La vacunación contra el covid llega a los mayores de 80 años y a los dependientes

La atención primaria asumirá la organización de una campaña compleja con la incógnita de las dosis que tendrá disponibles

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La primera persona vacunada contra el covid  en Cataluña, Josefa Pérez, de 89 años, recibiendo este lunes la segunda vacuna de Pfizer

BarcelonaPoco a poco, el plan de vacunación contra el covid-19 avanza en Catalunya y esta semana las dosis empezarán a llegar a los mayores de 80 años y a las persones dependientes que han perdido su autonomía física y/o mental (los que viven en entornos comunitarios de grado III). Estos dos colectivos forman parte de los grupos prioritarios de la primera etapa de la estrategia de vacunación, junto con los usuarios de residencias y el personal que trabaja en centros sanitarios, pero su inmunización quedó temporalmente aplazada por la falta de dosis adecuadas. A partir de esta semana, sin embargo, el departamento de Salud prevé llegar de entrada a 31.000 personas frágiles, si bien la cifra de gente que forma el grupo de más de 80 años y dependientes es mucho más elevada, de 34.000 y 400.000 personas, respectivamente.

El secretario general de Salud, Marc Ramentol, ha reconocido que esta fase tiene una "gran complejidad organizativa" y que serán los equipos de atención primaria (EAP) los que asumirán la vacunación de este grupo de población. De hecho, serán ellos los que podrán decidir donde ponen las dosis, si en los mismos domicilios de las personas o en los centros de día o equipamientos similares a los que puedan ir, estableciendo rutas, o en los mismos centros de atención primaria (CAP). Prácticamente toda la logística de la vacunación, pues, recaerá en la atención primaria y concretamente en las enfermeras; una asunción de responsabilidades reivindicada desde finales de diciembre, con la llegada de las primeras vacunas, tanto por el primer nivel asistencial como por estas profesionales sanitarias.

"Creemos que es una decisión muy acertada teniendo en cuenta que las enfermeras de la primaria planificamos cada año todas las campañas de vacunas y conocemos nuestra población. Tenemos la experiencia y la pericia para hacerlo", afirma Glòria Jodar, directora de la EAP Sant Andreu de la Barca (Baix Llobregat), que asegura que las enfermeras están "a punto y entusiasmadas" con la vacunación. Por ahora, sin embargo, los CAP están pendientes de recibir información concreta desde el departamento para empezar a preparar la vacunación, pero Jodar apunta que los cimientos de la campaña de vacunación son muy sólidos. "No se nos hará difícil organizarnos, porque ya tenemos la población asignada, tenemos acceso a su historia clínica y los tenemos clasificados en función de sus riesgos, como por ejemplo la edad, las patologías crónicas, si viven solos o si tienen cuidadores", explica la enfermera.

Jodar admite que, teniendo en cuenta la fragilidad de estos dos colectivos, hay que poner mucho énfasis en la vacunación al propio domicilio o en los espacios donde pasan más tiempo, como los centros de día, y cree que serán más habituales los desplazamientos sanitarios que el que los pacientes se dirijan a su CAP o punto de vacunación del barrio. "Estamos acostumbrados a desplazarnos, pero si hay que hacerlo de una forma más intensa es evidente que tendremos que acotar y planificar las calles y las rutas para evitar ir dando tumbos", relata Jodar, que apunta que también habrá que priorizar el criterio de oportunidad. Es decir, si la enfermera tiene que ir al domicilio de un paciente frágil a hacer cuidados o controles y entra dentro de la ruta de vacunación, se informará al paciente o la familia para saber por avanzado si querrán que se le administre la vacuna.

Ahora bien, Jodar recuerda que para planificar la vacunación habrá que saber qué stock de vacunas tendrán y en qué cadencia se irán reabasteciendo. "Es clave para saber si podremos acelerar las vacunaciones o no. La parte más sencilla de la campaña es la punzada", destaca la enfermera. Y, de hecho, esta nueva fase de la campaña de vacunación catalana arrancará en una semana en la que han vuelto a fallar las entregas de las farmacéuticas: si bien han llegado 116.360 dosis –79.560 de Pfizer y 36.800 de AstraZeneca–, Moderna no ha entregado ninguna.

Esto hace que, a pesar de que los equipos de atención primaria “ya se estén organizando" para vacunar a este nuevo grupo de edad –según Ramentol–, las dosis disponibles sean escasas. La gente mayor se puede poner la vacuna de Pfizer o Moderna (en España, AstraZeneca solo se destina a los menores de 55) y estas dos dosis se tienen que priorizar entre los usuarios de las residencias de mayores –el 79% ya han recibido la segunda dosis– y los profesionales sanitarios –el 57% tienen la segunda– para completar sus pautas de vacunación antes.

Una recuperación lenta

Mientras la campaña de la vacunación avanza, la situación epidemiológica en Catalunya continúa a la baja con menos de 2.000 casos diarios y una tasa de pruebas positivas por debajo del 5%, que es el umbral que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para considerar que se controla la propagación del virus. El coordinador de la unidad de seguimiento del covid-19, Jacobo Mendioroz, ha explicado que los únicos brotes detectados que tienen unos porcentajes más preocupantes de incidencia están en la comarca de Osona, en especial en Manlleu. Pese a que Mendioroz ha reconocido que el 25% de los contagios en Catalunya ya corresponden a la variante británica, ha matizado que los brotes tienen un gran componente social y de vulnerabilidad de la población afectada, puesto que no todas las personas pueden hacer el aislamiento que haría falta o dejar de trabajar.

Pese a la mejora en los indicadores epidemiológicos, el dato más relevante para las autoridades sanitarias, la presión hospitalaria, se mantiene en cifras muy elevadas: hay 2.359 pacientes ingresados, 632 de los cuales están en situación crítica. “Las estancias medianas a la UCI se acercan a los 20 días. La recuperación es mucho más lenta”, ha explicado Ramentol, que ha hecho un llamamiento a “no bajar la guardia” a pesar de que se haya superado el pico de la tercera oleada. “No estamos en una situación de riesgo bajo”, ha insistido. Mendioroz ha atribuido esta lentitud en el descenso de los ingresos al hecho que la tercera oleada también subió más despacio que la segunda. “El descenso es muy progresivo. El tiempo en el que se volverá a la normalidad será largo”, ha pronosticado.

Esta evolución impactará, de hecho, en la decisión que los departamentos de Salud e Interior, a través del Procicat, tendrán que tomar esta semana sobre la prórroga de las restricciones. A pesar de que Ramentol no ha querido aventurar si se podrán flexibilizar algunas medidas a partir del próximo lunes, ha avisado que “no se tiene que esperar una desescalada absoluta o muy remarcable” debido a la presión asistencial. De hecho, ha asegurado que tienen “muy bien identificadas” las actuaciones que afectan la evolución epidemiológica, a pesar de que no ha precisado a qué sectores hacía referencia.

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