La relación no resuelta entre peatones, bicis y patinetes en Barcelona

El atropello de una mujer reabre el debate sobre el diseño para incluir a todos los medios de transporte

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El carril bici de la calle Aragón, a tocar del paseo de Gràcia, con "el damer".

BarcelonaUna peatona que este lunes quería coger un taxi en la calle Aragó de Barcelona, al lado del Passeig de Gràcia, fue atropellada por un patinete que circulaba por el carri bici. El Servicio de Emergencias Médicas (SEM) trasladó a la mujer, herida leve, al Hospital de Sant Pau. La Guardia Urbana ha identificado al conductor del vehículo, pero no lo ha denunciado, porque todavía está investigando el accidente y tiene que determinar si es responsable del siniestro, según explican fuentes municipales. La mujer, para acceder a la parada de taxis, atravesaba por el carril bici pero por una zona pintada de cuadros blancos, llamado damero, que le da preferencia porque ciclistas y patinadores tienen una señal de ceder el paso. El conductor del patinete eléctrico, que iba con un vehículo de movilidad personal (VMP) con asiento y motor, pasó mientras tenía el semáforo del cruce de delante de color verde.

Vídeo del atropello

Este nuevo accidente ha reabierto el debate sobre el diseño de las calles de Barcelona. Fuentes del Ayuntamiento explican que el damero se pinta, desde hace más de 10 años, en la calzada de los carriles bici para indicar que los peatones tienen prioridad en este espacio, que es de paso y donde no se puede estacionar. Es una zona que se marca para acceder tanto a las paradas de taxis y buses como a los contenedores. Antes del damero también se pinta una señal de ceder el paso en la calzada para los usuarios de los carriles bici. Pero este diseño no acaba de convencer. Uno de los miembros de Bicicleta Club de Catalunya, Adrià Arenas, lo define como “erróneo y complejo” por el hecho de que el espacio concentre una confluencia de peatones con un alto flujo de vehículos –bicis y patinetes– junto a una parada de taxis.

Los 'dameros' elevados en la calle Felip II.

El portavoz del Sindicato del Taxi de Catalunya, Carlos Fernández, recuerda que la parada de taxi de la calle Aragó al lado de Passeig de Gràcia no es única, porque hay una muy similar en la Plaça Sant Gregori Taumaturg. Fernández asegura que, a pesar de que el consistorio es reticente a hacer paradas así, es la mejor solución que han encontrado cuando se hacen carriles bici para conservar una zona donde poder esperar a clientes en puntos que tienen “una buena utilización”. El portavoz de los taxistas admite el peligro que puede conllevar esta combinación, pero añade que en otras calles, como por ejemplo Felip II, se han hecho unos dameros elevados que hacen que las bicis y los patinetes tengan que reducir la velocidad. “No nos queda más remedio que poner las paradas así o sacarlas”, expone Fernández.

Los ciclistas son los primeros que alertan del riesgo de conectar los carriles con las aceras. “La mayoría de conexiones de carriles bici no están resueltas como toca. Se envía a las bicis a las aceras y se genera esta interacción y este conflicto. Con un buen diseño gran parte del problema estaría solucionado”, lamenta Arenas. Pone como ejemplo que a los carriles bici que son centrales –que pasan por el medio de los coches, como por ejemplo en el Paral·lel o en el Passeig de Sant Joan– solo se puede entrar o salir circulando por los pasos de peatones. “El incivismo que se atribuye a las bicis es de la propia infraestructura”, considera. También cuestiona algunos carriles que pasan por encima de las aceras, como por ejemplo en la Sagrera y desde la Plaça Espanya hasta la Ciutat de la Justícia, que comparten el espacio con los peatones.

Arenas apuesta por revisar los carriles bici que son poco anchos, con dameros para ir a tirar la basura que no permiten lanzar la basura sin ocupar la zona de circulación. Además, pide que los semáforos tengan en cuenta a las bicis y no prioricen tanto a los vehículos de motor.

30 patinetes multados cada día

Según el Ayuntamiento de Barcelona, el año pasado 478 VMP con motor estuvieron implicados en accidentes, sin precisar cuántos fueron en un damero. Pero el teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle, defiende el trabajo de la Guardia Urbana, que en los tres primeros meses de este año ha multado cada día a casi 30 conductores de patinetes: desde enero hasta ahora se han puesto 2.600 denuncias a los VMP, que incluyen los patinetes eléctricos. “La actividad sancionadora y de vigilancia se ha incrementado”, asegura Batlle, después de que el consistorio empezara el año con una campaña para intensificar las multas a los patinetes. En todo el 2020 se sancionó a 8.500 conductores de VMP y en el primer trimestre las denuncias se han mantenido al alza. Batlle ha evitado valorar el accidente de este lunes y se ha limitado a decir que la Guardia Urbana es “especialista” en investigar siniestros de tráfico.

“Las nuevas fórmulas de movilidad en Barcelona y en cualquier gran ciudad están provocando nuevas fórmulas de accidentalidad. Nos preocupa”, admite el teniente de alcalde, que reconoce que se tendrá que continuar “insistiendo”. Batlle hace un llamamiento a los conductores de patinetes: “Se tiene que ser muy consciente de lo que se lleva entre manos”, porque, excepto el límite de edad, no se necesita ningún carné. Por eso apela a los comportamientos cívicos, “que desgraciadamente algunos usuarios no tienen”, acompañados del resto de los elementos de seguridad de los VMP, como por ejemplo el casco, el seguro y no superar los 25 km/h de velocidad.

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