Selectividad

"No entienden que escribir bien lo es todo": la nueva selectividad penalizará la mala redacción

El último borrador de las nuevas PAU, que todavía está estudiando Cataluña, prevé que la ortografía suponga el 10% de la nota

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Alumnos a punto de empezar la selectividad, en una imagen del 2023 en la UB.

BarcelonaEste fin de semana el ministerio de Educación ha hecho llegar a las comunidades autónomas el último –de los muchos– borradores del decreto que regulará la nueva selectividad en todo el Estado. Tal y como han confirmado fuentes del ministerio al ARA, una vez reciba luz verde por parte del Consejo de Estado, el documento debería aprobarse en los próximos dos o tres meses en el consejo de ministros y, por tanto, las normas que prevé ya deberían aplicarse a la selectividad del curso 2024-2025.

El borrador del decreto que ha avanzado El País y al que ha tenido acceso este diario prevé novedades como que escribir correctamente suponga el 10% de la nota de la selectividad, que exista un único modelo de examen o que cada prueba dure 90 minutos, en lugar de los 105 que se habían llegado a plantear.

Si el borrador tira finalmente adelante, lo suficientemente probable teniendo en cuenta que ya ha pasado el período de aportaciones por parte de las comunidades autónomas, por primera vez, cuando los alumnos hagan el examen, recibirán los criterios de corrección que se utilizarán para cada ejercicio. Aunque el borrador no ofrece todos los criterios de forma detallada, sí estipula claramente que se tendrá en cuenta "la coherencia, cohesión, presentación y corrección gramatical, léxica y ortográfica" en todos los ejercicios. Además, se enfatiza que, en los ejercicios en los que el alumno tenga una pregunta abierta y tenga que escribir un texto, este criterio supondrá, como mínimo, el 10% de la calificación de esa tarea.

Ahora bien, aunque con el cambio por primera vez se establecerían unos criterios de corrección comunes para todas las comunidades, la poca concreción de estos puntos todavía deja abierto cómo se materializarán en Cataluña, donde fuentes del departamento de Investigación y Universidades ya han confirmado que están estudiando el nuevo borrador. En este sentido, hay que tener en cuenta que en la última convocatoria de la selectividad catalana los criterios de corrección contemplaban restar 0,1 puntos por cada falta de ortografía en los textos de los exámenes de catalán y castellano, pero no se hacía ninguna mención sobre la ortografía o el léxico en las asignaturas que no eran de lengua y literatura, dejando en manos del corrector qué impacto podían tener estos errores en un ejercicio.

"Las notas bajarán seguro, pero posiblemente provocarán más discordancias: los mejores irán mejor y los más malos bajarán", considera Gemma Gómez, docente de catalán de un instituto público y miembro de la plataforma DocentsCat, un grupo de más de un centenar de profesores de lengua y literatura catalana que se han unido para proponer medidas contra la situación de emergencia que vive la lengua en las aulas. "La medida puede ser buena porque hará que los alumnos también tengan que fijarse en cómo escriben en otras materias y sean más conscientes de la importancia que tiene y de cómo no es sólo una manía del docente de lengua", comenta Gómez. Sin embargo, la profesora hace una advertencia clara: mejorar la forma de escribir de un alumno de bachillerato no es fácil. "Tengo alumnos de 16 años que hacen 30 faltas en un examen, que no saben cuándo deben escribir una B o una V o si una palabra lleva H... Y todo es porque tienen la memoria visual despistada", lamenta la docente . Explica que la ortografía, una vez entendidas las normas, se basa en inputs visuales y, hoy en día, la mayoría de estímulos de este tipo que reciben los adolescentes vienen de redes como WhatsApp o TikTok, donde los mensajes no tienen por qué estar bien escritos. "No pueden interiorizar en la memoria cómo se escribe correctamente si continuamente leen textos con errores", insiste Gómez.

Más allá de los referentes, la profesora también alerta de que muchos alumnos no son conscientes de la importancia de tener una buena redacción: "No ven que escribir bien lo es todo y que, si tú no sabes ordenar las ideas y puntuar bien, puedes acabar diciendo A cuando en realidad querías decir Z. Y lo mismo ocurre con el vocabulario: si tú les enseñas una palabra nueva, ellos creen que el tema no va con ellos". En este sentido, Gómez también asegura que las carencias lingüísticas de los alumnos deben abordarse mucho antes. "Han trabajado la ortografía en primaria y secundaria... En bachillerato el currículo es muy largo y, si me dedico a explicar la ortografía de nuevo, no tengo tiempo de contar nada más".

Descartada la famosa prueba de madurez

Más allá de valorar cómo los alumnos se expresan de forma escrita, la nueva selectividad, que debería estrenarse en el verano de 2025, deja de lado la idea de implantar un examen de madurez, algo que sí que se había previsto en anteriores borradores. Otra novedad será que ya no se darán dos modelos de examen de una materia para que el alumno elija, sino que habrá un único modelo, y sólo en algunos casos se podrán escoger algunas preguntas. Ahora bien, el borrador también subraya que esto no podrá acarrear "la disminución del número de competencias que serán objeto de evaluación". De esta manera, se interpreta que los alumnos no podrán jugársela estudiando sólo una parte del temario. Tal y como ya se había apuntado a las pruebas piloto que se realizaron el curso pasado, los nuevos exámenes también tendrán un enfoque más competencial y exigirán "creatividad y pensamiento crítico" a los alumnos.

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