Vivienda

"Los 'expats' pueden tener pasta, pero van al polideportivo municipal como todo el mundo"

Teresa Núñez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Poblenou, pone sobre la mesa el gran problema de vivienda que viven en el barrio

Teresa Núñez de Arenas, en la Rambla del Poblenou
20/08/2025
2 min

Se conoce como el barrio de los 'expats', de los espacios de coworking y de las altas oficinas. Poblenou ha cambiado su paisaje en pocos años, y lo que era industrial y obrero ahora es turístico y sobre todo, muy goloso para los extranjeros que quieren venir a vivir a Barcelona. Teresa Núñez es la presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio y una testimonio de los cambios que ha vivido Poblenou, tan urbanísticos como en lo que respecta a los vecinos que ahora viven.

Proyectos como el del 22@, la apertura de la Diagonal o la Villa Olímpica tenían como objetivo abrir el barrio al resto de la ciudad, pero también han provocado que cada vez haya más gente que quiera vivir en Poblenou. Desgraciadamente y como ocurre en el resto de Barcelona, el problema de la vivienda también se ha enquistado, así como una falta de equipamientos que los vecinos intentan resolver: "Los expados pueden tener pasta, pero van al polideportivo municipal como todo el mundo", explica Teresa. Y estos no son los únicos equipamientos saturados: durante muchos años, el barrio también tuvo un déficit de escuelas e institutos, y hoy en día todavía faltan CAP para atender toda la demanda.

Pero la vivienda sigue siendo la gran cuestión a resolver: con el tiempo. Lo que ya debería estar hecho o al menos empezado, no ha pasado". Núñez denuncia que se han iniciado proyectos que se han basado en la especulación y los intereses privados, y que, en cambio, la vivienda pública va con años de retraso. De momento, hay 238 en ejecución de los 3.500 prometidos a corto plazo, según. hecho, fue hace un año en el que unas sesenta entidades del barrio se unieron y crearon la Coordinadora por el Derecho a la Vivienda del Poblenou. De momento, han pedido al distrito de Sant Martí que se cree una mesa de vivienda. "cero" y que restan a la espera de una respuesta de la administración.

Aunque los pisos de protección oficial van con años de retraso, lo que sí se construye son oficinas: "La mayoría están vacías, pero se hicieron porque se acababa la licencia para poder construir", añade Núñez, que denuncia que vivimos en " edificios sin gente" como negocio. Una opción propuesta por el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, fue convertir estas oficinas en viviendas, pero la Asociación no lo ve con buenos ojos: "Sería dar más ganancias a los inversores privados".

Pérdida de identidad

"Si caminas por la rambla de Poblenou no oirás hablar castellano ni catalán. Pero es una dicotomía: es un buen lugar para vivir y es normal que la gente quiera venir", dice Núñez. La transformación del barrio y la llegada masiva de turistas también implica una pérdida de la cultura e identidad del Poblenou: los vecinos se ven obligados a marcharse y muchos comercios a cerrar porque no pueden asumir los precios de los alquileres: "Ya no tenemos croissants, tenemos medialunas, y no tenemos cupcakes, tenemos muffinsEstas son algunas de las quejas de los vecinos: la masificación, la pérdida del comercio de proximidad, el aumento de precios y el hecho de que ya no se está hablando de un turismo estacional, sino que es todo el año que es necesario vivir y aceptar esta nueva calidad de vida.

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