Barcelona

De los pisos turísticos a la ampliación del metro: la carta a los reyes de Collboni a Salvador Illa

El alcalde pone a prueba su capacidad de influencia sobre el nuevo Gobierno

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El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.

BarcelonaEl alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni, ha entrado este viernes en la Generalitat para verse con el presidente, Salvador Illa. Se trata de un primer encuentro antes de la reunión institucional que ambos deben tener en las próximas semanas, pero servirá para evidenciar al cambio de ciclo también en la plaza Sant Jaume, ahora con gobierno socialista a ambos lados. Una coyuntura que, sumada al gobierno de Pedro Sánchez en el Estado, es a la vez una oportunidad y un reto para Collboni: por un lado, le facilitará la interlocución con el resto de administraciones, pero por otro pondrá a prueba su capacidad de influencia. Sobre la mesa, al alcalde se le acumulan las carpetas para las que necesita arrancar compromisos tanto en la Generalitat como en el Estado.

Pisos turísticos

Tal y como explicó este jueves el alcalde en una entrevista en la agencia Efe, una de las primeras reivindicaciones que pondrá sobre la mesa de Isla será la de mantener intacto el decreto aprobado por el Gobierno de Pere Aragonès que por ahora mujer ampara en Barcelona para eliminar en cinco años todos los pisos turísticos de la ciudad –más de 10.000 en estos momentos–. Collboni considera "fundamental" mantener esta normativa, ya que sin ella puede estar en riesgo uno de los compromisos estrella del gobierno municipal para este mandato.

Tasa turística

Sin cerrar la carpeta del turismo, existe otra reivindicación que Collboni debe abordar con Isla: la modificación de la tasa turística. El alcalde cuenta con un mandato municipal –el pleno de julio aprobó una propuesta de ERC en este sentido– para negociar con la Generalitat cambios en el tributo. El objetivo es doble. Por un lado, se quiere aumentar el tope actual del recargo –la parte que desde 2021 gestiona directamente el Ayuntamiento– para que pueda subir más allá de los 4 euros. Por otra parte, se reclama que el porcentaje que recibe el Ayuntamiento directamente de la tasa crezca –ahora se reparte al 50% entre la Generalitat y el consistorio– y, sobre todo, que estos recursos no deban destinarse forzosamente a la promoción y gestión del turismo como hasta ahora. La voluntad es que, como ya ocurre con el dinero del recargo, se pueda utilizar para financiar otras políticas que ayuden a atenuar el impacto que la masificación tiene sobre la ciudad.

Limitación de los cruceros

Ésta no es una negociación directa entre Collboni e Illa, pero que sí está condicionada por la llegada del PSC a la Generalitat. El alcalde anunció en mayo que había abierto conversaciones con el Puerto para limitar la llegada de cruceros a la ciudad. Unas incipientes conversaciones pero que ahora se tendrán que reanudar con nuevos interlocutores. El actual presidente del Puerto, Lluís Salvadó, lo es a propuesta del anterior gobierno de Esquerra, y es más que probable que en las próximas semanas los socialistas sitúen al frente a alguien más cercano. Un relevo que habrá que ver si facilita que Collboni logre su objetivo de limitar los cruceros.

El convenio con el Incasol

Uno de los grandes acuerdos que firmó el alcalde de Barcelona con el anterior Govern de Pere Aragonès fue el convenio que debía permitir la construcción de 1.700 pisos sociales en la ciudad. La primera fase de ese convenio –por el que el Ayuntamiento cedía solares al Incasòl para construir pisos– está detenida por decisión del ejecutivo de ERC, que tras quedarse sin presupuestos va frenar el proceso y decidió no poner en marcha los concursos arquitectónicos. Ahora Collboni reclamará a la nueva consejera de Territorio y Vivienda, Sílvia Paneque, reactivar ese proceso.

La ampliación del metro

En la entrevista de Efe, Collboni apuntaba que otra exigencia que hará al nuevo presidente de la Generalitat será que los barceloneses "tengan derecho a las mismas inversiones y servicios que cualquier otro ciudadano de Catalunya", y lamentó que "durante demasiado años" la capital "ha sufrido desatención" del Gobierno. Y, en la lista de inversiones pendientes, el alcalde tiene una marcada en rojo: la que tiene que ver con la ampliación de las líneas de metro. Barcelona tiene pendiente completar la L9, y alargar, entre otros, la L3 en dirección a Esplugues de Llobregat, la L2 hasta el Port, la L4 hasta la Sagrera y la L1 hasta Badalona.

Región metropolitana

Entre los temas que Collboni podría poner sobre la mesa de Isla está también la necesidad de impulsar –él ha dicho en alguna ocasión antes del 2030– un nuevo organismo que agrupe a los municipios de Barcelona y el área metropolitana pero también a los de la segunda corona. Una especie de AMB ampliada que incluya también el Maresme, el Vallès Occidental y Oriental y el Garraf. Un sujeto político que reúna a la Barcelona de los 5,5 millones y que permita afrontar de forma unitaria debates como el de la movilidad o la vivienda. Un reto mayúsculo, pero que con los socialistas gobernando en la Generalitat, en el Ayuntamiento, en la Diputación de Barcelona y en el AMB podría tener una oportunidad esta legislatura.

Cambios en el Código Penal

Ante los datos de hurtos en Barcelona, ​​otra de las banderas que ha enarbolado Collboni desde su llegada a la alcaldía es la de la lucha contra la multirreincidencia. En este caso, reclama una reforma del Código Penal que depende del gobierno español, pero también una ampliación de la planta judicial para la que sí es necesaria la implicación de la Generalitat.

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