Urbanismo

Barcelona empezará la reforma de la Rambla en 2022

El Ayuntamiento desencalla el último trámite necesario y garantiza que las obras tendrán presupuesto el año que viene

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Simulación de cómo quedará la Rambla después de las obras

BarcelonaLa transformación de la Rambla de Barcelona, después de años de debate y de no tener reserva de presupuesto, empezará finalmente en 2022. Así lo ha anunciado el gobierno municipal en la comisión de Urbanismo de este martes, que ha aprobado de forma definitiva el proyecto, y se ha comprometido a reservar una partida presupuestaria ya en 2022. La reforma encallada de la Rambla –el primer plan de ordenación se aprobó ya en 2016– fue motivo de conflicto en plenas negociaciones presupuestarias entre el equipo de Ada Colau y ERC, que lo ponía de ejemplo de los "incumplimientos" de los acuerdos que unos y otros habían sellado hasta ahora. El gobierno municipal instaba entonces a los republicanos a negociar el presupuesto del 2022 para hacer entrar la partida de la Rambla, un escenario que no se ha dado, a pesar de que ERC sí que ha garantizado su apoyo a las cuentas para desbloquear las de la Generalitat.

Suficiente para que la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, haya anunciado hoy que la reforma de la Rambla empezará el año que viene y, como estaba previsto, por la parte de bajo. Se hará en cinco fases. La comisión ha aprobado este martes el último paso necesario para sacar adelante las obras, que implican una inversión de 44,56 millones de euros. Se sigue el proyecto presentado por el equipo de arquitectos kmZERO, con la ex concejala y arquitecta Itziar González al frente, que es quien ganó el concurso internacional sobre la reforma ya en 2017. Y el último escollo era la necesidad de unos informes del ministerio de Defensa que el gobierno municipal ya ha obtenido. Ahora ya solo faltaba la asignación de presupuesto.

La nueva Rambla, una vez reformada, tendrá un único carril de circulación por cada lado y ganará espacio tanto en la plataforma central como en las aceras, que tendrán una anchura de un mínimo de tres metros, con un pavimento unificado con líneas horizontales de fachada a fachada. El paso de vehículos, como ya pasaba en el sentido ascendente, quedará restringido al tránsito vecinal, bicicletas, autobuses, la distribución urbana de mercancías, los vehículos de servicios y el acceso a los aparcamientos de la zona. En la zona de Colom-Drassanes, se modificará el trazado de la Avinguda de les Drassanes para mejorar la conexión con el litoral.

Vista aérea actual desde Colom
Propuesta de la Rambla desde Colom
El mosaico de Miró de la Rambla, en la actualidad
El mosaico de Miró de la Rambla en la propuesta
Vista actual desde el balcón de la Virreina
La propuesta para la Rambla desde el balcón de la Virreina

Uno de los cambios que se prevé sacar adelante durante 2022 es eliminar las paradas de los antiguos pajareros, ahora reconvertidas en tiendas de todo tipo, un punto que tiene en pie de guerra al colectivo de tenderos, que ya ha anunciado una concentración de rechazo este jueves. La retirada de las paradas será, a parecer del gobierno municipal, "uno de los grandes cambios" que se vivirá el año que viene en la Rambla. Según ha explicado la responsable de Urbanismo, la previsión es que, conjuntamente con los cambios físicos en esta arteria, también se desplieguen estrategias para fomentar la actividad cultural o mejorar las condiciones de vida de los (pocos) vecinos.

"Toda la reforma se tiene que hacer con dinámicas que eviten la expulsión de vecinos y faciliten atraer a más", ha remarcado Janet Sanz, y el regidor de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, ha añadido que la nueva Rambla tiene que funcionar como un lugar donde apetezca estar y que sea una buena conexión entre barrios: "Que deje de ser una frontera y sea un espacio donde pasen cosas".

Las obras en la Rambla coincidirán en el tiempo con las de la Vía Laietana, que se prevé que puedan empezar el marzo que viene con una inversión de 32,9 millones de euros.

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