Los contagios se estancan en una meseta

Los próximos días serán claves para ver si se dobla la curva

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Un paciente a la UCI de la Hospital Germans Trias y Pujol.

Girona“Estamos en una meseta, entre esta semana y los próximos diez días veremos si la tendencia es quedarse igual, subir o bajar”. Es el símil que ha utilizado el investigador del grupo Biocomsc de la UPC Enric Álvarez para definir la situación epidemiológica actual. El virus continúa en unos niveles de récord en Catalunya, pero hay algunos indicadores que muestran que la curva podría empezar a doblarse.

Por un lado, se ha registrado una desaceleración en el crecimiento: entre la primera y la segunda semana de enero los casos aumentaron un 38%, pero entre la segunda y la tercera el incremento ha sido del 18%. En total, del 14 al 20 de enero se han sumado 236.023 nuevos positivos, el máximo logrado en siete días desde la irrupción del covid-19. Así mismo, en una semana, han subido el número de ingresados: de 2.233 a 2.421, y las muertes semanales: de 189 a 194. 

Por el contrario, la velocidad de reproducción ha perdido fuelle: de 1,27 a 1,14 –es decir, ahora cada 100 nuevos contagiados infectan a 114 más–. Ha bajado el número de críticos –si este lunes son 506, hace siete días eran 527– y el porcentaje de pruebas que salen positivas ha pasado del 16 al 21%, lejos todavía del 5% que recomienda la OMS. “Suben los casos, pero vemos otros indicadores que están estancados, como la positivización, los testos de antígenos, el número de hospitalizados y las entradas en la UCI, que han disminuido. Por eso, serán claves los datos de los próximos días, porque veremos si empezamos a bajar, como ha hecho el Reino Unido”, indica Álvarez. 

Los estudios apuntan que la nueva variante provoca un número más pequeño de pacientes que acaban en los hospitales y en las UCI. Ahora bien, el jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Germans Trias, Roger Paredes, recalca que, aunque la proporción sea menor, cuando el número de contagios es muy alto como ahora, el número de ingresados también es grande. “Sí tiene una afectación menor, pero igualmente supone una presión muy significativa para el sistema de salud: la primaria está saturada y en los hospitales tenemos más de 500 personas en las UCI. No es una variante banal ni estamos en una situación de gripe”, subraya. 

Paredes calcula que en el Hospital Germans Trias los contagiados con ómicron representan el 70% de los hospitalizados en planta y el 40-45% de los críticos. Unas cifras diferentes de las de la Vall d'Hebron, donde el 90% de los ingresados son de la nueva variante, pero el 80% de los críticos son de la delta –el anterior. 

Preparar la próxima fase epidémica

Últimamente han surgido muchas voces que apuestan por empezar a tratar el coronavirus como una gripe. Sin ir más lejos el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, anunció que, si no surge ninguna otra variante que estropee sus planes, dejarán de hacer el recuento diario de casos a partir de abril y, por lo tanto, se tratará el virus como una gripe. Sin embargo, Paredes ha advertido de que todavía es temprano para llegar a esta fase. “Seguirá habiendo oleadas, no hay motivos para pensar que no: ni el virus ha cambiado ni hay suficiente cobertura vacunal en todo el mundo”, argumenta. 

El experto cree que entre marzo y abril “estaremos mejor que ahora”, pero puntualiza que no se sabe qué pasará a partir de entonces. “Y no hay ningún motivo para pensar que el virus dejará de evolucionar, y no sabemos si saldrán nuevas variantes más transmisibles o más severas”, recuerda. 

Por eso apuesta por centrar los esfuerzos en prepararse bien con todas las herramientas y recursos que haga falta. “Tenemos que reforzar el sistema de vigilancia epidemiológica, tenemos que secuenciar más muestras y de manera aleatoria, y tenemos que hacer planes de contingencia que marquen qué se hará si una persona de riesgo se acaba contagiando”, enumera Paredes. 

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