El gas de la risa aterriza en Barcelona: una droga introducida por los turistas

Los hospitales atienden a los primeros pacientes, y consumir muchas dosis causa problemas de salud

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Macrobotelló en la playa del Bogatell el pasado sábado por las fiestas de la Mercè

BarcelonaUn chico inhala el aire de un globo durante unos segundos y se sienta en el suelo con una sonrisa. Siente “un cosquilleo”, un “escalofrío” y un “bienestar” que explica que nota a lo largo de medio minuto. El aire que hay dentro del globo es óxido nitroso, que se conoce más con el nombre del gas de la risa. No es ninguna droga nueva, porque los turistas que vienen a Catalunya, sobre todo franceses y británicos, hace años que la consumen, también en Barcelona.

El sonido de un espray hinchando un globo fue constante en los macrobotellones de la Mercè, informa Germán Aranda. Y al menos se atendió a una paciente durante el fin de semana debido al gas de la risa. Esta sustancia, que se ha hecho visible desde que el ocio nocturno se ha trasladado al espacio público, puede causar problemas de salud si se consumen muchas dosis, a pesar de que hasta ahora los hospitales han atendido a pocos pacientes por esta droga.

El gas de la risa ya acaparó titulares en los medios el verano de hace cuatro años, cuando se lo situó como una de las tendencias de las Baleares, sobre todo en Ibiza. Pero la coordinadora del servicio de análisis de energy control de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), Mireia Ventura, asegura que lleva 20 años hablando del óxido nitroso. Ventura admite que hasta ahora se habían visto “usos esporádicos, más experimentales” del gas de la risa en Barcelona, pero no de manera tan “masiva” como en los últimos botellones. El óxido nitroso se había utilizado en medicina y odontología como anestésico, y actualmente se usa en pastelería para montar nata. Antes de que se lo etiquetara como una "droga nueva" se había llegado a distribuir en circos y ferias “para producir un estado de hilaridad”. Según Ventura, también se vendía en paradas en festivales de Holanda y Bélgica.

La sustancia es legal en España porque, en principio, el uso del óxido nitroso “no tiene que ver con el uso recreativo de drogas”. A pesar de esto, si se determina que el gas se usa para consumirlo como droga, entonces puede tener consecuencias penales. Hace dos años, un juzgado de Ibiza condenó a 20 meses de prisión a tres neerlandeses a los que había detenido la Policía Nacional con 500 bombonas de óxido nitroso de un litro cada una. A pesar de que de entrada habían argumentado que querían utilizar el gas para hacer pasteles, al final aceptaron un pacto en conformidad con la Fiscalía. También en Ibiza, la Guardia Civil detuvo este verano a un francés con más de un millar de bombonas de óxido nitroso, dosificadores y globos para venderlo. Con todo, en Catalunya no consta que la policía haya interceptado ninguna cantidad tan masiva como este del gas de la risa.

En cuanto a los hospitales de Barcelona, tampoco notan el impacto del gas de la risa. El responsable de toxicología de las urgencias del Hospital Clínic, el doctor Emilio Salgado, explica que este año han atendido a dos pacientes por el consumo de óxido nitroso: en enero y en marzo, los dos franceses. Salgado avisa de que un problema para detectar el gas de la risa es que “excepto que el paciente diga que lo ha tomado, no se puede saber”, porque “se elimina muy deprisa y no deja rastro en el organismo”, motivo por el que no queda reflejado en los análisis de sangre ni en los de orina. El coordinador de la unidad de toxicología del Hospital del Mar, el doctor August Supervia, dice que durante el fin de semana de los macrobotellones de la Mercè atendieron a una paciente por óxido nitroso, pero no lo supieron hasta que sus acompañantes lo reconocieron -ella solo admitía que había tomado alcohol.

Estado eufórico y desinhibido

En principio, para que un consumidor acabe en un hospital se ha tenido que tomar dosis del gas de la risa de forma continua. Cuando se inhala se tiene la sensación “de estar eufórico y a veces de una desinhibición exagerada”, en la que se puede llegar a perder el contacto “con la percepción del tiempo y con saltos temporales confusos”, explica Supervia. Unos efectos que duran pocos minutos. Salgado añade que, si se inhala el globo varias veces y en poco tiempo de diferencia -en Barcelona se acostumbran a vender en la calle por cinco euros-, pueden aumentar los efectos porque “empieza a disminuir el nivel de conciencia, se sufren náuseas o se tiene un dolor de cabeza terrible”. Ventura apunta que también hay problemas cuando se mezcla con el alcohol y por el hecho de inhalarlo mucho rato, cuando puede provocar una depresión respiratoria porque el óxido nitroso se ha retenido en los pulmones.

Salgado asegura que un consumo crónico del gas de la risa puede causar secuelas neurológicas y Ventura añade que el uso continuado a lo largo de unos cuantos días puede producir un déficit de la vitamina B12. A pesar de esto, Ventura desvincula el consumo de óxido nitroso de “una asociación directa con la violencia”. “No es que el gas de la risa provoque agresividad. Es juntar el alcohol y el óxido nitroso, puesto que las dos sustancias desinhiben, lo que hace que una persona esté más fuera de control”, precisa. Ventura muestra más preocupación por el hecho de que los jóvenes puedan consumir una droga de la que no tienen información. Por eso alerta de que el óxido nitroso no se puede tomar directamente de un espray porque sale a una temperatura “muy baja y puede quemar las vías respiratorias”, motivo por el que se tienen que utilizar los globos. Aun así, pide no hacer “alarmismo”, porque en el Reino Unido el gas de la risa ha causado solo seis muertos en 15 años.

De hecho, tanto el Clínic como el Hospital del Mar dicen que la mayoría de los atendidos del fin de semana de la Mercè han sido por alcohol, seguidos de los que lo han sido por cocaína y cannabis. A pesar de que de forma más puntual, también se han atendido casos por heroína.

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