Clam para reparar la represión silenciada sufrida por el pueblo gitano: "Somos la minoría más desprestigiada de Europa"
Un taller organizado por el ARA en Lleida rememora la resistencia de los encarcelados en 1749 y denuncia las secuelas de cinco siglos de opresión
LleidaLa discriminación de los gitanos en nuestro país viene de lejos. En 1499 llegó al Estado una comunidad, cuya forma de vida no encajó desde el primer momento. Originó una constante política legislativa con cientos de decretos y leyes represivas, que culminaron el 29 de junio de 1749, 250 años más tarde, con una orden real para detener el mayor número de gitanos posible. La madrugada del 31 de julio se ejecutó aquella orden, con un resultado de 12.000 gitanos en prisiones. Algunos lo bautizarían como La Gran Redada; otros, Barón Estardipen. Supusieron dieciocho años de reclusión separada de hombres, mujeres y niños gitanos, todos sometidos a trabajos forzados. Fue un intento de exterminio que fracasó y culminó con su liberación. Sin embargo, hoy en día el colectivo denuncia que la represión todavía continúa, con el silenciamiento y la falta de reparación de todo el daño que el colectivo arrastra desde entonces.
"Las secuelas y la herencia de ese intento de exterminio todavía están vigentes", ha denunciado Paqui Perona, mediadora social y presidenta de la asociación Veus Gitanes. "Hay que reconocer públicamente que el exterminio existió -ha añadido el activista romero Enerida Isuf– deben aplicarse políticas públicas, con suficientes recursos económicos, que asuman todo lo que los gitanos perdieron, como los derechos lingüísticos, los derechos económicos e, incluso, los derechos humanos". Fue, según las ponentes, un intento de homogeneización con el afán de imponer una sola lengua, un solo pensamiento, una sola religión y una sola economía. "A los árabes y judíos se les expulsó –ha recordado–, a nosotros quisieron exterminarnos". latente.
La independencia de las mujeres
Perona e Isuf han participado este lunes en Lleida en el último acto coorganizado por el ARA en colaboración con la Generalitat de Catalunya por varios municipios catalanes –Manresa, Gerona, Mataró, Tarragona y Barcelona–para conmemorar el 275 aniversario de la Gran Redada. Lo han hecho en la Lonja de Lleida con el taller La resistencia del pueblo gitano al exterminio silenciado. Las jornadas han tenido como eje central la exposición Barón Estardipen. Cárcel general de gitanos y gitanas en el Palau Robert de Barcelona. El objetivo: recordar, reparar y prevenir el antigitanismo mediante la visibilización.
Con estos actos se quiere dar a conocer unos hechos desconocidos por la mayoría de personas desde una perspectiva feminista y antirracista. Y es que, según ha denunciado Paqui Perona, "lo que más molestaba al Estado era la independencia de las mujeres, su forma de vestir menos pudorosa, la libertad de empleo que disfrutaban, eran mujeres que no estaban segregadas por los suyos hombres en el espacio público y esto creó la noción de una mala forma de vida".
Según la Generalitat, la represión antigitana "no ha tenido un reconocimiento efectivo por parte de toda la población ni tampoco por parte de las instituciones públicas responsables de garantizar la paz social y los derechos fundamentales, a fin de reparar la memoria del pueblo gitano y catalana ". "Hay que visibilizarlo para concienciar no sólo al pueblo gitano, sino a toda la sociedad, para que lo pasado no se vuelva a repetir, para educarnos en nuestra propia historia negra y silenciada y porque ahora, con la efervescencia de la extrema derecha, es un momento crítico", ha reclamado Isuf.
Tratados como migrados
Ambas ponentes han pedido políticas públicas efectivas y transversales en todos los ámbitos para reparar el daño que sufrió el pueblo gitano. Un ejemplo: sus estudios demuestran que la mujer gitana tiene una esperanza de vida quince años inferior a la media europea. Una reivindicación justa para ellas es que su edad de jubilación se avance proporcionadamente.
"En el imaginario colectivo existe la idea de que los gitanos estamos incapacitados", ha lamentado Perona, y ha añadido: "Han blanqueado incluso la incorporación de elementos de nuestra cultura en la sociedad española y catalana". "Somos la minoría con mayor desprestigio de toda Europa", ha dicho la mediadora social.
Isuf ha añadido la importancia del reconocimiento heterogéneo del pueblo gitano. "Llevamos 500 años compartiendo nuestra vida con los españoles, pero todavía estamos categorizados como colectivo migrado", ha criticado el activista de origen albanés, atribuyendo esta realidad. a la carencia de un reconocimiento específico del pueblo gitano.
Con el taller de este lunes se ha finalizado todo un programa de actos conmemorativos de La Gran Batuda. Ahora queda la parte más compleja, la que reivindican las ponentes del taller de Lleida: "Dicen que nos escuchan, pero no lo hacen de una forma activa", ha concluido Isuf.