La atención primaria lamenta que el nuevo sistema de vacunación de Salud no priorice criterios médicos
Los CAP han recibido desde ayer un alud de llamadas y visitas pidiendo información y los profesionales aseguran que el departamento no les había informado de los cambios
BarcelonaLos profesionales sanitarios de la atención primaria se enteraron por sus pacientes de que el departamento de Salud estaba enviando mensajes SMS a las personas de entre 60 y 65 años para vacunarse con AstraZeneca y que había habilitado una web para apuntarse. "Para empezar, no nos avisaron. Y se supone que esto se ha hecho para descargar la atención primaria, pero nos ha cargado de un trabajo de dar información sin tener las herramientas para informar", lamenta Meritxell Sánchez-Amat, presidenta del Foro Catalán de Atención Primaria (FoCAP) y médico del Centro de Atención Primaria (CAP) Besòs. En este sentido, una administrativa de un centro de primaria se queja que "se ha informado primero a la prensa que a los profesionales", a pesar de que son los que finalmente dan "la cara y guían" a los usuarios. Antoni Sisó, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC), confirma que el nuevo sistema de inscripción ha generado desde ayer un volumen elevado de llamadas telefónicas a los CAP y de visitas presenciales pidiendo información y cita para vacunarse. "Los profesionales no sabíamos nada, nos lo explicaban los pacientes. Esta no es manera de tratar a los profesionales. Hay angustia, la gente quiere vacunarse y no sé si el sistema por SMS es el mejor", sostiene.
La atención primaria, que es la que está asumiendo la tarea de la vacunación, advierte que con este nuevo sistema no se está priorizando con criterios médicos a las personas que más lo necesitan, puesto que, a pesar de que el departamento de Salud recomienda esperar a recibir un SMS para inscribirse en la web, la gente de entre 60 y 65 años ya se está inscribiendo por su cuenta, independientemente de su estado de salud. "Como la web ha salido en los medios y la información corre, esto es un sálvese quién pueda", denuncia Sánchez-Amat. Esta médico de familia explica que en el caso de la vacunación de los mayores de 80 años, los CAP sí que tienen autonomía de gestión para priorizar los pacientes que se vacunan primero según "su patología, si son pacientes domiciliarios o si son de más riesgo", pero ahora, en cambio, no pueden aplicar criterios médicos. "En la atención primaria conocemos a gente que atendemos y podemos priorizar quién se tiene que vacunar primero, a pesar de que el problema continúa siendo la disponibilidad de vacunas, porque no podemos vacunar al ritmo que querríamos, pero en el caso del grupo de población de 60 a 65 años no nos han dejado decidir nada ni tampoco nos han consultado", admite Sisó, que asegura que tampoco sabe con qué criterio se ha decidido el envío masivo de mensajes SMS.
En contra de los 'vacunódromos'
Es más, los centros de atención primaria no quieren que se traslade la vacunación fuera de los CAP y se haga también en puntos centralizados, como por ejemplo recintos feriales o estadios, los llamados vacunódromos. "Si estamos hablando de población general, se tendría que hacer en los CAP", dice Blanca de Gispert, médico del CAP Trinitat Vella. El presidente de la CAMFiC lo califica de vacunación "en serie" y alerta que en grandes espacios como estadios deportivos o recintos feriales no se puede garantizar "una atención personalizada". "No son espacios preparados para preservar la seguridad de una persona si se marea o tiene aversión a la punzada, por ejemplo", añade. Y propone hacer la campaña de vacunación masiva en los CAP, alargando horarios, si hace falta, o en otros espacios como centros cívicos, eso sí, con recursos adicionales.
"Sacar la vacunación fuera de los CAP es perder una oportunidad, nosotros podemos abrir fines de semana, tenemos capacidad de decisión para vacunar mucho más de lo que lo estamos haciendo", añade Sánchez-Amat, que asegura que hay usuarios que dicen que se quieren vacunar en su centro de atención primaria y no en otro lugar. Ante el alud de petición de citas para vacunarse, hay personas que no han encontrado lugar libre para vacunarse en Barcelona y tendrán que trasladarse a otra población. Desde un paciente de Barcelona que tiene que ir a Badalona hasta uno de Santa Coloma de Gramenet que solo ha encontrado cita en Tremp. La subdirectora general de Promoción de la Salud, Carmen Cabezas, ha reconocido esta mañana que puede ser que no queden lugares libres para vacunarse en puntos como Barcelona porque el 95% de las citas disponibles en todo Catalunya están llenas. Esperan poder ampliarlas con las 17.000 dosis de vacuna de AstraZeneca que tienen que llegar mañana viernes. Las 148.000 vacunas de AstraZeneca que tenían que llegar la próxima semana, pero no llegarán y se retrasarán, como mínimo, hasta el lunes 5 de abril.
Según la atención primaria, este nuevo sistema vía web rompe también "el principio de equidad", puesto que hay personas que tienen dificultades tecnológicas para inscribirse, ya sea porque no tienen acceso a internet o porque no saben hacerlo. "La manera en la que se ha hecho [enviando un SMS a los pacientes con un enlace para que se apunten] es una muy mala estrategia y están cayendo un montón de consultas y dudas de una campaña que no depende de nosotros, sin avisarnos ni coordinarse con nosotros. Y se añaden las dificultades que tienen los pacientes a nivel tecnológico para programar la cita", dice De Gispert.
Una administrativa, que quiere mantener el anonimato, explica cómo muchos de los usuarios les llegan sin entender el procedimiento a seguir una vez reciben el SMS porque no saben usar las webs y cuestiona el hecho de que para pedir la cita previa se exija tener un correo electrónico. "Hemos tenido que hacer los trámites en el CAP y también nos hemos encontrado con gente que ha tenido que volver a casa para usar los e-mails de los hijos", se queja."Hacerlo vía web es poco equitativo como también lo es la atención telemática; hay gente que envía dos o tres e-consultas cada día y otros que no pueden contactar de ninguna forma", sostiene Sánchez-Amat. Varias entidades de atención primaria tienen previsto publicar un posicionamiento conjunto en contra del nuevo sistema de vacunación y de los llamados 'vacunódromos'.
Una hora de cola
En el CAP de Martorell unas ochenta personas de entre 60 y 65 años hacen cola pacientemente para la vacuna de AstraZeneca. Explican que entre el martes y el miércoles recibieron los SMS en los que les convocaban y pudieron elegir sin problema el horario y este centro como primera opción porque una de las particularidades del sistema es que permite pedir cita en cualquier punto de Catalunya independientemente del lugar de empadronamiento. "¿Miedo? Más miedo me da el coronavirus", responde sin pensárselo dos veces Maria Cinta Nivera, diabética 41 de sus 64 años. A su lado Francesc Domingo, 62 años, y Mercè Caudet, 61, sin ningún factor de riesgo, celebran ser de los primeros en la reanudación de la vacuna y también coinciden que no han dudado nada en inscribirse en la web, de la cual señalan que podría ser "algo más clara".
El personal del CAP filtra las entradas al centro dando acceso en pequeños grupos a los que vienen para la vacuna y a los otros pacientes que continúan llegando con cuentagotas para curarse, pedir información o visitarse. Hay bastante silencio en la cola y todo ello tiene un aire de liturgia religiosa en esta espera para la inmunología. A punto de que les toque el turno, el marido de Concepción Escolar grita para que deje el rincón de sombra donde espera y se sume a la cola. Escolar, de 62 años, sufre de fibromialgia y PTI (púrpura trombocitopénica idiopática), una enfermedad autoimmune que puede provocar trombos, y por eso dice que no las tiene todas de que le acaben vacunando. "Cuando me llamaron me dijeron que se lo explicara antes de que me pincharan, así que traigo el historial y no lo sé...", relata, y se queja de que a pesar de la cita previa haya tenido que esperarse una hora al sol y de pie. "Nos dicen que no nos concentramos en lugares y hace una hora que esperamos todos amontonados en una cola", reprocha su marido.
Los que van saliendo ya vacunados saben que tendrán que volver por la segunda dosis de aquí a tres meses y ya les han dicho que en lugar de un CAP se hará en una sala de la biblioteca, a pocos metros de alíá y donde hoy se continuaba haciendo las vacunaciones entre los mayores de 80 años. "A fin de cuentas, tendremos la segunda inyección para San Juan. Nos tomaremos el AstraZeneca con coca y cava", dice riendo Niverna a punto de coger el camino hacia casa.