La cabalgata en un pueblo donde la mitad de los vecinos no celebran la Navidad

En Salt, la llegada de los Reyes se hace sin 'blackface' y con la participación activa de muchas familias de origen migrante

La carroza del rey Baltasar durante la cabalgata de Salt.
3 min

SaltoLa comitiva mágica de los Reyes Magos, además de protagonizar una cabalgata multitudinaria por el centro de la ciudad de Girona, también recorre las calles del pueblo vecino de Salt. Tiene menos pajes desplegados, vestidos humildes y carrozas modestas, pero igualmente muchas ganas de repartir magia e ilusión entre los niños. Salt es una de las poblaciones con mayor inmigración de Catalunya, donde conviven hasta 89 nacionalidades, y muchos de los vecinos no celebran las festividades de Navidad. Sin embargo, la tradición de la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar, pese a ser de raíz cristiana, tiene en el municipio una vitalidad y naturalidad genuinas, con saltenes de todos los orígenes, culturas y religiones implicados en la celebración de la fiesta .

Más allá de la sencillez, la principal diferencia con la cabalgata de Girona es el color de piel de los pajes de Baltasar. En la capital gerundense la cofradía de los Manaies, que se encarga de organizar la llegada de Sus Majestades, todavía practica el blackface en la comitiva del portador de la mirra, pese a las quejas reiteradas de las entidades contra el racismo. En Salt, en cambio, todo son vecinos de origen africano, que lucen su color natural de piel, e incluso en otras comitivas también se mezclan pajes con facciones de etnias diversas, en un reflejo del todo fiel y coherente de la realidad multicultural del municipio. Y para los niños que sigue la cabalgata y no entiende de polémicas ni discriminaciones, no cabe duda de que ésta es la decisión más lógica, creíble e integradora: "Ya llega el nuestro rey!", se avisan exaltados un grupo de niños de piel negra, señalando la carroza de Baltasar, en su paso por la calle Mayor de Salt.

Durante todo el trayecto de la cabalgata saltenca, Baltasar, vestido con una túnica verde esmeralda, es, con diferencia, el más aclamado. También el que lleva más marcha y hace bailar a la gente, pues le sigue uno séquito de tamborileros que tocan el djembé y hacen mucha juerga. "He nacido en Senegal, pero he crecido toda la vida en Salt, y participo en la cabalgata desde pequeño porque es una tradición que también me siento mía", explica Abba, uno de los percusionistas reales. Y añade: "No creo normal que en Girona pinten los pajes cuando hay mucha gente de color negro que es de aquí y que querría participar pero no los dejan". Muchos de los saltenques de piel negra que participan en la comitiva son de la entidad senegalesa Oudiodial, que vela por la integración y la ayuda social.

Los pajes de Baltasar en el campamento del Tres Reyes de Salt

Ejemplo de diversidad e integración

La realidad multicultural de Salt también se palpa en el público que sigue la cabalgata o visita el campamento. A lo largo del recorrido, se reúnen a partes iguales las familias catalanas autóctonas y las de origen migrante, que cantan con las mismas ganas la canción, tal y como marca la tradición. "Cada año venimos a esperar a los Reyes, a los niños les gusta mucho, no celebramos Navidad, pero mañana por la mañana, si se llevan bien, quizá tengan algún regalo pequeño", dice Aziza, de origen marroquí, sonriendo a los suyos hijos. Mujeres con velo que hacen fotos con el móvil, padres con chilaba con niños en los hombros y grupos de niños que siguen los pajes con patinete y piden confeti, purpurina y tampones en la cara: todos participan del recibimiento de los Reyes de Oriente a Salt, tengan o no regalos al día siguiente, en lo que es sin duda una gran fiesta popular de integración y acogida que va mucho más allá de cualquier creencia o religión.

stats