Migraciones

El triple duelo sin cerrar de los menores que emigran solos

Unicef ​​alerta de la falta de psicólogos y mediadores para atender la salud mental de estas criaturas en los centros saturados de Canarias

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Un joven subsahariano consultando su móvil con unos compañeros, en el puerto del Gran Tarajal de Fuerteventura.

BarcelonaMás de 5.500 menores de edad llegados solos a Canarias esperan en centros de acogida, mientras el gobierno español ultima la reforma del artículo 35 de la ley de extranjería, con la intención de acelerar la distribución de estas criaturas en el resto de comunidades. Básicamente, esto querrá decir que el ejecutivo podrá obligar a los gobiernos autonómicos a aceptar la cuota de criaturas que le correspondan en un reparto “proporcional”. Si el año pasado ya acabó con un récord de llegadas al archipiélago canario, estos tres meses y medio de 2024 han continuado con la misma tónica y las llegadas se han multiplicado casi por cinco (490% más), según los datos del ministerio del Interior.

En este sentido, Unicef ​​se suma a los SOS que lanza el gobierno canario para exigir “más solidaridad” de las comunidades porque su sistema de acogida –de adultos y menores– está “absolutamente colapsado”, avisa Sara Collantes, responsable de migraciones de la agencia de la infancia de Naciones Unidas en España. Pese a la protección especial que tienen estas criaturas, la falta de plazas y de servicios disponibles hace que muchas estén "hacinadas y en centros de emergencia que no reúnen las condiciones mínimas", continúa. El gobierno canario se queja de que en octubre salieron 360 menores hacia la Península, pero que desde entonces apenas ha habido más traslados.

A Unicef ​​le preocupa especialmente la delicada salud mental de estas criaturas que, en la mayoría de los casos, arrastran una “triple vulnerabilidad, y un duelo migratorio sin cerrar”: la crisis, la guerra o la violencia en el país de origen que les ha hecho irse; la del camino, con más que probables abusos físicos y sexuales, y una vez en territorio europeo, las carencias de la atención. A Canarias –sigue la responsable de Unicef– llegan “criaturas que han pasado una semana a bordo de un cayuco y han visto morir a amigos o familiares”.

En este sentido, Collantes describe los errores de la primera acogida, que considera vital para el desarrollo del menor. Así, apunta a la falta de psicólogos para realizar una evaluación personalizada de cada criatura y determinar su tratamiento, así como la ausencia de mediadores culturales o intérpretes de las lenguas que hablan estos menores migrantes para facilitar una buena comunicación en el idioma y los códigos culturales. Pese a que lleva años aumentando el número de estos menores migrantes, los servicios públicos tienen “poca competencia cultural” para entenderse con ellos. De este modo, afirma Collantes, los niños están en los centros sin que ningún adulto responsable les pregunte por cómo se sienten o les pueda responder las dudas que les generan la "incertidumbre" de lo que ocurrirá a partir de entonces. A las chicas, a la situación de incomunicación se añade que a menudo las mafias y redes de explotación que les han pagado el viaje todavía "contactan con ellas y no han perdido el contacto", lo que dificulta su recuperación.

En una jornada de trabajo que se ha hecho en Casa África, organismo estatal con sede en Las Palmas de Gran Canaria, Unicef ​​ha alertado de cómo, por la mala atención en esta acogida, sólo se pueden detectar y tratar problemas de salud mental "muy graves por evidentes", mientras que el resto quedan invisibilizados y, si no son atendidos, se corre el riesgo de que desencadenen trastornos más profundos.

Un 'cayuco' que iba a Canarias aparece en Brasil con nueve cadáveres

Los cuerpos de nueve personas han aparecido en una embarcación a la deriva que llegó hasta el litoral de Brasil y que se cree que podría haber salido de la costa occidental de África para llegar a Canarias. Todos ellos llevaban documentos que los identificarían como ciudadanos de Mauritania y de Mali, según informaron fuentes oficiales brasileñas. Todo parece indicar que las fuertes corrientes atlánticas hicieron desviar al cayuco y, en lugar de acercarlo hacia el archipiélago, lo empujaron hacia el interior del océano. No es la primera vez que se encuentran en las costas americanas los restos de un barco que hacía la ruta canaria (la más mortífera del mundo). La policía brasileña apunta que, cuando zarpó, el barco podría haber llevado hasta 25 ocupantes, de los que nada se sabe, informa Efe.

Por otra parte, en el litoral de Mauritania se localizaron los cadáveres de 40 personas que podrían ser inmigrantes subsaharianos, con toda seguridad de travesía hacia Canarias. No se conocen las identidades de los integrantes de este grupo porque no llevaban documentación personal y han sido enterrados en tumbas anónimas. La ONG Caminando Fronteras tiene constancia de que en el primer trimestre de 2024, 22 cayucos con más de 1.500 personas a bordo se han perdido en el Atlántico.

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