¿Cómo podemos celebrar una Navidad segura?

La demanda de tests de antígenos se triplica este mes y deja sin existencias a las farmacias

Antònia Crespí Ferrer
2 min
Infectòlegs y epidemiólogos recomiendan encuentros privados y en lugares ventilados.

Segunda Navidad pandémica, marcado por el déjà-vu de los contagios disparados, y pendientes de si se aplican nuevas restricciones. La variante ómicron, en Catalunya, ha doblado los contagios semanales en solo 15 días y ya hay más de 400 casos por cada 100.000 habitantes a las puertas de las fiestas navideñas. De hecho, muchas familias se están pensando si encontrarse en grandes comidas y cenas, y otras ya han decidido que sí, pero con precauciones.

Esto explica que la demanda de tests de antígenos se haya disparado: desde hace días muchas farmacias están sin existencias. "Hemos agotado las reservas que teníamos para dos meses", explicaba al ARA el dependiente de la farmacia Diputació, que justo el sábado por la mañana acabó de vender los últimos tests que le quedaban. La llegada de nuevos pedidos está prevista para dentro de unas semanas, explican desde el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, pero no hay una fecha concreta.

Sobre los autotests de antígenos que se hacen en casa no hay datos registrados, pero sí de los que se compran en la farmacia y se hacen ahí mismo con supervisión: en noviembre se realizaron 12.868 pruebas, mientras que en diciembre ya se han hecho 38.900. La demanda se ha triplicado en un mes.

Ventilación y pocas personas

Los autotests —que ahora van escasos— se plantean como una herramienta útil para hacer los encuentros de Navidad algo más seguros, pero "a veces generan una falsa confianza", explica Quique Bassat, epidemiólogo e investigador Icrea en el Institut de Salut Global de Barcelona. De hecho, las medidas más efectivas para evitar contagios vuelven a ser las mismas de siempre: utilizar la mascarilla, distancia, ventilación, no mezclar grupos burbuja y, preferiblemente, estar en espacios abiertos.

"No desanimaría a la gente de hacer las comidas familiares, pero sí comidas y cenas como las del trabajo", comenta Bassat. Del mismo modo se ha pronunciado este lunes el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, que ha defendido los encuentros "con la gente que queremos" para "preservar la salud mental".

En este contexto lo mejor es hacer pocas comidas familiares, con poca gente y sin mezclar burbujas. Durante el encuentro es mejor tener las ventanas abiertas para que circule el aire y llevar la mascarilla siempre que no se coma. Además, si se puede evitar hacer comidas o cenas largas, mejor. "Por mucho que veas a los abuelos a solas, si has participado en cuatro comidas más sigues multiplicando el riesgo para ellos", afirma Bassat, que insiste en que hay que tener el máxima cuidado de las personas más vulnerables ante el virus.

La vacuna es la gran diferencia respecto a la Navidad del año pasado, pero lo cierto es que no impide la transmisión del covid y el peligro sigue siendo "alto" para las personas mayores. Más allá de las fiestas, lo que también preocupa es la situación de después, especialmente si se sigue con la tendencia actual de contagios. "Seguramente en ese momento sí tendremos que plantear una reacción", avisa el epidemiólogo.

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