Girona pone fin a la revolución del reciclaje después de meses de boicot y suciedad
El Ayuntamiento modifica el contrato con la empresa privada que gestiona la basura y elimina el calendario semanal de recogida selectiva
GeronaDesde que Girona cambió el sistema de recogida de residuos con contenedores inteligentes, a principios del 2025, la basura se ha convertido en el principal quebradero de cabeza de la ciudad. Hace meses que en la capital gerundense ya no están los clásicos contenedores de reciclaje, de los que tienen un color para cada fracción, sino que todo son recipientes multifracción que se abren con una tarjeta nominal y solo se puede verter el tipo de desperdicio (envases, papel, rechazo, textil sanitario u orgánico) que marca el calendario. Igualmente, en los barrios con menor densidad, hacen recogida puerta a puerta o sistemas mixtos, mientras que los comercios, que generan gran cantidad de residuos, también deben gestionar la basura con un horario concreto. Sin embargo, 7 meses después, paseando por la ciudad, se hace evidente que este nuevo sistema de recogida no ha funcionado como se esperaba.
Sobre el papel, el contrato entre el Ayuntamiento y la empresa privada Girona+Neta, que gestiona los residuos, no ha sabido prever la dimensión de un cambio de esta envergadura, que obliga a alterar por completo los hábitos de más de 100.000 gerundenses y gerundenses. Y, ante esta situación, muchos vecinos, que se quejan de que el sistema no es práctico ni eficiente, han respondido con incivismo y boicot, lanzando donde no toca la basura para mostrar su malestar contra el gobierno municipal. Todo ello ha provocado que prácticamente cada contenedor de basura de la ciudad esté rodeado de desechos, muebles viejos y todo tipo de suciedad como nunca antes se había visto. Cada día se producen más de 10 vertidos irregulares y durante el 2025 se han puesto ya más de 300 sanciones de entre 500 y 12.000 euros. Incluso se han detectado vertederos ilegales en algunos descampados de las afueras de la ciudad donde algunos vecinos van en coche a descargar la basura.
Modificación radical del contrato
Es por todo ello que el Ayuntamiento, después de realizar algunos ajustes y emitir sanciones a la empresa por incumplimientos, ha tomado la decisión drástica de modificar el contrato heredado con una reformulación a fondo que, de facto, supone el retorno de la ciudad a un modelo similar al original: a partir de 2026 devolverán los contenedores separados por cada fracción y se podrán abrir todos los días ya cualquier hora. Eso sí, manteniendo el uso de la tarjeta inteligente. Los cambios suponen la adquisición de más de 1.100 contenedores y un sobrecoste del 3,85%, que en la práctica se traduce en unos 6,5 millones de euros.
"Estas mejoras son el resultado directo de un proceso de escucha activa con la ciudadanía. El objetivo es claro: facilitar la vida a la gente y, al mismo tiempo, mejorar los índices de reciclaje en Girona y mantener una ciudad limpia. Nos adaptamos para mejorar", destaca el alcalde de la ciudad, Lluc Salellas y Vilar. Hasta ahora, por ejemplo, el papel y el cartón sólo podían tirarse un día a la semana; los envases, dos; el rechazo y textil sanitario, tres; la orgánica, cinco, y el vidrio, que hasta hace poco se podía tirar una vez por semana, a partir de este julio ya se puede tirar todos los días.
Críticas de vecinos y la oposición
La modificación del contrato responde a las peticiones de la mayoría de los gerundenses que en los últimos meses habían alzado la voz. La Asociación de Vecinos de Germans Sàbat, por ejemplo, había puesto en marcha la campaña Netegem Girona, publicando en las redes una retahíla de imágenes de contenedores brutos etiquetando al Ayuntamiento, y, en un mes, entregaron más de 6.500 firmas al consistorio reclamando mejoras. El aumento de la tasa de basura, combinado con el funcionamiento deficiente del servicio, tampoco ha ayudado a calmar los ánimos de los vecinos. "Esta situación es intolerable para las personas que viven en pisos pequeños, que deben mantener los pañales de los niños, el cristal y la orgánica almacenados en casa esperando que sea el día que vengan a recogerlo", argumenta Jordi Tomàs, uno de los impulsores de la campaña.
Más allá de los vecinos, la oposición también se ha cebado con el equipo de gobierno. El cambio de contrato se aprobó en el pleno de este lunes con los votos de Guanyem, Junts y Esquerra, además del concejal de Vox y la abstención del PP. Solo votó en contra el PSC: "La ciudad está sucia, y eso lo ve todo el mundo. La modificación del contrato que se aprobó no resuelve nada. Hasta el 2026, al menos, la ciudad seguirá igual", dice la concejala socialista Carla Aguilera.
El origen del contrato actual de contenedores inteligentes con Girona+Neta se remonta al 2022, firmado por el gobierno de Junts de Marta Madrenas al final del mandato, justamente con el voto en contra de Guanyem, que es quien se ha encargado de aplicarlo en el 2024 y 202. El objetivo de este cambio de sistema era llegar a los marcos europeos de 70% de recogida selectiva en 2030 y que un 60% de los desechos se acabe reciclando. Los mismos objetivos según los cuales el actual gobierno trabaja para adaptar el contrato firmado hace tres años al funcionamiento de la ciudad: "Queremos que Girona sea una ciudad que genera menos residuos, que apuesta por dar una segunda vida a los materiales y que pone la prevención en el centro de su política ambiental. Asimismo, los cambios presentamos se hacen basados en datos y nos permitirán mejorar los índices de recogida", argumenta el Concejal.