumnos y de padres y madres, que se le acercaron para darle la enhorabuena por la valentía de pronunciar unas críticas tan duras en un acto en el que habitualmente solo tienen lugar las buenas palabras y los agradecimientos. "Volvería a hacer el mismo discurso para que la gente abra los ojos. Tenía muchas ganas de decir que nos tenemos que espabilar", afirma, y reprocha que a pesar de que muchos estudiantes piensen lo mismo "nadie sale a la calle" para denunciar lo que no les parece bien.

Las palabras del ingeniero se hicieron virales mientras los nuevos universitarios recibían los mensajes en los que se los informaba del grado y la facultad donde empezarán clases en septiembre. "Yo les diría a los futuros universitarios que estén atentos a todos los recursos donde participar y donde dar su opinión. Ahora ya he acabado la uni, pero si volviera a empezar me apuntaría al consejo de estudiantes y a las juntas estudiantiles para luchar un poco desde dentro", afirma.

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