Guardia Civil de Chiva: "La A-3 fue una trampa mortal"

Las inundaciones sorprendieron a familias conduciendo por esta carretera esencial y la policía sigue buscando víctimas

El polígono de Chiva devastado por el paso de la DANA.
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Chiva (Valencia)Dos agentes de la Guardia Civil esperan, algo impacientes, algo frente al coche patrulla. Están en el fondo de un descampado donde hay otras unidades de emergencia, justo al lado del parque de Bombers, ubicado en el polígono de Chiva. La pregunta es si existe algún dispositivo de búsqueda de desaparecidos por la zona. La respuesta es: "Tenemos un cadáver en el maletero". La segunda pregunta es dónde la han encontrado. Y la segunda respuesta es "entre el barro, arrastrado por la corriente, a unos 500 metros de la autopista A-3". No está identificado y esperan a la comitiva judicial para practicar el levantamiento. "Pero vete a saber cuándo vendrá, quizá antes tenga que levantar otros 10 cadáveres", comentan. Esta escena resume el drama de la A-3, la arteria que une Madrid y Valencia, y el polígono de Chiva, uno de los puntos más críticos de la DANA en la Comunidad Valenciana.

La autopista A-3 a su paso por Chiva.
Un guardia civil custodiando el vehículo con un cadáver en el maletero en el polígono de Chiva.

Era hora punta –sobre las 19 horas del martes– y la carretera estaba muy concurrida. El polígono estaba lleno de gente que quería volver a casa después de trabajar. Toda el agua que bajó por el barranco de Chiva, y que destrozó puentes y casas, cogió forma de ola impasible cuando llegó a la A-3. Antes, tal y como explican fuentes policiales, pasó por las vías del tren del AVE. El agua se llevó piedras de grandes dimensiones, trozos de raíl, de catenaria... y lo cargó todo en el interior como si fuera metralla dentro de una granada. La bomba impactó contra decenas de vehículos que circulaban por la autopista. Y todavía nadie es consciente de las consecuencias.

Vista panorámica del barranco de Chiva después de las inundaciones.

La brutalidad del impacto del agua, sumado al de la metralla, partió vehículos por la mitad y se llevó a personas metros y metros allá. Personas que ahora descansan bajo el barro, pero que acabarán saliendo a flote. Un agente de la Guardia Civil explica que ayer estaban buscando desaparecidos por las inmediaciones de la A-3. Había barro y más barro. Hoy han vuelto a pasar por el mismo sitio, y han encontrado un cadáver. "La autopista fue una trampa mortal", afirman. Una trampa que dejó escenas difíciles de digerir, como la de una familia completa dentro de un vehículo volcado. Escenas como la que vio Raquel, con "cadáveres flotante" mientras ella intentaba escapar por el polígono.

La Guardia Civil está recibiendo llamadas de Madrid que dicen que algún familiar iba a Valencia por negocios y pasaba por allí a esa hora, y que no han podido hablar más. Podría haber cadáveres de Utiel que se han encontrado en Chiva, aunque les separan más de 30 kilómetros de distancia. Por los grupos de Chiva ya corren mensajes que han encontrado vecinos suyos en Paiporta, junto a Valencia. Mientras, la Unidad Militarizada de Emergencias (UME) se abre paso a las proximidades de la A-3 y se detiene cada vez que encuentra un cadáver.

Boro y Marcos ayudando a limpiar el polígono de Chiva.

Fuentes de la Guardia Civil admiten que es imposible saber quién es quién y dónde ha ido a parar cada uno. El río, que era un riachuelo inofensivo que pasaba por un barranco, se convirtió en un tsunami. Ahora mismo es difícil hablar de una cifra de muertos y desaparecidos en una ciudad en la que apenas este viernes han empezado a tener algunas líneas de cobertura. Fuentes policiales hablan de una quincena de muertos y una veintena de desaparecidos, pero admiten que hay zonas que aún están por explorar. El polígono de Chiva y la A-3 son ahora una zona devastada. Coches y más coches destrozados, superpuestos, volcados y partidos. En algunos de ellos han encontrado cadáveres. En otros viajaban personas que todavía no han encontrado. Las tareas con perros rastreadores siguen.

La luz

Chiva ha cambiado mucho de la noche a la mañana. Por la noche era un pueblo fantasma. Algunos no sabían ni qué día era, ni si sus familiares estaban bien, ni siquiera sobrevivirían. "Pensaba que las inundaciones sólo habían sido en nuestro pueblo", comenta un vecino. No tenían agua, ni luz, ni cobertura, y tenían poca comida. Anoche, sobre las 23 horas, tuvieron una pequeña esperanza: la luz volvió a algunos barrios.

La gente gritaba de felicidad desde los balcones. A más de uno le recordó la pandemia. De día, con el sol, llegó también la luz de la gente. De cientos de personas que se han arremangado para sacar el barro. Y que también se han podido reencontrar. Eran momentos de felicidad que acababan cuando llegaban las historias tristes, como la de una anciana que murió ahogada en el casco antiguo. Vivía en unos bajos y el más arriba donde se pudo refugiar estuvo sobre la nevera. En el bar Alarcón se pusieron encima de la puerta de los lavabos, donde hay un pequeño resquicio, y sobrevivieron.

Un grupo de voluntarios durante las labores de limpieza.

El alcance de la tragedia es indescifrable precisamente porque apenas este jueves es cuando se ha empezado a echar de menos a gente. Como el familiar de un joven que trabajaba en el quiosco. Fuentes de la Guardia Civil admiten que todavía hay que limpiar la zona más cercana al barranco y encontrar a algunas personas que vivían, una zona donde las casas han quedado completamente destrozadas por el paso del agua. Pero la gente sonríe. Es esa mezcla de estar bien dentro de las trágicas circunstancias. Estefanía, por ejemplo, está feliz. Cuando este jueves limpiaron una parte del barrio antiguo fue corriendo a ver a sus abuelos. Estaban bien. Y este viernes se ha abrazado de nuevo con sus amigas. Le han felicitado, porque este martes, en medio de la tormenta bíblica, cumplió 26 años.

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