Diez formas de evitar un resfriado o una gripe

BarcelonaEl cambio brusco de temperaturas de los últimos días ha coincidido con un aumento drástico del número de resfriados y el punto álgido de la epidemia de gripe (uno previsto que Salut prevé que se alcance el lunes 20 o el martes 21). No deben confundirse resfriados y gripes, pero ambas son causadas por virus, los síntomas son similares, y las formas de evitarlas también.

Hay más de 200 tipos de virus de resfriados, por lo que es imposible inmunizarnos después de haber pasado uno; normalmente sufrimos de dos a cinco cada año. Suele empezar de forma gradual, por la nariz y por la garganta, y después puede bajar a los bronquios. Al cabo de varios días se cura sin tratamiento.

En cuanto a la gripe, la causan unos pocos virus contra los que hay cada año una vacuna. Empieza de golpe, con fiebre alta (los resfriados dan fiebre, pero más baja), dolores musculares, dolor de cabeza y cuello, malestar general, nariz tapada y tos seca. Puede, además, provocar diarreas, náuseas y vómitos, sobre todo en niños. La fiebre que provoca la gripe dura de cuatro a cinco días y la tos y el cansancio pueden durar tres semanas.

Evitar al 100% los resfriados y la gripe es imposible, pero hay muchas cosas que podemos hacer para disminuir el riesgo de estar expuestos a estas enfermedades y, si caemos, para recuperarnos lo antes posible . Éstas son diez medidas eficientes para sobrevivir a los virus:

1. Lávate las manos

De todas las claves para evitar resfriados y gripes ésta es la más importante. Es quizás la más difícil de llevar a cabo, por pereza, o porque estamos en lugares donde no hay agua. Pero es la medida estrella para mantener resfriados y gripes muy lejos. Si sólo se quiere seguir un consejo debería ser éste.

2. Utiliza alcohol o pañuelos húmedos

Se pusieron de moda a raíz de la pandemia de coronavirus, y posteriormente ha decaído su uso. Pero las pequeñas botellas de alcohol o pañuelos humidificados con alcohol o desinfectantes son una buena alternativa cuando no podemos lavarnos las manos. Aunque los virus de los resfriados y la gripe entran en nuestro cuerpo por las vías nasales, el hecho es que estos virus no sólo circulan por el aire sino que se depositan en todos los objetos. Se calcula que cuando una persona infectada entra en su puesto de trabajo, sólo necesita cuatro horas para expandir el virus por todas las superficies, desde la fotocopiadora hasta la máquina del café. Una medida eficaz es, por tanto, limpiar las superficies que compartimos: teléfonos, teclados de ordenador…

3. No te toques la cara

Obviamente, no podemos ir por el mundo limpiándolo todo con pañuelos empapados de alcohol. Lo podemos hacer en casa o en la oficina, ¿pero qué ocurre con la barra del autobús, la máquina expendedora de billetes del metro, la pantalla táctil del cajero automático? Por eso, si no podemos lavarnos las manos y no tenemos alcohol a mano, resulta crucial que no nos toquemos la cara con las manos. Cuando tocamos una superficie infectada llevamos el virus a los dedos, y al tocarnos la nariz, ojos o boca le facilitamos el acceso a nuestro organismo.

4. Expira

Es una medida muy simple, pero igualmente efectiva. Si a tu lado una persona tosa o estornuda no inspires aire en ese momento, sino todo lo contrario: expira. Evitarás que el virus entre en tus fosas nasales.

5. Duerme de siete a ocho horas

Ahora bien, que estés en contacto con el virus no significa que te contagies. Cuando tu organismo se infecta comienza una lucha por combatir el invasor. Si el sistema inmunitario funciona correctamente lo normal sería que el cuerpo consiguiera echar al virus sin más problemas, o en todo caso con síntomas leves. El problema es que conseguir que el sistema inmunitario funcione bien no es tan fácil como parece. Para ello hay una serie de medidas que podemos tomar, y ésta es la más importante: dormir.

6. Evita el estrés

Dormir al menos siete horas resulta crucial, pero es del todo insuficiente si durante el día vivimos situaciones de estrés. El estrés dispara la ansiedad y acelera la secreción de toxinas en el cuerpo, que se prepara químicamente para una lucha que, en muchos casos, nunca llega. Evitar el estrés no es fácil, pero es necesario ser conscientes de que las situaciones de estrés nos dejan en un estado muy vulnerable, justamente porque afectan a nuestro sistema inmunológico.

7. Haz ejercicio

Da pereza, y no siempre tenemos tiempo, pero la forma más simple y efectiva de mejorar el sistema inmunitario es hacer ejercicio. Cualquier tipo de deporte produce un efecto mágico: no sólo provoca una sensación de bienestar inmediato, mejora la salud y aleja la depresión, sino que nos hace menos vulnerables a los virus. Además, el ejercicio ayuda a relajarnos, una medida que, como hemos visto, ayuda a combatir las infecciones. El yoga resulta especialmente útil: ejercita el cuerpo y relaja, un perfecto dos en uno.

8. Recibe un masaje

Si la pereza te gana y no puedes soportar la idea de entrar en un gimnasio, ésta es una opción menos efectiva pero igualmente recomendable. Los masajes son una buena forma de combatir las infecciones porque, al mejorar la circulación de la sangre, ayudan a llevar a las células más oxígeno, lo que se traduce en un aumento de la inmunidad.

9. Bebe muchos líquidos

Es uno de los consejos más repetidos una vez ya estamos resfriados o tenemos la gripe. Pero beber es importante no sólo una vez sufrido el contagio sino también antes, para prevenirlo. El motivo es sencillo: el líquido que ingerimos debe ser expulsado posteriormente y, en este proceso, lo que estamos haciendo es liberar toxinas. Y un cuerpo con menos toxinas es un cuerpo más fuerte, protegido. Pero cuando hablamos de líquidos, hablamos de agua, zumos e infusiones. El alcohol, paradójicamente, deshidrata.

10. ¿Y los remedios naturales?

Ésta es la madre de todas las polémicas. Herboristerías y farmacias están a rebosar con todo tipo de productos que aseguran protegernos de resfriados y gripes. Algunos de estos productos, suplementos alimenticios, vitaminas, infusiones, homeopatía… son ciertamente caros, de forma que algo está claro: la prevención es un negocio que mueve una impresionante cantidad de dinero. Más allá de eso, saber qué hay de verdad y qué leyenda urbana es una misión imposible. No existe ningún estudio científico que permita sacar conclusiones claras, ni siquiera los beneficios de la vitamina C están probados. Por tanto, todo parece indicar que muchos de estos productos pueden estimular (pero no necesariamente) el sistema inmunitario, mientras que otros se limitan a mejorar los síntomas del resfriado una vez nos hemos contagiado. Son sólo unos ejemplos, pero la sopa o el caldo de pollo (sobre todo con apio y cebolla) parecen aliviar los síntomas y mejorar el sistema inmunitario; el té verde puede ser beneficioso, sobre todo con limón (que hace menos espesa la mucosidad) y miel (que es antibacteriana), y el zinc puede estimular las defensas (pero sólo en los momentos iniciales del contagio, después hay que evitar el suplemento, que tiene efectos secundarios y puede ser tóxico).

(Este artículo fue publicado originariamente el 12 de febrero de 2015 y ha sido readaptado)