Barcelona empieza a pintar la ampliación de aceras en la calle Pelai

La reforma táctica elimina dos carriles de circulación y limita la velocidad a 30 km/h, pero no incluye carril bici

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Simulación de como darà la calle Pelai de Barcelona después de la reforma táctica

BarcelonaNo se usarán el azul y el amarillo que tanto debate han generado en las calles pacificadas del Eixample, pero sí se tirará de pintura, de colores más cálidos como el verde, para ampliar las aceras en la céntrica calle Pelai de Barcelona. Los trabajos para hacerlo posible, de hecho, ya empezaron ayer domingo y tienen como dibujo característico el panot típico de la ciudad, que ahora se colocará sobre la calzada para dejar claro cuál es el espacio que los peatones ganan al tráfico, que estará delimitado por pilones. La reforma supone eliminar dos carriles en el tramo que va de la Plaça Universitat hasta la calle Balmes –se mantiene uno para el bus y uno para el tráfico– y hacer que la acera del lado mar pase de los cinco metros actuales a los más de nueve. A partir de Balmes y hasta la Plaça Catalunya, el dibujo es un poco diferente: se mantendrá un cordón de servicios pensado para la carga y descarga y habrá dos carriles de circulación y uno para el autobús.

Más allá de la retirada de carriles de tráfico, uno de los puntos en los que el gobierno municipal pone más énfasis es en la reducción del límite de velocidad, que pasará de los 50 a los 30 km/hora. "El límite actual, de red básica, es un contrasentido en un lugar donde queremos que la gente pueda ir a comprar tranquilamente", ha defendido la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, que ha comparecido acompañada de los representantes del ejes comerciales.

En esta ocasión, ni el uso del urbanismo táctico ni la retirada de carriles de tránsito han comportado las críticas de los comerciantes, que incluso han pedido ir más allá y convertir la calle Pelai en una especie de "bulevar", una vía sin tráfico, y han apresurado a hacer que la reforma sea estructural. Piden que la calle sea "una especie de Portal de l'Àngel", en palabras de Noeli Uriarte, de la Associació de Comerciants de la calle Pelai. Y el gobierno municipal no cierra la puerta a poder impulsar una transformación más grande, pero, eso sí, de cara al mandato siguiente.

Sin carril bici

Lo que la reforma táctica no prevé es ningún carril específico para bicicletas, sino que se confía en que, con la reducción del límite de velocidad, los ciclistas podrán compartir espacio con el tráfico. La falta de un carril segregado ya generó críticas de las entidades de ciclistas cuando el gobierno de Colau presentó la reforma de la ronda Universidad , y ahora Sanz admite que el carril compartido será uno de los elementos que se tendrán que "testear" para ver cómo funciona. El Bicicleta Club de Catalunya (Bacc) ya ha criticado la ausencia, de nuevo, de una infraestructura ciclista y ha lamenta que esto "perpetúa" el conflicto entre bicicletas y peatones y "desaprovecha" una oportunidad de mejora.

Si ahora se decide empezar la reforma con pintura y no con obra estructural es, además de por un tema de disponibilidad presupuestaria, por esta capacidad de trabajar con el sistema de prueba y error, según el gobierno municipal, y también para poder empezar los cambios de manera inmediata aprovechando las obras que Ferrocarrils de la Generalitat ya hacía en la zona.

La ampliación de aceras con pintura representa ahora una inversión de unos 37.000 euros y estará terminada en abril. En total se toman al tráfico unos 1.500 metros cuadrados de calzada reconvertida en acera. En una segunda fase de trabajos, después del verano para intentar disminuir las afectaciones en el comercio, se ampliarán las aceras para facilitar el cruce entre Balmes y Pelai con un nuevo paso de peatones. Esta actuación tendrá un coste de 90.000 euros.

Simulación del nuevo cruce entre Balmes y Pelai

Según la radiografía que han hecho los comerciantes, la crisis del covid ha comportado el cierre de entre un 15% y un 20% de los comercios en esta vía, que se caracteriza por una muy baja rotación de locales, y confían en que el cambio de tendencia que se ha vivido este fin de semana, con la posibilidad de reabrir las tiendas no esenciales, se mantenga durante los próximos meses.

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