Barcelona

ERC de Barcelona defiende el acuerdo con Collboni y lo desvincula de la investidura de Illa

Los republicanos gestionarán los distritos de Les Corts, Gràcia y Horta-Guinardó

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Eva Baró y Jordi Coronas, este miércoles en rueda de prensa en el Ayuntamiento de Barcelona

BarcelonaEste jueves la militancia de Esquerra en Barcelona decidirá en un congreso si el partido entra a formar parte del gobierno de Jaume Collboni. Lo hará en base a un preacuerdo tejido en los últimos meses entre el alcalde y la líder de los republicanos, Elisenda Alamany, del que, hasta ahora, se han dado pocos detalles. El pacto, que dará a Esquerra dos tenencias de alcaldía y la gestión de tres distritos, incluirá también medidas concretas entre las que, según ha podido saber el ARA, estará la redacción de un nuevo plan de usos en Ciutat Vella para combatir "el monocultivo turístico", limitar la proliferación de tiendas de souvenirs y fomentar la apertura de comercios de proximidad dirigidos al vecindario.

El objetivo, explican fuentes conocedoras del acuerdo, es actualizar el plan de usos actual, ya que no ha sido efectivo para frenar la turistificación de los comercios del centro de la ciudad. Ahora se quiere hacer un redactado más exhaustivo que, conjuntamente con un aumento destacado de las inspecciones, permita hacer frente a los comercios de este tipo que han continuado aflorando en Barcelona a pesar de que ya en 2008, en época del alcalde Jordi Hereu, se apostó por que no se pudieran abrir nuevos.

La regulación, endurecida en 2018, también establece que el resto de comercios, aunque no sean de souvenirs como tal, pueden tener como máximo el 20% de su espacio destinado a estos productos a condición de que esta parte de oferta, que no es la principal de la tienda, esté agrupada y no visible desde la calle. Sin embargo, la norma se incumple constantemente. De ahí que el incremento de inspecciones pueda ayudar a recuperar tiendas para otros usos.

Con el nuevo plan de usos, que a diferencia del actual dividirá Ciutat Vella en diferentes zonas para poder actuar con mayor precisión sobre las características propias de cada una, también se quiere hacer frente al aumento de tiendas de cannabis y vapeadores. A través de incentivos, se quiere garantizar, además, que todo el mundo pueda tener comercios "esenciales" –como carnicerías, pescaderías o, incluso, librerías– cerca de casa, y que muchos de los locales que ahora están vacíos se puedan reaprovechar.

El acuerdo, que incluye también la creación de un fondo de retorno turístico dotado con 40 millones de euros anuales y que deberá servir para llevar a cabo inversiones compensatorias en aquellos barrios que más carga turística soportan, fija también el compromiso de reducir los pisos turísticos aprovechando el decreto ley aprobado por el Gobierno a finales del pasado año.

La gestión del turismo y sus efectos sobre la ciudad será una de las principales asignaturas que deberá asumir ERC si finalmente entra en el gobierno de Collboni. El preacuerdo prevé que ERC asuma dos tenencias de alcaldía –turismo y derechos sociales–, desde donde gestionaría competencias en turismo, promoción económica, lengua catalana, juventud, derechos sociales, proyección de ciudad, ancianos o calidad urbana. Además, según ha podido saber el ARA, también asumiría la gestión de tres distritos de la ciudad: Les Corts, Horta-Guinardó y Gràcia. Sin embargo, el PSC se reserva áreas clave como urbanismo, vivienda, seguridad y economía.

Un congreso decisivo este jueves

Sin embargo, todo está pendiente de que las bases de ERC den el visto bueno al pacto en el congreso que la federación de Barcelona celebrará este jueves por la noche. Ninguna de las fuentes consultadas se atreve a vaticinar cómo acabará la votación, ya que la posibilidad de pactar con Collboni divide a los republicanos y tensa la relación entre la cúpula de la federación de Barcelona –que ha precipitado el debate– y la dirección nacional del partido, que preferiría aplazar la negociación con Collboni hasta que se haya despejado el panorama de la investidura en la Generalitat.

Conscientes de la división y antes del debate decisivo del jueves, este miércoles el grupo municipal en la capital catalana ha defendido el acuerdo con el PSC. En rueda de prensa, la presidenta de la federación de Barcelona, ​​Eva Baró, y el portavoz adjunto, Jordi Coronas, han dicho que se ha cerrado "el mejor acuerdo posible" y han reivindicado la necesidad de "arremangarse" y entrar en el ejecutivo de la ciudad después de 17 años en la oposición. Ambos han desatado lo que pueda ocurrir en el Ayuntamiento de las negociaciones para la investidura del próximo presidente de la Generalitat. "Barcelona es Barcelona y nosotros debemos ponerla al frente", ha subrayado Coronas, que ha reivindicado la autonomía del partido en la ciudad y del grupo en el Parlament.

Sobre las tensiones que este acuerdo puede generar con la dirección nacional de Esquerra en un momento en el que también se está negociando la investidura, Baró ha subrayado que toda la negociación se ha hecho en contacto con la cúpula del partido. "Fueron informados en todo momento del minuto y resultado de las conversaciones", dijo. Pese a que los estatutos de ERC prevén que la ejecutiva nacional debe validar la decisión que tome la militancia de Barcelona, ​​desde la capital catalana no consideran la posibilidad de que la dirección del partido en Catalunya eche atrás el acuerdo que tomen sus bases en la Ciudad Condal. "La militancia tendrá la última palabra y nadie lo pone en duda", ha subrayado Baró.

Dentro de la ejecutiva nacional hay voces contrarias al pacto con el PSC en Barcelona, ​​pero varias fuentes consultadas apuntan a que sería muy raro que este órgano tumbara una decisión que ha tomado la militancia de Barcelona.

El debate sobre si entrar o no en el gobierno de Collboni hace meses que se arrastra dentro de ERC y había generado alguna tensión interna. Mientras que Oriol Junqueras –que desde el lunes ya no es el presidente del partido– bendecía un acuerdo que también defendía al grupo municipal –con Elisenda Alamany como principal promotora–, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y todo su entorno en el Palau de la Generalitat eran refractarios a un pacto que, entendían, suponía ligarse demasiado al PSC.

Distancia con los comunes

Si se cierra el pacto –que podría solemnizarse este fin de semana–, PSC y ERC pasarían a contar con un gobierno de 15 concejales, a seis de la mayoría absoluta. Esto haría que necesitaran llegar a acuerdos con Barcelona en Comú o Junts per Catalunya para poder sacar adelante la mayoría de las propuestas. Sobre la posibilidad de que los de Ada Colau puedan incorporarse más adelante al gobierno de la ciudad, Coronas se ha limitado a decir que hoy por hoy el pacto está entre ERC y el PSC, y ha subrayado que "cualquier revisión que allí hay" tenga que contar con el aval de ambas formaciones". Hasta ahora el PSC no ha querido ni oír hablar de un regreso de Colau al ejecutivo, pero las negociaciones para la investidura en el Parlament –donde los socialistas podrían necesitar a los comunes– pueden impactar también en la capital catalana.

Fuentes de los comunes menospreciaban este miércoles el acuerdo entre socialistas y republicanos y opinaban que, sin el concurso también de los de Ada Colau, los cinco concejales de ERC no podrán "condicionar el rumbo" del actual gobierno de Jaume Collboni y se limitarán a "apuntalar un gobierno servil con los lobis y los intereses privados".

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