El Govern aplaza el cambio de normativa para recuperar el toque de queda después del domingo
El Govern asegura que la previsión es que se anule el sábado, con el estado de alarma, si el covid lo permite
BarcelonaTener que estar pendiente del reloj para controlar si se acercan las 10 de la noche tiene los días contados en Catalunya. El toque de queda acabará el sábado a medianoche, según la previsión del Govern. Al menos esto es lo que ha dicho la consellera de Presidencia y portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, en una entrevista a RTVE. “Si todo sigue igual, no hace pensar que sea necesario”, ha asegurado Budó, que ha verbalizado el fin de una restricción que empezó el 25 de octubre con el estado de alarma que decae el sábado. Desde los departamentos de Interior y Salut han querido matizar que la decisión no está tomada, pero que la intención es esta si los datos del covid lo permiten.
Lo que ya ha cambiado respecto a lo que anunció ayer Budó son los pasos que dará el Govern: hoy no se aprobará ningún nuevo marco normativo para poder aplicar medidas extraordinarias como el propio toque de queda o confinamientos territoriales cuando decaiga el paraguas legal de la estado de alarma, según ha avanzado la ACN y ha podido confirmar el ARA. Fuentes del Govern defienden ahora que hay margen de tiempo para hacer los cambios que se consideren necesarios más adelante y que no habrá ninguna discusión sobre este tema en el consejo ejecutivo de hoy y recuerdan que ya se hizo una modificación de la ley de salud pública de Catalunya para aplicar el verano pasado el confinamiento de la comarca del Segrià. Se había anunciado que se reforzaría este marco legal, pero finalmente se ha considerado que no es necesario hacerlo. En cualquier caso, todas las decisiones que afectan a derechos fundamentales deberán pasar por el TSJC, con el que ayer Budó dijo que los servicios jurídicos del Govern ya habían contactado para hablar de los cambios, aunque ahora se considera que no es necesario hacerlo.
El plan anunciado hasta ahora era introducir una modificación del decreto ley 27/2020 para incorporar el toque de queda en la ley catalana de salud pública. La idea era añadir que en pandemia se pueda prohibir la movilidad nocturna. Budó, de hecho, defendió ayer que la Generalitat tenga un marco normativo para, si es necesario, poder aplicar el toque de queda aunque termine el estado de alarma: "Nos preparamos para poderlo hacer". El conseller de Interior, Miquel Samper, dio incluso un paso más y pidió "instrumentos" al gobierno español para tener carta blanca en las restricciones. El motivo es que el toque de queda, como otras medidas que afectan a los derechos fundamentales, sin el estado de alarma necesita el aval judicial.
A pesar de que el viernes Sàmper no se mostró tan contundente en la petición estatal, ahora se ha sumado al llamamiento de otras comunidades autónomas de poder acceder a un estado de alarma “a la carta”. En todo caso, este debate tomará sentido si al final, en contra de lo que se ha anunciado, Catalunya quiere mantener el toque de queda. Una limitación que sin el estado de alarma tiene que pasar por los jueces y que nadie garantiza que reciba el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Por eso, como el Govern no descarta que, tarde o temprano, se tenga que volver a aplicar el confinamiento nocturno, pretende asegurarse que lo podrá hacer sin que los jueces lo tumben.
Una decisión a contrarreloj
El secretario general de Salud, Marc Ramentol, se ha pronunciado con más cautela sobre el fin del toque de queda porque ha mantenido que es “una medida efectiva”, aunque ha admitido que es “lesiva a nivel emocional”. En una entrevista a TV3, Ramentol ha avanzado que no se podrá tardar mucho más en tomar la decisión “definitiva” porque si incluye restricciones que chocan con los derechos fundamentales hará falta que antes pasen por el TSJC. Con el calendario a la vista, todos los ojos están puestos en el sábado a medianoche. A esa hora se acabará el estado de alarma y también el toque de queda. Por lo tanto, se podrá recuperar la libre movilidad nocturna después de más de medio año.
El fin del toque de queda coincidirá con la reapertura de los bares y restaurantes, que a partir del domingo podrán volver a tener clientes en los locales hasta las 11 de la noche. Esto signfica que, sin el confinamiento nocturno, no se tendrá que correr para acabar la cena con un rato de margen porque, una vez fuera del establecimiento, se podrá estar en la calle. El toque de queda es una medida tan drástica que impide salir de casa entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, excepto si es para ir a trabajar u otra de las excepciones. Así, el sábado a media noche la gente podrá estar en la calle y desplazarse sin que la policía pueda prohibir esta movilidad ni sancionarla.
Son conscientes de ello los Mossos d'Esquadra, que saben que el fin del toque de queda implicará cambios en los dispositivos. Desde finales de octubre, la policía ha dejado de desplegarse en las zonas, por ejemplo, donde se concentra la restauración y también ha notado una caída en la delincuencia. Fuentes de los Mossos dan por hecho que cuando el confinamiento por la noche no se aplique habrá más interacción de la población y esto obligará a reforzar la franja nocturna. A diferencia de lo que ha pasado con los botellones en la calle y las fiestas privadas, en las que la policía ha llegado a alertar las últimas semanas de repuntes, no se ha detectado un incumplimiento generalizado del toque de queda.
Una suma de miles de multas
A pesar de todo, los Mossos y las policías locales han puesto miles de denuncias desde el 25 de octubre para saltarse el toque de queda. Por ejemplo, entre el Jueves Santo y el Lunes de Pascua, se pusieron unas 1.500 multas por incumplirlo. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona explican que la Guardia Urbana ha sumado casi 19.000 sanciones desde que empezó a aplicarse el toque de queda. Pero a pesar del fin del estado de alarma y el confinamiento nocturno, otras medidas seguirán vigentes, como la prohibición de los botellones que Catalunya aprobó el verano pasado. Lo que puede pasar con la reducción de las restricciones es que los incumplimientos que ya se han visto se puedan extender en la calle durante la noche, cosa que pondría fin a medio año de una tranquilidad inusual.