Aulas a 30 grados: la ola de calor afecta el rendimiento de los alumnos

Diversos centros estos días acabarán las clases a las 13.30 h para evitar las altas temperaturas

Júlia Claramunt Pi
3 min
Un niño con una botella de agua antes de entrar en  la escuela

BarcelonaHacer clases a casi 30 grados –e incluso a esta temperatura– se ha convertido en una realidad en muchas escuelas de Catalunya. A pesar de que todavía no es verano, las temperaturas extremas de esta ola de calor están afectando el final de curso de los alumnos y maestros, que hacen lo posible para combatir el calor. "Los más pequeños y los estudiantes de ciclo medio tienen que dar clases con temperaturas tórridas. La escuela tiene dos sistemas de climatización, pero el problema es que no llegan a todas las aulas", explica Sergi Pelegrí, director de la Escola Abat Ruera - ZER Pedrera, a Puiggròs (Garrigues). En su caso, sobre todo ponen el énfasis en la hidratación de los niños y vigilan con atención que no estén demasiado rato bajo el sol, puesto que les podría provocar una insolación. Y, haciendo caso de las recomendaciones que el departamento de Educación ha enviado a los centros, han suspendido una salida deportiva en bicicleta. En este documento, la conselleria también plantea "adaptar los horarios de trabajo para aprovechar las horas menos calurosas del día" y esto es lo que harán en varios centros catalanes, como uno de Vilanova i la Geltrú, que acabará las clases a las 13.30 h para evitar exponerse a las horas centrales del día.

Precisamente, Pelegrí afirma que ha sido una "suerte" que la olea de calor coincida con la jornada intensiva que habitualmente hacen las escuelas en el mes de junio, puesto que ha permitido evitar tener que retomar las clases con picos de calor después de hacer la parada para comer. Ahora bien, recuerda que las temperaturas extremas no son exclusivas de este mes, sino que se alargarán hasta septiembre: "A menudo asociamos la vuelta a la escuela con el otoño, porque es cuando recuperamos la cotidianidad, pero es un mes en el que en las tierras de Lleida hace mucho calor". Por eso, el director considera que un mes de septiembre con jornada intensiva les va a favor. A pesar de que el adelanto de curso y los cambios en el calendario se plantearon "sin garantías de éxito", el director cree que en realidad "se tiene en cuenta la realidad de muchas escuelas que tienen que evitar dar clases por la tarde, cuando el sol pica con más fuerza".

Además, la convivencia con las altas temperaturas no solo puede causar efectos en la salud, sino que dentro de las aulas también se refleja en el rendimiento de los niños y niñas. "Han desconectado del curso. Cuesta mucho dar las clases a partir de media mañana. Aquellas iniciativas previstas para final de junio, aquellas lecciones que han quedado pendientes y los trabajos atrasados, son difíciles de acabar", dice Pelegrí. El responsable de formación profesional de la federación de educación de la UGT, Jesús Martín, coincide en que "tanto el rendimiento intelectual como el físico disminuye cuando hay estas sensaciones térmicas elevadas". Las soluciones pasan, dice Martín, por "hidratarse constantemente" y, a largo plazo, aprovechar los fondos Next Generation para "avanzar hacia una eficiencia energética más elevada" e instalar redes de placas fotovoltaicas y sistemas de aerotermia. "No tenemos que improvisar, sino planificar. Queremos que Catalunya sea líder en esta transición energética", reivindica. Según dice, el confort de los alumnos y los maestros tiene que ser el objetivo principal. "Y podemos asegurar que ahora tanto en España como en Catalunya los centros educativos no tienen confort térmico".

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