Movilidad

"He llegado una hora y cuarto antes al trabajo; ojalá hubiéramos tenido el servicio hace meses"

El primer día laborable de la prolongación de la L10 en la Zona Franca aligera el trayecto a los trabajadores y fascina a los curiosos

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Un usuario de la L10 este lunes por la mañana, durante el primer día laborable de puesta en marcha del servicio

Barcelona"Esto es una maravilla, estoy haciendo un vídeo y todo, no me lo creo", responde Joel Pinto, que trabaja en el almacén logístico de Amazon, en la Zona Franca. Contesta sin dejar de grabar con su móvil la catenaria de la recién estrenada L10 Sud del metro, que desde el domingo se adentra en la parte más industrial del polígono con tres nuevas paradas: Port Comercial/La Factoria, Ecoparc y ZAL/Riu Vell. Este lunes el servicio pasa la primera prueba de fuego en día laborable. "Hoy me he levantado como cada día a las 4 en mi casa en Terrassa y ¡he llegado al trabajo una hora y cuarto antes! He tenido que esperarme fuera a que empezara mi turno. Sin pasar frío; sin andar media hora por el polígono. Mañana aprovecharé para dormir, ¿tú sabes lo que es esto para mí? Ojalá hubiéramos tenido antes este servicio hace meses", dice Pinto.

Como él, centenares de trabajadores de la Zona Franca hacía años que seguían de cerca las obras de la L10 y, en concreto, hacía meses que esperaban la inauguración de esta prolongación de la línea -que se tenía que abrir al público en abril- para poder llegar más fácilmente hasta su lugar de trabajo. De hecho, el tráfico de trabajadores que han optado por el metro, sobre todo a primera hora, ya se ha notado este lunes. "Entre las 5 y las 7 de la mañana sí se ha visto mucho movimiento", apunta uno de los operarios de información del metro. "Hacía mucha falta; cada vez que pasaba por delante andando les preguntaba a los operarios: «¿Qué, cuándo abrís?»", dice otro trabajador que prefiere no dar su nombre. "Antes muchos hacían el camino por el polígono con los buses, andando y últimamente muchos en patinete", confirma el operario de TMB. "Una alegría, ¡ya era hora!", dice otro empleado del polígono cuando sale del convoy, a paso rápido.

Vídeo del túnel de la L10 antes de salir al exterior en el nuevo tramo de la Zona Franca

Estaciones exteriores y metro sin conductor

A partir de las nueve de la mañana el flujo de trabajadores en los andenes ha dejado paso a los ciudadanos curiosos y a los aficionados a los trenes, que también han aprovechado la ocasión para explorar las nuevas estaciones -las primeras del metro que son exteriores y luminosas- por encima del nivel del mar, y sobre todo los convoyes que, en la L10, funcionan de manera automática sin conductor. Entre todos los curiosos, Larik Gevich, de 12 años, no se perdía detalle. Pegado a la ventana del primer convoy, como si fuera el conductor, ha grabado todo el trayecto en vídeo. "Tiene un trastorno del espectro autista y es un enamorado del transporte público, se lo sabe todo, puedes preguntarle cualquier cosa", explica su padre, Juan Carlos, emocionado. "Esta línea se tendría que haber inaugurado en abril de 2021 -se apresura a explicar Larik-. Pero un fallo técnico en el sistema de frenado paró su puesta en marcha; esto dijeron los políticos", afina el chico, que mientras habla no puede dejar de mirar toda la estación.

El retraso en la puesta en marcha es uno de los temas que más comentan los aficionados al transporte ferroviario. "No me creo que hubiera ningún problema; lo que debía de pasar es que el gobierno estaba en funciones y esperaron al nuevo para poder cortar la cinta y hacerse la foto", especula Antonio, de 33 años, aficionado y estudiante para conductor de autobuses. "Han sido no meses, no... años de retraso", añade Manolo, que antes de estar jubilado trabajaba en la Zona Franca y ahora hace el trayecto "por nostalgia". "Madre mía, cómo habría cambiado mi vida si yo hubiera tenido este servicio para venir a trabajar", lamenta.

Esta es la cuarta ampliación de la L10 Sud, que se abrió inicialmente con cinco estaciones (de Foc a Collblanc) en septiembre del 2018. Ahora, este último tramo en terreno industrial amplía la red de metro en Barcelona hasta los 124,7 kilómetros y 164 estaciones. Larik se las conoce perfectamente bien: "Ahora iremos a Glòries y lo más rápido será hacer la L10 hasta Torrassa, ahí coger la L1, la roja, y directos hasta Glòries; creo que es el cálculo más rápido", le dice a su padre, mientras se marchan los dos con la sonrisa bajo la mascarilla.

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