Medio ambiente

La isla de plásticos del Mediterráneo ocupa ya el equivalente a 7.500 campos de fútbol

Investigadores internacionales dibujan el mapa más completo de la basura que inundan el mar con sensores por satélite

ARA
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La basura que hay en el mar Un ejemplo de la cantidad de desechos, sobre todo plásticos, que recogen los pescadores de Barcelona a poca distancia de la costa.

BarcelonaLa combinación de satélites de observación de la Tierra, superordenadores y avanzados algoritmos han permitido trazar el mapa de basura marina en el mar Mediterráneo más completo hasta ahora. Los resultados indican que la cantidad de plástico flotante en el Mediterráneo podría haber ocupado una superficie de aproximadamente 95 kilómetros cuadrados durante el período 2015-2021, lo que equivale a unos 7.500 campos de fútbol.

El trabajo lo han llevado a cabo un grupo de científicos de multinacionales del sector espacial y de universidades y centros de investigación de varios países —entre ellos del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), la Universidad de Cádiz, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Agencia Espacial Europea (ESA)— y plantea la importancia de incorporar satélites de observación de un sensor específicamente diseñado porque permite multiplicar por 20 la capacidad actual detección de este elemento de contaminación de los mares.

Los investigadores, que han publicado sus conclusiones en la revista Nature Communications, afirman que la relevancia del sensor va más allá de detectar la basura flotante en el agua, y aseguran que también tiene una gran utilidad para descubrir pérdidas de carga en barcos o vertidos de petróleo, y en labores de salvamento en el mar.

Para la elaboración del trabajo, financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA), se analizó una serie histórica de seis años de observaciones del satélite europeo Copernicus Sentinel-2 en el mar Mediterráneo. En total, se escrutaron 300.000 imágenes hechas cada tres días con una resolución de 10 metros. Los resultados revelan grandes agregaciones de desperdicios dentro de estructuras flotantes —científicamente conocidas como regueros—, que pueden llegar a tener varios kilómetros de longitud y que resultan de la convergencia de las corrientes marinas y el efecto del viento en la superficie del mar.

Aunque los sensores del satélite no fueron diseñados específicamente para detectar desechos, su capacidad para identificar plástico permitió elaborar un mapa de las zonas más contaminadas del Mediterráneo. Este mapa muestra los principales puntos de entrada de desechos desde el continente y mejora la comprensión de los mecanismos que transportan los desechos.

La densidad de población, un factor clave

"Hemos observado lo que nunca se había visto, algo con lo que nunca podrán competir los tradicionales muestreos de campo que se hacen para localizar la basura flotante en el mar", ha manifestado a Efe Andrés Cózar, de la Universidad de Cádiz, que ha valorado que lo han logrado con una tecnología que no estaba diseñada específicamente con este objetivo, por lo que las posibilidades que ofrecería un sensor específico serían aún mayores.

El estudio concluye que factores como la densidad de población, la geografía o el régimen de lluvias influyen significativamente en la acumulación de desechos en el mar. Así, por ejemplo, los países o ciudades desérticos contribuyen mucho menos al problema, mientras que, en las zonas con más precipitaciones, especialmente cuando existen lluvias torrenciales, la acumulación de desechos resultantes de emisiones ocurridas en los días y semanas anteriores es mucho mayor.

Finalmente, el estudio revela que, en su mayoría, los desechos de origen continental quedan confinados a los primeros 15 kilómetros de mar desde la costa, y que vuelven a los pocos días o meses.

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