La rambla estrenará los primeros 100 metros de reforma en 2024
Las obras en la parte baja de la calle empezarán después de la Mercè
BarcelonaEl contador instalado sobre el Café de l'Òpera de la Rambla de Barcelona, que ya hace casi dos años que marca los días de retraso en la esperada reforma de esta arteria (y entonces ya partía de 1.602 días) tiene, finalmente, un horizonte: el Ayuntamiento ha anunciado este martes que las obras empezarán en septiembre, justo después de las fiestas de la Mercè. La reforma se hará en cinco fases (44,56 millones de euros en total) y se iniciará por la parte baja: los primeros 117 metros tendrían que estar acabados en 18 meses, es decir, en 2024. Después habría que enlazar el resto de fases para que los trabajos no se paren.
Los grandes cambios anunciados desde hace tiempo son la sustitución del asfalto de la Rambla por materiales más sostenibles, como la piedra natural, el granito y el pórfido, en un dibujo unificado de fachada a fachada, y la limitación de la circulación a un único carril por sentido. La nueva Rambla ganará espacio para peatones tanto en la plataforma central como las aceras (que pasarán a tener un mínimo de tres metros) y sumará árboles y bancos, según el proyecto anunciado por el consistorio, que bebe del que presentó el equipo de arquitectos kmZERO, con la ex concejala y arquitecta Itziar González al frente, después de ganar el concurso internacional sobre la reforma en 2017.
El paso de vehículos, como ya pasaba en el sentido ascendente, quedará restringido al tránsito vecinal, las bicicletas, los autobuses, la distribución urbana de mercancías, los vehículos de servicios y el acceso a aparcamientos. Habrá un único carril por sentido. Y uno de los principales cambios de la parte donde se empieza a trabajar es que se elimina el último paso de peatones, de forma que Rambla llegará prácticamente hasta el monumento a Colón, y se creará una nueva plaza con arbolado entre el paseo, Drassanes y Colón. Y esto también modificará la parte baja del Raval Sur, que ganará una nueva área de juegos.
"Serà una Rambla todavía más larga", celebra el regidor de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, que defiende que las obras "ya no tienen freno posible". El gran objetivo, como repiten tanto Rabassa como la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, es incrementar el uso vecinal, que deje de ser una vía que los barceloneses solo atraviesan para pasar del Raval al Gòtic. Sanz insiste que la reforma busca ir más allá de la piedra y conseguir lo más difícil: cambiar también los usos de la Rambla ("lo que pasa") con nuevas actividades en un espacio "muy simbólico" de la ciudad.
Las obras del primer tramo tienen un presupuesto de diez millones de euros y tienen que reformar la arteria desde Colón hasta Santa Madrona. En total, unos 23.000 metros cuadrados, con cerca de un centenar de árboles (21 de los cuales serán nuevos) y más de 100 bancos nuevos. Por seguridad, también se incorporarán pilones, que es una petición de la junta local de seguridad. El conjunto de la reforma incluye tres espacios singulares, que serán una especie de plazas: el espacio Moja-Betlem, el Pla de la Boqueria y el Pla del Teatre.
Los trabajos se harán por fases para intentar evitar la ocupación simultánea de los dos lados de la Rambla y, en los momentos en que se actúe en los viales de subida y bajada, se hará por mitades, de forma que siempre quedarán garantizados los accesos y el paso del tráfico vecinal y los vehículos de emergencia, y también los desplazamientos a pie. No se prevé afectación en cuanto al transporte público. La campaña comunicativa sobre las afectaciones empieza este martes mismo. Además de los informadores a pie de calle, habrá, también, una torreta informativa junto a Colón.
La reforma reubicará los quioscos de prensa para que no queden enfrentados con otros quioscos. También se reordenan las paradas de flores para que no queden una enfrente de otra, y se pondrán entre árboles en el ámbito de la Rambla de les Flors-Sant Josep. Por otro lado, no se han concretado cambios en cuanto a las terrazas de los bares, a pesar de que uno de los retos que se perseguía era hacer más diáfana la apretada parte central del paseo.
El primer paso, con todo, tendría que ser la eliminación de las paradas de las antiguas pajarerías: el desahucio se había dictado en febrero, pero quedó parado por las medidas cautelares pedidas en el último momento para dar tiempo a la iniciativa legislativa popular que el colectivo quiere promover para declarar el mercado patrimonio inmaterial de Catalunya. Las pajarerías continúan en la Rambla y defienden que el hecho de que la reforma empiece por la parte de abajo y no por donde tienen las paradas les da tiempo para negociar con el Ayuntamiento una solución para su negocio.