Marruecos afloja y retoma los controles en la frontera con Ceuta

Sánchez viaja a la ciudad autónoma y avisa a Rabat de que reaccionará ante cualquier "desafío"

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Imagen de la playa melillense, con las personas que han acabado de llegar y los militares desplegados

Barcelona / BruselasDespués de casi dos días en los que han dejado pasar a casi 8.000 personas a Ceuta, las autoridades marroquíes han vuelto a actuar e impedir el paso de más personas que esperaban en las localidades limítrofes su turno para poder pasar la frontera. De momento, se han restablecido los controles policiales en Castillejos y Beliones, mientras que el refuerzo de soldados, policías y guardias civiles enviados a la ciudad autónoma se mantendrán sine die, a la espera de que se calme la tensión entre los dos países. Han sido dos jornadas intensas en la frontera, durante las cuales casi 8.000 personas –hombres solos pero también familias enteras– han entrado irregularmente en Ceuta ante la pasividad de los guardias marroquíes. La prueba de la gravedad de la crisis sin precedentes es que Pedro Sánchez ha cancelado su agenda y se ha trasladado a Ceuta para dar un mensaje de "firmeza" y recalcar que su gobierno reaccionará ante "cualquier desafío, cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia", en una comparecencia institucional desde la Moncloa, poco después de hablar con el rey Felipe y el presidente del PP, Pablo Casado.

La primera respuesta española ha sido movilizar el ejército, que patrulla por calles de la ciudad autónoma y ha desplegado unidades de tanques por las playas, donde están llegando el grueso de los inmigrantes marroquíes y subsaharianos, cansados pero con buen estado de salud, explican las ONG. A su vez, Madrid ha reforzado la zona con 200 policías y guardias civiles y espera doblar la cifra en las próximas horas para agilizar las devoluciones, que empezaron rápidamente para enviar un claro mensaje que no se deja intimidar por la llegada masiva. En pocas horas ya había devuelto a Marruecos 4.000 inmigrantes, la mitad de los llegados, según el último balance del ministerio del Interior español, que asegura que entre ellos no estaban ninguno de los 1.500 menores que han llegado. Las entidades de derechos humanos, sin embargo, advierten de que la rapidez impide hacer un tratamiento individualizado de cada persona, a pesar de que el gobierno español defiende que actúa siempre siguiendo los protocolos vigentes, de 1992.

Tanto Sánchez como sus ministros han evitado responsabilizar Rabat de la crisis actual y tienen cuidado de no vincular la entrada masiva con una dejadez de los guardias marroquíes. En un ejercicio muy calculado de palabras para no herir susceptibilidades del socio que controla la frontera sur, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, se ha limitado a mostrar "el disgusto y el rechazo" por la llegada récord de inmigrantes a la embajadora marroquí en Madrid, que ha sido llamada a consultas por Rabat.

La atención al líder del Polisario

El estallido de la tensión de las últimas horas –y que se ha calmado a última hora de la tarde– se origina hace poco más de un mes cuando España accedió "por motivos humanitarios" a tratar por coronavirus al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño, a petición de Argelia, el país que da cobertura a los saharauis. En Rabat no lo convenció la justificación española y avisó de que tomaba nota y que habría consecuencias. Y a pesar de que desde entonces ha habido un goteo constante de entradas de marroquíes y subsaharianos en Ceuta sin ningún impedimento por parte de los policías marroquíes, hasta ayer lunes no saltaron las alertas ante una llegada masiva sin precedentes. De hecho, la de abrir y cerrar el grifo del flujo migratorio es la vía con la que tradicionalmente Marruecos expresa su malestar con Madrid y supone un auténtico termómetro para valorar por qué estado pasan las relaciones bilaterales. Sin ir más lejos, en agosto de 2014 Rabat dejó el paso libre a 1.400 personas en dos días como represalia por el hecho de que la Guardia Civil interceptara el barco del rey Mohamed VI en aguas españolas. Teniendo en cuenta que 8.000 llegados es una cifra récord que supera los momentos culminantes de la crisis de los cayucos en Canarias, el grado de irritación de Rabat es muy elevado y el Sáhara continúa siendo su línea roja.

Pero para el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la crisis actual es la suma de un cúmulo de “circunstancias y causas múltiples”, como por ejemplo problemas socioeconómicos y la pandemia, que se están “analizando”. Aunque ya estaba previsto y presupuestado, el azar ha querido que el consejo de ministros aprobara, precisamente hoy, una ayuda de 30 millones de euros al ministerio del Interior marroquí para reforzar las fronteras y, oficialmente, pueda luchar contra las mafias y la inmigración irregular.

Al margen de la crisis diplomática, durante toda la jornada la entrada irregular de centenares de personas en Ceuta por mar y por los caminos costeros ha sido continua. En un vídeo difundido por el Sindicato Unificado de Policía, cuya autoría se desconoce, se aprecia cómo la policía marroquí abre, literalmente, la puerta de la valla a decenas de jóvenes.

"Todavía está llegando muchísima gente esta mañana", explicaba desde Ceuta Irina Samy, de la ONG No Name Kitchen, que desde hace unos meses acompaña y asesora a migrantes atrapados en la ciudad autónoma. "Las calles están llenas de gente, también de muchos niños, que corren perseguidos por la policía", añade. La entrada de niños muy pequeñas es una de las cosas que más destacan las entidades de ayuda, así como la presencia de más mujeres que en anteriores entradas masivas. La mayoría de los que llegan son trasladados a unas naves de la playa del Tarajal, que ya estaban muy llenas y que ahora están del todo desbordadas. Llegan cansados por el esfuerzo de la nadada, pero según fuentes de la Cruz Roja tienen buen estado de salud.

Reacción europea

Poco han tardado en llegar las primeras reacciones desde la Comisión Europea a raíz de la entrada de miles de personas en Ceuta huyendo de la pobreza. Uno de los objetivos del ejecutivo que preside Ursula von der Leyen es encontrar el consenso para pactar una política migratoria y de asilo común, pero hasta ahora no ha tenido éxito. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha asegurado que la UE "hará todo lo que sea necesario" para apoyar a España. La Comisión Europea, ha dicho, ha contactado con el gobierno de Marruecos: "Estoy convencido de que encontraremos soluciones comunes ". Borrell se ha reunido esta tarde con los ministros de Exteriores de la UE en un encuentro en el que Arancha González Laya ha informado a sus homólogos de la situación en Ceuta.

Mapa de situación

Poco antes, la comisaria del Interior, Ylva Johansson, ya había calificado de "preocupante" la llegada de inmigrantes, "muchos de ellos niños", y había indicado que "lo más importante es que Marruecos continúe comprometido con evitar las salidas de migrantes irregulares y que aquellos que no tengan derecho a quedarse vuelvan de manera ordenada a su país", ha dicho la comisaria sueca. 

Por su parte, el vicepresidente para la Promoción del Estilo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, también ha tuiteado: "La frontera española de Ceuta es una frontera europea. Plena solidaridad con España. Necesitamos ya el Pacto de política migratoria europea: acuerdos con países terceros; una robusta protección de nuestras fronteras; solidaridad entre los EEMM, y una política de migración legal". La propuesta de pacto migratorio presentada por la Comisión Europea pasa por intensificar los regresos y establecer "patrocinios" de los países que en vez de acoger quieran dotar de recursos para ayudar a devolver personas "sin derecho a quedarse en la Unión".

Para la especialista en migraciones Gemma Hueso-Jiménez, la crisis actual es un episodio más de la relación histórica "de tira y afloja" entre Marruecos y España y, a pesar de que admite que puede haber "múltiples causas", señala como origen la falta "de política migratoria" del gobierno español que, "obsesionado por el control de las fronteras", no ha dejado ninguna vía para la entrada regular y legal. Por eso Marruecos se aprovecha y usa "las personas migrantes y sus derechos en función de sus intereses", sin importarle que la migración los "aboca a un futuro con muy pocos derechos", puesto que el actual marco jurídico permite las expulsiones, sostiene la experta de la consultora Instrategies Think&Do. Respecto a la entrada de los 1.500 menores, advierte que Rabat es consciente que "el tema de los menores es muy sensible para España" y por eso no tiene ningún problema en permitir ponerlos en riesgo.

En la misma línea se ha mostrado la presidenta de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Estrella Galán, para quien Marruecos "juega permanentemente" con su población, y ha subrayado que no se puede negociar con un país que viola los derechos humanos porque "las conversaciones siempre estarán condenadas al fracaso", ha dicho.

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