La Fiscalía exculpa a los dos militares del Bruc y dice que el sorteo de los servicios de una prostituta fue "ficticio"
El ministerio público considera que no se puede atribuir ningún delito a los soldados implicados en una conversación de un grupo de WhatsApp
BarcelonaLa Fiscalía solicita el archivamiento de la causa penal abierta contra dos militares del cuartel del Bruc —un cabo y un sargento— que propusieron en un chat de Whatsapp el sorteo de los servicios de una prostituta. Según el ministerio fiscal, se identificaron a los dos autores de los mensajes en un grupo "no oficial" y el sorteo fue "totalment ficticio", puesto que según la investigación interna, "nunca hubo la intención real de contratar los servicios de una prostituta" ni se llegó a hacer "ningún trámite". Dice la Fiscalía que "el premio real y efectivo" fue una cesta de Navidad. Como no llegó a producirse el sorteo, el ministerio público considera que los hechos no pueden ser constitutivos de "ningún delito contra la prostitución" ni puede acreditarse tampoco "un discurso de odio". Por este motivo, puesto que los hechos no pueden enmarcarse en ningún delito existente en el Código Penal, se solicita el archivamiento de la causa dejando abierta la puerta a responsabilidades disciplinarias hacia los dos militares, una decisión que, en todo caso, tendría que tomar el ministerio de Defensa.
La decisión de la Fiscalía llega después de que el caso llegara al juzgado de instrucción número 30 de Barcelona por una denuncia del mismo jefe del regimiento de infantería Barcelona 63. El responsable del ejército trasladó el caso a las autoridades judiciales a raíz de la publicación de un reportaje del ARA del día anterior en el que se denunciaban las conversaciones que se realizaron en el grupo de Whatsapp, donde había unos setenta militares, e incluso se llegó a colgar un cartel anunciando el sorteo en la cantina del cuartel.
El 7 de diciembre el ARA explicó cómo un grupo de militares enviaban mensajes en un grupo de Whatsapp interno hablando del sorteo de los servicios de una prostituta, que serviría para recaudar dinero para las fiestas de la compañía. En la conversación a la cual tuvo acceso este diario había mensajes subidos de tono y se descalificaba y vejaba a la chica con comentarios machistas y denigrantes. En el chat no había ni capitanes ni sargentos, pero sí algunos mandos: el rango más alto eran los cabos (el sargento que lo organizaba no estaba incluido). Todo el mundo que había aportado 25 euros para la cena prevista para el Día de la Inmaculada, patrona de la infantería, entraba en la rifa. También se podía participar pagando tres euros y cualquier militar podía repetir para tener más opciones añadiendo un euro para comprar nuevas participaciones: lo limitaron a un máximo de 52 boletines. En el chat de la compañía, donde se hablaba de temas logísticos, se enviaron fotografías de la chica y de los servicios que ofrecía. "Yo quiero 30 participaciones", decía un militar. "Eso no vale 50 euros", respondía otro. "Yo quiero 50 más, ese día follo o follo", comentaba otro de los integrantes. "Casos raros—especificaba uno de los organizadores—, que se dirijan a mí personalmente y se les ajustará precio por día y puta".
"Estás promoviendo la prostitución dentro de un cuartel militar", lamentaba uno de los miembros del regimiento, que cuando vio lo que planteaban sus compañeros decidió actuar y denunciarlo. Unos cuantos militares —que para evitar represalias pidieron que no se publicaran sus nombres— confirmaron la existencia de esta propuesta y las bromas que hacían algunos compañeros sobre el sorteo y la chica. La Fiscalía, sin embargo, ha determinado que se trataba de un sorteo ficticio. Al día siguiente de la publicación de la noticia, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que los militares del cuartel del Bruc responsables del sorteo tendrían que ser expulsados del ejército.