Educación

La huelga de educación tendrá los servicios mínimos más altos de los últimos años

Los sindicatos critican que son "abusivos" y "no están justificados"

BarcelonaA pocas horas de la primera jornada de huelga en el sector educativo, los sindicatos han emitido un comunicado unitario en el que critican que los servicios mínimos decretados por el Govern son "abusivos y no están justificados" y avisan de que "dificultarán el ejercicio del derecho legal" a hacer huelga. El ARA ha comprobado que la resolución de los servicios mínimos para las seis jornadas de huelga que quedan de este mes de marzo son bastante superiores a las que se decretaron en la última jornada de huelga unitaria en la educación, el 16 de mayo de 2019, en el que los sindicatos pedían dar una hora menos de clases lectivas (volver al horario de antes de los recortes) y reducir las ratios. El paro tuvo un seguimiento del 10%. Todo apunta a que la de mañana, día 15, será más seguida.

Para la huelga de hace tres años, el Govern decretó unos servicios mínimos para asegurar "la proporcionalidad del servicio" y al mismo tiempo garantizar el derecho a huelga. Eran los siguientes: un miembro del equipo directivo, un docente por cada cuatro aulas en infantil y primaria (de 3 a 12 años), un tercio del personal de las guarderías y un docente por cada tres aulas en la educación especial hasta los 16 años. A las huelgas de este mes de marzo, en cambio, el departamento de Empresa y Ocupación ha establecido unos servicios mínimos que exigen la presencia de más personas en el centro, concretamente un miembro del equipo directivo, un docente por cada tres aulas en infantil, primaria y también en la ESO, y el 50% de la plantilla de las guarderías y de los centros de educación especial, así como de extraescolares y de comedor. En la práctica, esto supone que una escuela de dos líneas tendrá que tener mañana a cuatro maestros en el centro, uno más que hace 3 años, y que un instituto de dos líneas tendrá que garantizar la presencia de 2,5 profesores, mientras que hace tres años no existían servicios mínimos en la ESO. En las guarderías, los servicios mínimos también aumentan un 51% (del 33% de la plantilla al 50%).

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De hecho, los sindicatos han lamentado especialmente la asimilación del servicio público de ESO a educación infantil y primaria, por un lado porque dicen que "no es lo mismo el alumnado de 3 años que el de 16", y por otro porque este alumnado "no está en situación de estar desatendido en caso de no asistir al centro". Los sindicatos también criticaron el incremento de servicios mínimos en infantil y primaria respecto a la huelga del pasado martes, por el 8-M. Este punto, sin embargo, es impreciso, porque por el Día Internacional de las Mujeres el Govern decretó dos docentes cada cuatro aulas, por lo que en una escuela de dos líneas hacían falta al menos seis maestros, y no cuatro como ocurrirá mañana.

Sea como fuere, la jornada de huelga de mañana se prevé bastante multitudinaria y, de momento, algunos docentes pasarán la noche acampados ante la conselleria de Educación, donde el martes terminará la manifestación unitaria. Los sindicatos educativos en bloque (Ustec, CCOO, UGT, Intersindical, Aspepc, CGT y Usoc) anunciaron la convocatoria de huelga de cinco días (15, 16, 17, 29 y 30 de marzo) encendidos por los cambios anunciados por el conseller, Josep González-Cambray, sin consenso previo, especialmente por el adelanto del curso escolar. Los sindicatos se encerraron en la conselleria pidiendo una reunión con el conseller y, al acabar sin acuerdo, anunciaron la convocatoria de cinco días de parón. La reacción sindical puso en alerta a la conselleria, pero también a muchos docentes, que expresaron en privado y en público, a través de las redes sociales, que hay otros motivos más graves para ir a la huelga, como los recortes acumulados, la reacción del Govern ante la sentencia del 25% de castellano (hay otra huelga convocada específicamente para este tema, el 23 de marzo) o el despliegue de los nuevos currículos, que consideran que se ha preparado con prisas y supondrá "un empobrecimiento" del nivel de los alumnos. El calendario fue solo "la gota que colmaba el vaso", dijeron entonces los sindicatos, y añadieron viejas reivindicaciones a la protesta, como la inversión del 6% del PIB o la estabilización de las plantillas.

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Con los días, la ola de indignación entre el colectivo educativo ha crecido: se han sumado los docentes de la escuela concertada, la educación especial, los monitores de ocio, el Marc Unitari de la Comunitat Educativa (es decir, las entidades estudiantiles y también las principales asociaciones de familias) y, en un gesto inédito, los directores de Barcelona o las comarcas gerundenses, que han dicho que se suman a la huelga del martes día 15. A finales de la semana pasada, el conseller envió una carta a todos los docentes de Catalunya para agradecerles su trabajo –"Estoy orgulloso de ti", les decía– y, aunque no citaba en ningún momento la convocatoria de huelga, fue visto por buena parte del profesorado como un intento de disuadirles de hacer huelga. Este martes se comprobará si la estrategia ha funcionado.