Relación ERC-PSC

ERC cierra un acuerdo con Collboni a la espera del aval interno

La ejecutiva de la federación de Barcelona convoca un congreso para este jueves después de una reunión de casi cuatro horas

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Jaume Collboni y Elisenda Alamany ayer en el pleno.

BarcelonaSuperado el ciclo electoral de las catalanas y las europeas, Esquerra ha reabierto este martes oficialmente un debate que lleva meses dividendo la formación: si se debe entrar o no en el gobierno del PSC en Barcelona. Tras una ejecutiva extraordinaria larga –ha durado casi cuatro horas– e intensa, la federación de los republicanos en la capital catalana ha decidido, según fuentes consultadas, convocar un congreso este jueves mismo para someter a votación entre la militancia el preacuerdo que Elisenda Alamany ha cerrado con Jaume Collboni para gobernar juntos la ciudad.

El principio de acuerdo entre ambos implicaría que Esquerra –que segúnEl Paíscontará con dos tenencias de alcaldía – asumiera responsabilidades de gestión en áreas como turismo, promoción económica, lengua catalana, juventud, derechos sociales, proyección de ciudad, gente mayor o calidad urbana, según han confirmado este martes los republicanos en un comunicado. En el mismo texto, la federación defiende el acuerdo para que "el hecho de que en el gobierno de la capital del país no haya una fuerza soberanista tiene consecuencias", como que la ciudad "viva de espaldas al país", que el catalán "cada vez sea menos hablado" o que "desaparezca el comercio de barrio, el turismo lo inunde todo y el precio de la vivienda expulse a los barceloneses".

El comunicado de este martes es fruto de un pacto que Collboni y Alamany –que siempre ha empujado a favor de entrar en el gobierno– habían ido tejiendo discretamente y que tenían apalabrado de hacía meses, hasta que las elecciones anticipadas en Cataluña les trastocaron los planes. Al igual que Alamany, la presidenta de la federación, Eva Baró, era una de las personas que había defendido el pacto con el PSC, pero había división en el órgano: había otras voces que eran contrarias, tanto de la candidatura que lideró Baró en el congreso del pasado otoño, como de la lista opositora que encabezó Patrícia Gomà. En lo que coincidían unos y otros es en consultar la militancia sobre esta cuestión.

Ahora, superado el paréntesis electoral, el grupo municipal republicano ha vuelto a precipitar el debate en una jornada frenética que ha comenzado con un artículo enEl Periódicofirmado por Eva Baró y Jordi Coronas y que ha terminado a última hora con una ejecutiva extraordinaria. En el artículo, la presidenta de la federación barcelonesa y el concejal en el Ayuntamiento defendían la necesidad de ERC “de arremangarse para poner los valores republicanos a la cabeza en la construcción del futuro de Barcelona, ​​capital de Cataluña y una de las principales capitales europeas”. Ambos dirigentes apostaban por que fuera la militancia quien debe “decidir la estrategia” de los próximos años del partido en Barcelona.

La crisis interna en Esquerra

Todo ha llegado un día después de que Oriol Junqueras dejara oficialmente la presidencia de Esquerra con la intención de recuperarla en el próximo congreso de noviembre, por lo que ahora será la secretaria general de la formación, Marta Rovira, quien deberá gestionar esta situación. En el pasado, Junqueras había bendecido que los republicanos entraran a gobernar con el PSC en Barcelona, ​​mientras Pere Aragonès y todo su entorno mostraban más reticencias ante el pacto. De hecho, desde el Palau de la Generalitat habían pedido en su momento que, si este acuerdo debía materializarse, se hiciera después de la aprobación de los presupuestos de la Generalitat. Sin embargo, el adelanto electoral del 12-M hizo saltar por los aires todas las previsiones y es ahora, una vez han pasado los comicios catalanes y europeos, cuando los partidarios del pacto han vuelto a empezar el melón.

Desde la dirección nacional ahora mantienen prudencia sobre los movimientos de su federación barcelonesa, que es autónoma para convocar congresos (si hubiera decidido convocar una consulta telemática hubiera necesitado el aval de la dirección nacional). "Desde ERC respetaremos el proceso de deliberación y decisión que ERC Barcelona ha decidido impulsar para saber el posicionamiento de la militancia", afirman fuentes de la cúpula de Calabria. Ahora bien, si la militancia decide el jueves entrar en el gobierno, esto deberá someterse a la validación de la ejecutiva nacional.

El impacto sobre la investidura

Además de si entrar o no en el ejecutivo de Collboni, uno de los elementos de debate durante la ejecutiva de esta noche en la federación de Barcelona ha sido si era conveniente entrar ahora o mejor esperar. En el trasfondo de esta discusión están las dudas sobre qué impacto puede tener la posible entrada de Esquerra en el gobierno municipal en las negociaciones para la investidura del nuevo presidente de la Generalitat, con el que el primer secretario del PSC, Salvador Illa, busca los votos de los republicanos para ser investido.

La relación entre ERC y el PSC lleva años con altibajos, pero hace tiempo que se ha agrietado el muro que durante el momento más álgido del Proceso convirtió a ambos partidos en enemigos íntimos. Ya gobiernan juntos en muchos municipios, en la Diputación de Barcelona e incluso en el Parlament han llegado a acuerdos relevantes, ya sea la renovación de cargos como el Síndic de Greuges o la CCMA o los últimos dos presupuestos de la Generalitat.

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