Barcelona ya endurece las multas por hacer grafitis y botellones y orinar en la calle
Las sanciones subirán de media un 55% a partir de mediados de agosto con nuevas órdenes a la Guardia Urbana
BarcelonaEl gobierno de Jaume Collboni ha presentado este martes lo que no esconde que es uno de los planes que más "ilusión" les hace: el que han bautizado como Pla Endreça, que es la palabra que más ha utilizado el nuevo alcalde estas primeras semanas para defender mejoras en limpieza y seguridad. Éstas son, de hecho, las dos preocupaciones que más volvieron a repetir los barceloneses en la edición de la encuesta de servicios municipales que se presentó el lunes y que marcaba la cifra más alta de vecinos preocupados por la seguridad de los últimos 30 años y cronificaba la suciedad como gran problema. Una situación que el gobierno socialista asegura que es inadmisible si se tienen en cuenta los recursos que se destinan a limpiar (es el mayor contrato de la ciudad) y, por ello, ya amenazó empresas concesionarias con más sanciones.
El plan que se ha presentado hoy busca empezar a trabajar para cambiar estas percepciones e incluye desde un refuerzo policial (habrá otros 107 agentes de la Guardia Urbana cada día en la calle durante agosto) a centrar más esfuerzos en la limpieza de grafitis. Pero no supone incremento alguno, de momento, de los recursos económicos que se destinan a estos temas, ni nuevo personal, sino una redistribución, como ha admitido la teniente de alcaldía Laia Bonet. Habrá 105 trabajadores de la limpieza que cambiarán de funciones y que, por ejemplo, vertebrarán una rápida brigada de intervención para resolver deficiencias. Lo que sí ha hecho ya el equipo de Collboni es empezar a concretar una de las promesas lanzadas desde que gobiernan en solitario: la mano dura contra el incivismo. El alcalde ya anunció que buscaría el apoyo de otros partidos para aprobar un endurecimiento de la ordenanza de convivencia. Y hoy, el teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle, ha dicho que se adelantará ya al endurecer las multas a quien hace necesidades en la calle, quien hace pintadas o quien bebe alcohol en la calle. De media, una subida del 55%, ha dicho. Se hará dando órdenes a los agentes de aplicar la franja media-alta de las sanciones.
Esto debería permitir que la multa por orinar en la calle, que ahora puede llegar a los 200 euros, pueda ser de 300, y que la de hacer grafitis se encarezca de los 300 a los 500 euros en la franja más alta (600 si es sobre edificios patrimoniales). Batlle también ha anunciado un endurecimiento de multas a quien bebe alcohol en la calle y genera conflictos (hasta 600 euros).
Multas casi inéditas en el botellón
El gobierno municipal, en tiempos de Ada Colau (y cuando Batlle ya era el responsable de Seguridad), ya había comunicado este encarecimiento a la zona del Triángulo Golfo del Poblenou. Lo hizo el pasado verano, cuando remarcó que sería en esa zona donde se estrenarían las sanciones más altas y que se haría aplicando lo que prevé la ley de seguridad ciudadana. Pero en septiembre el ARA ya denunciaba que no se había puesto ni una de esas multas de la franja alta y hoy el teniente de alcaldía ha admitido que han sido "pocas", pero no ha sabido concretar cuántas. Ahora ha defendido que será la buena y que el endurecimiento, esta vez sí, será real. También se ha comprometido a garantizar que las sanciones se cobran, porque históricamente son multas con altos porcentajes de impago.
El endurecimiento será efectivo de forma casi inmediata, a partir del día 9 o 10 de agosto. Y la previsión es que otros conceptos también vean encarecer las multas en el marco del debate sobre la ordenanza de convivencia (necesita el acuerdo del pleno) a partir de otoño. El gobierno quiere que con esta modificación se reduzca también la rebaja de la multa a quien la pague de inmediato: que pase del 75% al 50%. Lo que hacen ahora, aseguran, es enviar el mensaje de que "no hay impunidad".
Vacaciones policiales
El refuerzo anunciado de la Guardia Urbana en la calle se realiza sin cambiar los derechos laborales de los agentes, que permiten que el 80% del cuerpo pueda realizar vacaciones entre los meses de julio y agosto aunque sea una de las épocas del año con mayores problemas de convivencia y seguridad. El incremento, en este caso, se realiza con un llamamiento a realizar servicios extraordinarios (remunerados).
Cuando se le ha preguntado qué se había hecho mal en los últimos años, con el PSC ya en el gobierno, para que haya aumentado el incivismo y la suciedad, Bonet lo ha atribuido, sobre todo, al cambio de hábitos de la pandemia y al uso más intensivo del espacio público. Y ha añadido "entre otras cosas", que ha sonado a dardo hacia el gobierno anterior. Sí ha criticado sin matices el urbanismo táctico y la falta de mantenimiento de algunas de las jardineras que se han colocado frente a las escuelas.
Tres fases de despliegue
El plan anunciado hoy se desplegará en tres fases. La primera, que ya empieza, es la que incluye el endurecimiento de las multas y una campaña comunicativa. En la segunda, entre octubre y marzo, se empezarán los trámites para endurecer la ordenanza de convivencia. Y en la tercera, a partir de abril del próximo año, se desplegarán planes integrales de mantenimiento en toda la ciudad y se evaluarán los primeros resultados del trabajo realizado. Algunas de las acciones previstas en el plan son ampliar las brigadas que limpian los parques con otros 21 equipos o poner otros seis equipos a responder a las peticiones urgentes de limpieza de la ciudadanía. Todo, siempre, redistribuyendo efectivos. Es decir, sin añadir manos. También se prevé realizar la limpieza manual de más de 44.000 alcorques (los agujeros de los árboles) y poner más operarios a limpiar contenedores y a realizar la limpieza con agua del pavimento.
La oposición ya ha manifestado dudas sobre los resultados del plan anunciado a bombo y platillo para el nuevo gobierno. "No funcionará", pronostica el grupo de Xavier Trias, quien lo ve "más marketing que eficiencia" y denuncia la falta de presupuesto para realizar los refuerzos.