Cataluña acoge a 2.000 migrantes procedentes de Canarias

BarcelonaOctubre marca en Canarias un punto de inflexión con más de 10.500 migrantes llegados desde la costa africana y con toda seguridad se superarán las cifras récord de la gran crisis de los cayucos de 2006. En las dos primeras semanas del mes han llegado más de 10.500 personas, y en lo que va de año la cifra de supervivientes aumenta a unas 29.000 personas, entre ellas miles de menores de edad. Como hace siempre el gobierno español cuando hay excesivas llegadas en un punto, lleva semanas distribuyendo a estas personas por Canarias y también por la Península. Por el momento, ya son 1.988 las que se han trasladado hasta Catalunya para ser atendidas por entidades integradas en el llamado sistema de acogida estatal. Aparte, hay una treintena de menores de edad que iban sin ningún adulto de referencia que han entrado en los centros para pasar a ser tutelados por la DGAIA. Otra vez, partidos y dirigentes, tanto del PP como de la extrema derecha, han hecho declaraciones racistas y xenófobas, atribuyendo, sin prueba alguna ni evidencia, a estos migrantes que llegan desde Canarias la transmisión de enfermedades o la comisión de delitos como ahora violaciones.

Este octubre está rompiendo la tendencia claramente bajista del flujo migratorio hacia Canarias de los meses previos. Hay varios factores que explican la reactivación de esta ruta que hasta la pandemia había decaído: por un lado, los controles y dificultades que existen en el Mediterráneo central o en el estrecho de Gibraltar y, por otro, el estallido de revueltas políticas y sociales en Senegal. Este país, uno de los más estables de la región, sufre los estragos de la crisis turística y el hundimiento de su industria pesquera por los favorables acuerdos de la Unión Europea para explotar los caladeros africanos en detrimento de los pescadores locales. Esto ha hecho que miles de jóvenes se queden sin trabajo y quieran probar suerte en la rica Europa. Sin embargo, las llegadas a Canarias son muy inferiores a las que se produjeron el invierno y la primavera del 2022, cuando estalló la guerra en Ucrania y entraron por la frontera miles de refugiados huyendo de las bombas. Según ACNUR, en mayo quedaban unos 180.000, que tienen un régimen de protección especial.

Básicamente la situación se explica porque la concentración de llegadas se está realizando en muy poco tiempo y inesperadamente en la pequeña isla de El Hierro, con 11.000 habitantes, que ha visto superada su capacidad de acogida, porque tradicionalmente era una isla que quedaba al margen de la ruta. Pero el refuerzo de las guardias costeras de Mauritania y Marruecos ha hecho desviar las embarcaciones por una vía que se adentra por las aguas del océano Atlántico y choca con esta isla, la más occidental del archipiélago. El gobierno de Canarias que dirige Fernando Clavijo (Coalición Canaria) hace ya semanas que pide que las comunidades autónomas se involucren en la distribución de estas personas.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en funciones, José Luis Escrivá, ha apuntado que se han trasladado a la Península entre 5.000 y 6.000 migrantes, una cifra que cada día va en aumento porque los traslados son continuos. De éstos, 2.000 ya se encuentran en Catalunya, la comunidad que más acoge, casi el triple que los 700 que han llegado a Andalucía y cinco veces más que las 400 personas trasladadas a Madrid.

El sistema de acogida tiene dos canales diferenciados. Por un lado, los menores de edad que van sin acompañante quedan bajo la tutela de la administración autonómica, es decir, la Generalitat, que se hace cargo de mantenerlos, escolarizarlos y proporcionarles un hogar en las condiciones que otras criaturas que han tenido que ser apartadas de su núcleo familiar. El otro circuito es el de los mayores de edad, siendo las entidades contratadas por el gobierno español (Cruz Roja, Cecar, etc.) las que deben proporcionarles asistencia temporal. En este tiempo, mientras están en algunos de los centros, los migrantes deben pasar la entrevista personal para saber si son susceptibles de pedir el asilo y el refugio y, por tanto, se les puede otorgar la protección internacional.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se sumó este viernes a criticar la gestión migratoria del gobierno en funciones de Pedro Sánchez, siguiendo el camino iniciado por otros dirigentes de su partido, como la presidente madrileña Isabel Díaz Ayuso, que reprochó que el ejecutivo reparta a los migrantes "con nocturnidad" sólo para "sacárselos de encima". Feijóo ha afirmado que son trasladados en avión a la Península y "dejados en paradas de autobuses de pueblos y ciudades de España". En realidad, la distribución se realiza con el acompañamiento de personal de las ONG del sistema de acogida. El ministro Escrivá ha acusado a los populares de ser unos irresponsables y ha respondido que existe un "sistema integral, es decir, una red de centros de acogida", y las personas que llegan se reparten "examinando la mejor ubicación, también en función de los perfiles de las personas que van llegando".

Además, Feijóo ha pedido la repatriación inmediata de los migrantes, algo que no se puede hacer porque la mayoría proceden de Senegal y su gobierno no admite ahora el regreso de sus compatriotas. Aunque en más de una ocasión se ha acusado al gobierno español de realizar devoluciones en caliente en la frontera de Ceuta y Melilla, que son ilegales porque van en contra de la legislación, el derecho penal internacional exige a los países de acogida que sigan los trámites legales para proteger a los migrantes, sobre todo si son menores de edad, con un grado de protección superior.

Los insultos a las personas migradas que llegan a Canarias se han sucedido estos últimos días y dirigentes del PP y de la extrema derecha les han atribuido sin prueba alguna ser portadores del tifus, de estar detrás de violaciones de mujeres o del incremento de la violencia en el archipiélago. Las autoridades han reiterado que no hay nada cierto en estas afirmaciones.

Cabe destacar que no hay datos de cuántas personas mueren intentando llegar a territorio europeo. Los datos de llegadas corresponden a los desembarcos o salvamento de los cayucos. La gran dificultad del viaje, que puede durar dos semanas en condiciones muy extremas (sin agua, alimentos, a la intemperie, en un espacio minúsculo, lleno hasta los topes), hace que se localicen cadáveres dentro de las barcas. Si no llevan documentación para poder identificarlas, porque se les ha mojado o perdido en medio del océano, se les entierra anónimamente. El último de estos entierros se realizó el pasado martes en un cementerio canario. El ataúd se enterró en una fosa municipal, identificada con una sencilla placa que contenía T1 (por tripulante 1) 2.28 horas del 24 de octubre de 2023, la hora a la que llegó al puerto.