Colau pone en marcha en la Via Laietana las grandes reformas del tramo final de mandato
Las obras, que servirán para limitar el tráfico privado a un carril, empezarán el 1 de marzo y se alargarán hasta 2024
BarcelonaDespués de años de debate y de esperar una asignación presupuestaria que nunca acababa de llegar, la Via Laietana de Barcelona ya tiene fecha para empezar su transformación y pasar a tener aceras anchas y un único carril para el tráfico privado (solo en sentido de bajada): será el 1 de marzo. Y las obras de la primera fase, las que modificarán el tramo que va desde Urquinaona hasta la Plaça Antoni Maura, se alargarán catorce meses, hasta el límite, por lo tanto, de las elecciones municipales de 2023. El tramo de abajo se hará en una segunda fase que acabará durante 2024. Pero, con el calendario que ha presentado este martes el gobierno municipal, la alcaldesa Ada Colau se tendría que plantar en la campaña electoral con media Via Laietana reformada y habiendo completado, también, la transformación de la calle Jonqueres, que ahora tiene unas aceras mínimas y pasará a ser una calle de prioridad para peatones, con plataforma única.
Estas reformas, de hecho, serán las primeras en empezar a levantar calle de las muchas que el gobierno de comuns y socialistas prevén poner en marcha en el tramo final del mandato, desde la gran superisla del Eixample hasta el enlace de los tranvías por la Diagonal o las obras en la Rambla. Por eso, hoy la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, ha pedido paciencia a los vecinos y ha defendido que los cambios se enfocan a hacer una ciudad más pensada para ellos. "Serán obras largas e incómodas para los vecinos," admite el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa. Pero tanto Sanz como él insisten en que el esfuerzo valdrá la pena y que la Via Laietana pasará a ser una calle en la que apetezca pasear.
Lo que se hará es una ampliación notable de las aceras, que pasarán a tener cuatro metros, y un redibujo de los carriles para que el tráfico privado pase a tener un único carril de bajada y con la velocidad acotada a los 30 km/h. El compromiso municipal es que el espacio que ganen los peatones no lo ocupen nuevas terrazas, para respetar lo que se decidió en el proceso participativo, en el que no se habló de terrazas, sino de espacio ciudadano.
El nuevo proyecto busca dejar atrás el protagonismo del tráfico que siempre ha acogido la Via Laietana, por donde, según datos de 2018, circulan cada día unos 47.000 vehículos. Esto supone que en una vía que tiene una anchura equiparable a la de cualquier calle del Eixample circulan casi el doble de los coches que usan vías como Aribau, Muntaner o Diputació. Y, además, en dos direcciones. Con la reforma que ahora empieza, el sentido de subida quedará restringido a bicicletas (con carril segregado), transporte público y vecinos (como ya se hace en la Rambla, se controlará con cámaras que quien utilice el carril sea vecino de la zona o tenga destino en la misma Via Laietana).
Carril bici vs. aceras más anchas
En cuanto a la bajada, habrá un carril pensado para el tráfico privado y uno compartido entre bicicletas y autobús, como el que ya funciona en la calle Creu Coberta. Este último punto es el que ha generado las quejas de los colectivos de ciclistas, que defienden que es necesario un carril segregado también de bajada. La teniente de alcaldía de Urbanismo no ha cerrado la puerta a poder hacer un cambio de sección en el medio o largo plazo para sumar este carril ciclista, pero ha considerado que la reforma ya presentará una Via Laietana "radicalmente diferente" y que primero hay que consolidar lo que ya es una "gran hito". Según Sanz, lo ideal siempre es que la bicicleta tenga un carril propio, pero la solución del carril compartido se hace en la Via Laietana porque es una calle "especial" y para tener suficiente espacio para las nuevas aceras. El dibujo, sin embargo, es el mismo que ya se ha anunciado también en Pi i Margall, donde el espacio extra en las aceras también va en detrimento del carril segregado para la bicicleta en dirección bajada.
Otro cambio importante en la Via Laietana será que la Plaça Antoni Maura dejará de funcionar como una rotonda e incorporará un gran paso de peatones central para conectar la catedral y Santa Caterina. Esta será una de las cuatro plazas que se prevé ganar con la reforma. Las otras estarán en la intersección con Jonqueres, con la Plaça de l'Àngel y con la de Antonio López, que está previsto que pronto quede dividía en dos y adopte los nombres de Correos e Idrissa Diallo.
La responsable de Urbanismo ha respondido a las críticas de Foment sobre el proyecto de las superilslas garantizando que la patronal, que tiene la sede en la Via Laietana, verá los beneficios en directo con esta transformación y que podrán trabajar con un "aire más limpio" y "menos ruido".
Afectaciones a la movilidad
Lo primero que se hará son trabajos en el subsuelo de la Via Laietana para ordenar todo lo que pasa por ahí. Después empezará lo que es propiamente la reurbanización: el cambio de dibujo. Durante el primer mes, los trabajos se concentrarán en la acera lado Besòs y ocuparán un cordón de servicios y un carril de circulación descendente entre Urquinaona y Jonqueres. La afectación más importante para la movilidad se vivirá a partir de abril, que es cuando se trabajará en la acera Llobregat, y la circulación en sentido montaña se limitará a un único carril reservado a vecinos y servicios y solo hasta la altura de la catedral. En sentido mar, habrá carriles bus y uno de tráfico.
Para quien quiera subir por Via Laietana, se recomienda el itinerario alternativo de desviarse por la Avinguda Marquès de l'Argentera, el Passeig de Picasso, el Passeig Lluís Companys y Ronda Sant Pere. No habrá afectación a las salidas del metro y siempre se garantizará el paso a pie y en bicicleta.