Sinhogarismo

Bakary Diba, el joven sinhogar de 34 años que falleció en el parque de la Ciutadella

Sufría de insuficiencia renal y sobrevivía con medio centenar de personas en un asentamiento informal

Una persona sinhogar carga con un carro a las puertas del parque Ciutadella de Barcelona, en una imagen de archivo.
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BarcelonaEn plena ola de frío, el 14 de enero por la tarde Bakary Diba murió al raso en Barcelona. Tenía 34 años, sufría de insuficiencia renal y sobrevivía con medio centenar de personas en un asentamiento informal escondido en un rincón del parque de la Ciutadella. Lo poco que tenía lo ganaba recogiendo chatarra. Según explican desde la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente de Catalunya (CNAACAT), tres días antes de su muerte, el joven había ido de urgencias al Hospital del Mar, y una vez atendido, fue dado de alta sin que los servicios sociales hospitalarios le dieran una alternativa, siempre según las mismas fuentes.

Sin embargo, fuentes del Hospital del Mar aseguran al ARA que la última vez que atendieron a Bakary Diba fue hace tres semanas, a finales de diciembre, por problemas en los riñones. En ese momento, se le programaron una serie de citas médicas para hacer diálisis y el joven no acudió. Desde el hospital también afirman que, viendo su situación de vulnerabilidad, le ofrecieron ponerle en contacto con los servicios sociales y él lo rechazó. Los Mossos d'Esquadra recibieron el aviso de su muerte sobre las 17 horas de este martes. Antes ya había acudido el SEM. La policía descartó cualquier atisbo de criminalidad.

Aunque en un principio la CNAACAT informó de que la víctima tenía 26 años, finalmente el Ayuntamiento de Barcelona ha precisado que tenía 34. En un comunicado, el consistorio lamenta "profundamente" su muerte e informa que Bakary Diba estuvo vinculado a los servicios sociales municipales desde su llegada a la ciudad en 2018 hasta octubre de 2024, cuando, según el consistorio, marchó de forma voluntaria del Centro de Primera Acogida de Zona Franca. El ayuntamiento afirma que durante su estancia en el centro de acogida estuvo en seguimiento sanitario por parte de los equipos ambulatorios. El pasado 3 de enero no acudió a la entrevista programada de su seguimiento.

A falta de los resultados de la autopsia, la presidenta de la entidad, Basha Changue, asegura que la muerte del joven "se podía haber evitado" y le atribuye a una "suma de factores de racismo estructural" que fuerza los migrantes que no pueden regularizar su estancia a vivir en los márgenes de la sociedad: desde la imposibilidad de empadronarse por las trabas burocráticas que imponen la mayoría de los ayuntamientos, hasta los obstáculos para que accedan a servicios sociales básicos oa ocupar una plaza de emergencia.

Changue afirma que en la Ciutadella, la Guardia Urbana sistemáticamente toma las tiendas y otros objetos que sirven a los residentes para protegerse del frío. Así que cuando el joven Diba salió del hospital regresó a su rincón, sin siquiera un saco, y afirma que estaba "tan débil que dejó de comer y de beber hasta su muerte" el martes. "Hace tanto frío que por las noches no pueden dormir y duermen de día", explica el activista, que denuncia la actitud poco empática de algunos agentes con los compañeros de Diba: "Les amenazaron que les expulsarán cuando empiecen las obras de la Ciutadella, sin respetar su duelo", se queja.

Vulnerabilidad

Según una encuesta que recientemente hizo pública la Fundación Arrels, un referente en la atención al sinhogarismo, sólo a un 13% de las personas sin hogar se les ofrece una plaza en un sociosanitario o servicio adaptado después de un ingreso hospitalario y un 17% más vuelve a la calle a pesar de verbalizar que no tiene una casa en la que reposar y recuperarse De hecho, sobrevivir en la calle complica el seguimiento de controles médicos o terapias y, junto con la dureza de estar al raso las 24 horas, explica que la esperanza de vida media del colectivo sea hasta 30 años inferior a la de la ciudad de Barcelona.

Los activistas de la CNAACAT intentan ahora contactar con la familia de Diba en Senegal, para saber si desean repatriar el cadáver para enterrarlo en el país de origen, En medio del dolor y el duelo, Changue afirma que sobre el rincón de la Ciutadella "flota la pregunta de quién será el siguiente en morir"

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