Cierran el Ripollès y la Cerdanya por el impacto del covid
La movilidad, la restauración y las reuniones quedan limitadas hasta Reyes en las dos comarcas
Barcelona / GironaLa Navidad y el Fin de Año en el Ripollès y la Cerdanya serán diferentes de los del resto de Catalunya. Las dos comarcas han quedado cerradas perimetralmente esta medianoche –tampoco se permitirá la movilidad entre los dos territorios– por el impacto del coronavirus. Los controles policiales –que hacen dar media vuelta a los que no pueden justificar el desplazamiento– en los diferentes accesos del Ripollès ya están provocando colas el primer día del cierre perimetral, como la entrada sur de Ripoll en la C-17.
"El incremento y el ritmo de reproducción es desproporcionado", advirtió el coordinador de la unidad de seguimiento del covid-19, el doctor Jacobo Mendioroz. Esto ha obligado al Govern a tomar la drástica decisión de dejar el Ripollès y la Cerdanya aislados y limitar varias actividades, como la restauración. También quedan afectadas las celebraciones: los días festivos no se permitirán los encuentros de hasta 10 personas de dos burbujas de convivencia y tendrán que ser de seis personas en las dos comarcas y respetando el límite de dos burbujas como máximo. En cambio, mantendrán las excepciones del toque de queda por Navidad, Fin de Año y Reyes como el resto del país.
Tampoco se puede entrar o salir del Ripollès y la Cerdanya para visitar a familiares o personas próximas, una de las excepciones permitidas en el resto de Catalunya entre el 23 de diciembre y el 6 de enero. Ir a las segundas residencias o a los hoteles tampoco es válido para entrar o salir de las dos comarcas. Las excepciones para moverse serán las habituales, como por ejemplo los motivos laborales, sanitarios, cuidar a personas mayores, dependientes o menores y regreso al lugar de residencia.
En cuanto a las actividades, bares y restaurantes solo pueden servir comida para llevar, no se pueden hacer actividades deportivas en los espacios cerrados –se salvan las pistas de esquí– y tampoco pueden abrir los teatros ni los cines, pero las bibliotecas y los museos sí. Las tiendas de primera necesidad pueden funcionar y también las de menos de 800 metros cuadrados, con el 30% de aforo. Se mantienen abiertos hoteles, casas rurales y el resto de alojamientos turísticos para los clientes que ya estén en las dos comarcas.
Las medidas se han acordado para 15 días (hasta el 6 de enero), pero en función de la evolución del coronavirus. Ahora mismo la Cerdanya presenta los peores datos con el índice de rebrote más alto de Catalunya y más positivos en las pruebas: el 19% lo son, cuando la OMS marca que tiene que estar por debajo del 5% –por encima significa que el virus circula más rápido de lo que se detecta–. La velocidad de reproducción es de 2,34 –cada contagiado infecta a más de dos personas– y el número de nuevos casos se ha multiplicado.
El crecimiento es parecido en el Ripollès y no ayuda que el origen de los brotes no se haya podido encontrar "fácilmente", admitió el doctor Mendioroz. Se piensa que se han transmitido tanto entre familias como en los puestos de trabajo. Mendioroz también apuntó que habrían afectado personas foráneas, que están en segundas residencias.
Ya lo han notado los hospitales de la zona, que no tienen UCIs. En Campdevànol un brote ha afectado a 21 profesionales y desde principios de diciembre solo aceptan ingresos por covid -19 –ahora hay 22–: derivan el resto de pacientes a los hospitales de Olot y Girona. En el hospital transfronterizo de Puigcerdà, en la Cerdanya, hay 11 ingresados por covid-19 y 10 profesionales aislados. La consellera de Salud, Alba Vergés, recalcó que "son hospitales pequeños" en "una situación muy tensa". Vergés añadió que el comportamiento del virus es "diferente" que en el resto de Catalunya y que por eso hacían falta "medidas excepcionales" por Navidad. En este sentido, reiteró que hasta el 28 de diciembre no se prevé "ningún cambio" en las restricciones del conjunto del país.
Un dispositivo con 200 efectivos
Los Mossos d'Esquadra, con las policías locales de Puigcerdà y Ripoll, llevarán a cabo un dispositivo con unos 200 efectivos para controlar el cumplimiento del cierre, parecido al de la Conca d'Òdena en marzo y en el Segrià en verano pero "adaptado a la realidad territorial". El conseller de Interior, Miquel Sàmper, explicó que las excepciones que se permitirán para desplazarse son como las de los confinamientos perimetrales anteriores.
Los consejos comarcales de la Cerdanya y el Ripollès, que han entendido el cierre por los contagios, ya han reclamado urgentemente ayudas para los sectores económicos afectados. "La vida de las personas pasa por delante de todo, pero estamos en un momento económico muy complicado para el sector turístico, que se resentirá mucho de la decisión", pidió la presidenta del consejo comarcal de la Cerdanya, Roser Bombardó. Piensa lo mismo su homólogo en el Ripollès, Joaquim Colomer, que añadió que sean ayudas "inmediatas". El Govern reconoció que no se han concretado las ayudas a pesar de que se reunirá con los dos consejos comarcales para hacerlo.