Barcelona

Barcelona moviliza 1.850 millones de euros para reducir un millón de toneladas de CO2 en cinco años

El plan Clima incluye muchas actuaciones ya previstas o en marcha para adaptar la ciudad a efectos del cambio climático

BarcelonaCon los estragos que la DANA ha dejado en la Comunidad Valenciana muy presentes y el mismo día que médicos, investigadores y plataformas ciudadanas han publicado una carta para reclamar medidas contundentes contra el empeoramiento de la salud a causa de la contaminación, el Ayuntamiento de Barcelona ha presentado este jueves el plan con el que quiere adaptar la capital catalana a los nuevos escenarios climáticos. Un conjunto de acciones –la mayoría ya en marcha– a las que el consistorio destinará 1.850 millones de euros en los próximos cinco años. Todo ello debe permitir a la ciudad ahorrar un millón de toneladas de CO2 de aquí a 2030 y prepararse para hacer frente tanto a episodios de sequía como de lluvias torrenciales, así como a las grandes subidas de la temperatura.

Entre las medidas incluidas en el plan se encuentran desde actuaciones relacionadas con la movilidad –como el fomento del transporte público o la electrificación de la flota de autobuses– a proyectos encaminados a multiplicar la generación de energía fotovoltaica, pasando también por intervenciones más concretas para ampliar las zonas verdes de la ciudad o generar nuevos espacios de sombra. "Atacamos todos los frentes que se pueden atacar en una ciudad", ha explicado el alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni, quien ha comparecido junto a la primera teniente de alcalde, Laia Bonet.

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El eje que se lleva una parte más importante del pastel inversor –unos 1.000 millones del total– es el relacionado con la movilidad. Entre las medidas que incluye el Ayuntamiento en este ámbito hay algunas que dependen más del consistorio –como la conexión del tranvía por la Diagonal–, y otras menos, como la mejora de la eficiencia tanto de los autobuses urbanos e interurbanos como de la red ferroviaria. También se propone llegar al año 2030 con un 75% de la flota de autobuses que sea cero emisiones, crear 17 kilómetros de nuevos carriles bici, potenciar el uso de vehículos eléctricos y optimizar la logística de mercancías.

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Otro capítulo destacado es todo lo relacionado con las temperaturas extremas. Bonet ha recordado que en los últimos años se ha multiplicado el número de noches tórridas que sufren los barceloneses. Entre las medidas anunciadas ha destacado la extensión de la red de refugios climáticos para que todo el mundo tenga uno a menos de cinco minutos a pie de casa, la existencia en todos los distritos de puntos de recreo con agua para niños que permitan refrescarse la mejora del confort climático tanto de escuelas como de residencias.

Pendientes de otras administraciones

El Ayuntamiento también ha diseñado un capítulo dedicado a la capacidad de resiliencia de la ciudad, que incluye todas las actuaciones realizadas para adaptarse tanto a situaciones de sequía como a grandes aguaceros. En este ámbito existe toda la inversión que ya se está haciendo para ampliar la red de agua freática y construir o ampliar depósitos y colectores de agua para prevenir las inundaciones. Por lo que respecta a los incendios, el gobierno municipal apuesta por una mejor gestión de Collserola para reducir la posibilidad de propagación de un fuego.

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Collboni ha reivindicado el trabajo que se puede hacer desde las ciudades en un momento en el que proliferan gobiernos reaccionarios y negacionistas, y ha pedido ser "positivos" y alejar los discursos "nihilistas" sobre que no hay nada que hacer contra la crisis climática. Sin embargo, el Ayuntamiento ha admitido que llegar al objetivo de una ciudad con cero emisiones no depende sólo de ellos, sino que deben existir también intervenciones de otras administraciones. En este sentido, Collboni ha evitado pronunciarse este jueves sobre el peso del aeropuerto en esa contaminación.