"Ya me he resignado a que no me cedan el paso en el ascensor"

TMB reforzará los mensajes para recordar que las personas con movilidad reducida tienen preferencia

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Ascensor del metro L9norte

BarcelonaCuando el metro de la L9 Nord llega a la estación de La Sagrera y se para, las puertas se abren automáticamente y algunos viajeros salen rapidísimo como si compitieran entre ellos. Su objetivo es tener un lugar en uno de los dos ascensores que hay disponibles. Los más rápidos, entre ocho y diez personas, acabarán haciendo el primer viaje apretujados dentro de las cuatro puertas de cristal. El segundo ascensor será para los que no han sido lo bastante veloces. Las personas con movilidad reducida, que son las que tienen preferencia para utilizar los ascensores del metro, tendrán que esperar una segunda tanda. "Yo ya me he resignado a que no me cedan el paso en el ascensor. Si me dejan pasar, perfecto, pero si no, ya no digo nada. No me quiero pelear con nadie", explica Elena, asidua del transporte público y, en los últimos cuatro años, arrastrando dos muletas. Vanessa Villegas, que no lleva muletas pero si un cochecito con una niña pequeña y otra cogida de la mano, también se ha resignado. Solo "alguna vez" pide que la dejen pasar, pero dice que le contestan mal. "Me dicen que van a trabajar y que tienen prisa... Y yo les digo que también tengo que ir a trabajar, pero que antes tengo que llevar las niñas a la escuela", explica.

Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) es plenamente consciente de que "el mal uso de los ascensores que hacen algunos usuarios ha generado un problema" y en junio de 2020 puso unos carteles bastante grandes en las puertas de los ascensores de dos de las estaciones más problemáticas (La Sagrera y Glòries) para insistir que tienen preferencia las personas con movilidad reducida. También desde megafonía van recordando el mensaje. Después de un año consideran que este proyecto ha sido "un éxito" y antes de que acabe este 2021 extenderán la campaña a todas las estaciones. A pesar de la buena valoración que hace TMB, el problema persiste y las carreras por los andenes, sobre todo en La Sagrera, se producen cada día.

El andén de la L9 Nord de esta estación está por debajo del resto y hacen falta cinco tramos de escaleras mecánicas para llegar a la superficie. Aún así, el ascensor no es más rápido que la escalera. "Estos ascensores son especiales y están pensados para las personas con movilidad reducida. Las puertas se abren muy lentamente y el ascensor es lento. Si llegas y se acaba de ir, es mucho más rápido ir por las escaleras", explica el trabajador de TMB que vigila las incidencias de esta estación. Considera que el incivismo se mantiene a pesar de los nuevos carteles y cree que la única opción sería poner un trabajador que filtrara la cola, pero habría que hacerlo con un vigilante de seguridad y parece inviable destinar tantos recursos a este problema. TMB también hace a menudo campañas para recordar que hay que ceder el paso y los asientos a las personas con movilidad reducida, pero el resultado parece discreto.

"Les cae la cara de vergüenza"

El vigilante de seguridad de la estación ha intervenido en alguna ocasión para pedir a la gente que deje pasar hacia delante a quien no puede usar la escalera mecánica. "Les cae la cara de vergüenza", dice. Pero si él está lejos o hace ver que no está pendiente de la cola, el orden vuelve a ser el del primero que llega.

El boom de los patinetes todavía ha hecho crecer más los pretendientes del ascensor y ha provocado que las colas se alarguen. Desde TMB reconocen que todavía no hay ninguna normativa que regule qué hay que hacer con este vehículo bajo tierra, pero tienen claro que los patinadores no tienen prioridad y, si hay escaleras mecánicas, las tendrían que usar.

Una situación similar pasa dentro de los vagones, donde a menudo no se respetan los asientos reservados para las personas con problemas de movilidad. "Una vez me caí al suelo... Y ahora sí que siempre que subo al metro reivindico el lugar que tenga más cerca", dice Elena, agitando una muleta como si estuviera dando un golpe a la pierna de alguien. La respuesta que suele oír es "ai perdona, no lo había visto". Ante el peligro de volver a caerse, a este derecho no ha renunciado. Fuentes de TMB explican que los nuevos trenes que ya se están fabricando todavía tienen más diferenciados los asientos reservados, para hacer más difícil la confusión o, como pasa demasiado a menudo, la excusa de la confusión.

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