Balance del primer día de la Mercè: 20.000 personas en los actos oficiales, 15.000 en un macrobotellón

El Ayuntamiento desvincula los eventos de la fiesta de la concentración de jóvenes en Plaça Espanya

BarcelonaLas Festes de la Mercè empezaron ayer con el pregón de la activista vecinal Custodia Moreno y las primeras propuestas culturales en escenarios cerrados para evitar excesos de aforo. Pero mientras unas 20.000 personas participaban en los eventos de la programación oficial, otras miles empezaban a concentrarse en botellones en diferentes puntos de la ciudad, sobre todo en Plaça Espanya, que concentró de madrugada a unos 15.000 jóvenes con ganas de fiesta. El gobierno de Colau insiste en desvincular una cosa de la otra. Según la valoración que ha hecho el teniente de alcaldía de Cultura, Jordi Martí, la programación de la fiesta, a pesar de tener que seguir un formato "raro" debido a las limitaciones de la pandemia, funcionó de forma correcta, y lo que pasó fuera de los escenarios, y de forma muy especial junto a las torres venecianas, "no tenía ninguna vinculación directa" con la fiesta. No estaba provocado por la Mercè.

Martí defiende que este tipo de concentraciones nocturnas ya son "habituales" en el actual contexto sanitario y que se repiten en diferentes ciudades y también en fines de semana sin fiesta mayor. Entiende que los botellones son la manera de divertirse de unos jóvenes que llevan dos años "sin poder disfrutar de la fiesta" y, por lo tanto, da por hecho que se repetirán durante las próximas noches. En cuanto a la policía, que ayer no desalojó la gran concentración de Plaça Espanya, el consistorio remarca que, ante este tipo de aglomeraciones, su papel tiene que ser el de garantizar que no haya disturbios ni riesgo para los participantes. Según Martí, será la misma evolución de la pandemia y de las medidas restrictivas lo que irá haciendo que todo esto se "diluya" y que pase la fiebre de los grandes botellones.

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"La Guardia Urbana estuvo a la altura de las circunstancias", ha considerado el teniente de alcaldía, que ha remarcado que la prioridad de la policía tiene que ser que con su intervención el problema no se haga más gordo. La policía sí que desalojó pequeñas concentraciones en otros puntos de la ciudad, como el paseo del Born, pero esta vez la fiesta más grande fue la de la avenida Maria Cristina. El dispositivo preparado por la Guardia Urbana preveía un refuerzo del 30% de los agentes en los turnos por la noche respecto a un fin de semana cualquiera y un blindaje preventivo, con antidisturbios de los Mossos, de los 13 escenarios de la fiesta que se preveían más conflictivos, tanto por afluencia de gente como por configuración, los más próximos a Plaça Espanya eran los del Teatre Grec y el Estadi Olímpic, en Montjuïc. En total, la Guardia Urbana movilizará 1.005 agentes durante los cuatro días de fiesta. El consistorio admite ahora preocupación por la coincidencia de las movilizaciones contra la detención de Puigdemont y los dispositivos de la fiesta. "Estaremos muy atentos", ha apuntado Martí, que ha considerado que la actuación contra Puigdemont es "injusta y no facilita el camino del diálogo".

4.000 entradas más

Como ya pasó el año pasado, en la primera Mercè pandémica, una de las preocupaciones de los organizadores de la fiesta es el absentismo: en la Mercè de 2020 tuvo de media un 33% de sillas vacías en los espectáculos, y ayer, a pesar de que esta vez se han puesto mecanismos para hacer más fácil la renuncia de las entradas, se repitieron las imágenes de sillas vacías. Lo que ha hecho hoy el consistorio es anunciar que hay un paquete de 4.000 entradas más disponibles para los diferentes espectáculos, puesto que la ciudad ha aprovechado la flexibilización de aforos de última hora del Procicat. Martí, de hecho, confía en que cada día se podrán añadir una cantidad similar de entradas extras para quienes quieran reservar en el último momento.