"Dejaron una jeringuilla en el tobogán"

Barcelona"Eso ya fue ir demasiado lejos, fue una declaración de guerra", asegura Jordi Serracant, que lleva a sus hijas a la Escola Sant Josep Oriol de Barcelona y pasa muchas tardes en los jardines de Cèsar Martinell, un interior de isla con entrada desde la Gran Via y desde la calle Villarroel, en el Eixample. Cuando habla de '"eso" que ha hecho endurecer el tono de las familias contra la degradación del parque se refiere al hallazgo de una jeringuilla colocada en la parte de arriba del tobogán y con la aguja mirando hacia arriba. Un punto y aparte. Pasó el jueves de la semana pasada y entonces las familias que suelen utilizar el parque estallaron contra el Ayuntamiento a través de las redes sociales. "Cada semana, al salir de la escuela, el mismo escenario. Así llevamos años y nadie hace nada", se quejaba el presidente del AMPA del centro, Òscar Milla, que defiende que, llegados a este punto, "no hay más solución que precintar el parque y reformarlo de arriba abajo".

No es la primera vez que las familias de la escuela levantan la voz contra los déficits de limpieza y mantenimiento del espacio. Ya en 2018 fueron noticia cuando una farola con la base oxidada cayó de forma repentina sobre un padre que intentó proteger a los niños y al resto de adultos. Le rompió la tibia y el peroné y lo obligó a pasar por el quirófano. Entonces del AMPA ya hicieron un comunicado pidiendo medidas urgentes para evitar nuevos accidentes de este tipo y remarcando que esta era la "peor zona de recreo con diferencia" de todo el Eixample. Y el Ayuntamiento hizo una revisión de las farolas y sustituyó la que había caído. Pero las quejas por la degradación de los jardines continuaron.

Las familias que hacen uso del espacio aseguran que ya hace tiempo que de forma esporádica iban encontrando alguna jeringuilla y que, sobre todo, había un problema de excrementos de perros -y también, humanos- por todas partes y mucha suciedad. Pero desde hace unos meses, desde la primavera, la cosa se ha complicado porque explican que hay un pequeño grupo que usa el parque como punto de venta de droga y que algunos clientes se quedan a consumirla en los mismos jardines. "Los toxicómanos se han hecho suyo el espacio", denuncia Milla.

"Estamos hartos de encontrar jeringuillas y pipas de crack", añade Serracant, que explica que el jueves, con el hallazgo de la jeringuilla, cambió el tono de todo. Por suerte, remarca, quien la encontró fue un niño de más edad y no se tuvieron que lamentar males mayores: "No quiero ni pensar qué hubiera pasado si se la hubiera encontrado uno de los pequeños". La tensión se nota en el espacio en cualquier momento. Cuando este diario se acercó para ver cuál es el estado de la zona, también: era martes a la una del mediodía y había tres personas sentadas detrás la zona de juego que rápidamente se pusieron en guardia y quisieron saber cuál es el objetivo de la visita y, sobre todo, asegurar que ninguno de ellos aparecía en las fotos.

Limpieza y Guardia Urbana

Desde la alarma de la semana pasada, el Ayuntamiento asegura que asume el mantenimiento de la zona como un tema prioritario. Ayer por la mañana se hizo una "actuación integral de limpieza" y por la tarde había agentes de la Guardia Urbana y agentes cívicos en la zona. El gobierno municipal defiende que están en contacto con las familias para hacer un seguimiento de la problemática y que se garantizará una presencia intensiva de agentes en las horas pactadas con el centro: las de mayor uso por parte de los niños. La limpieza se coordina aquí con los equipos de la Agencia de Salud Pública en cuanto a la recogida de jeringuillas. Pero para el presidente del AMPA la respuesta llega tarde y es insuficiente: "El concejal me ha escrito por Twitter pero ni me ha llamado para ir a hacer una visita a los jardines".

Insiste en que hay que hacer fuego nuevo en la zona, una reforma integral que aleje los malos usos. Y el Ayuntamiento defiende que ya tiene previsto recoger este guante y que la reforma está prevista en el plan de inversiones de este mandato y que ya se trabaja en el proyecto ejecutivo. No figura, sin embargo, entre los proyectos con presupuesto asignado para este 2022.

Las familias tienen claro que no quieren cambiar este parque por otro porque abandonarlo sería complicar todavía más la situación que se vive. "Se tiene que repensar todo el espacio porque tiene muchos rincones, lugares donde los niños juegan y se pueden encontrar de todo, desde una jeringuilla hasta un excremento humano", denuncia Milla, que considera que la reforma ya no puede esperar más y no entiende por qué los vecinos no lo han llenado de pancartas denunciando su degradación. "¿No hay vecinos o qué?".