Agresiones a menores

Cuando los jueces no investigan porque el menor no puede identificar al agresor

Abogadas afirman que en casos de violencia sexual infantil hay magistrados que archivan las denuncias casi automáticamente

La sombra de dos menores
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BarcelonaEl testimonio de una víctima es clave para investigar cualquier delito e identificar al sospechoso, hasta el punto de que puede ser prueba suficiente para una condena. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando la víctima es un niño y, por su edad, no puede ofrecer un testimonio tan claro y detallado como lo haría un adulto? Sobre todo en delitos que suelen cometerse a escondidas, como ocurre con las agresiones sexuales, se hace más difícil saber quién ha sido el autor. En este sentido, varias abogadas catalanas denuncian que casos de este tipo a menudo terminan archivados antes de arrancar la investigación judicial, no por falta de indicios sino porque no se ha podido identificar al autor.

Es lo que ha pasado recientemente con una alumna de cinco años de una escuela privada de Sant Cugat del Vallès. La niña explicó a la familia que un monitor le había agredido física y sexualmente. La denuncia acabó archivada nada más llegar al juzgado porque la investigación policial no logró identificar al chico al que se refería la niña. El tema se cerró con una sola página y dos párrafos brevísimos, sin ni siquiera una mínimainvestigación judicial.

La abogada Sonia Ricondo, del despacho Némesis, que representa a los padres de la niña, lamenta un "automatismo habitual" ante casos de violencia sexual y física en niños. "Cuando no hay un relato con una cronología similar a la que podría hacer un adulto, se archiva de forma sistemática", advierte.

Con el inicio de curso, en septiembre, la niña insistía en que no quería ir a la escuela. Un día reveló que un chico, que también había sido monitor del casal de verano, le golpeaba la cabeza contra la pared y que también le había hecho tocamientos. El centro apartó al joven cautelarmente, se comunicó con los Mossos d'Esquadra y empezó una investigación interna pero sin remitir el caso a la Fiscalía de Menores. La niña señaló a uno de los monitores de entre las 10 fotografías que facilitó la escuela a la familia, pero un informe del centro constató que el chico y la niña no habían coincidido en las horas que señalaba la alumna.

Después de dos semanas, los Mossos concluyeron que no tenían suficientes indicios sobre ninguno de los monitores, y también toparon con las dificultades de extraer conclusiones a partir del testimonio de una menor de sólo cinco años. Sobre este caso, el departamento de Educación se ha limitado a responder que Inspección ha estado haciendo seguimiento y ha estado en contacto con la dirección de la escuela.

Archivado por falta de sospechoso

Una vez que los Mossos enviaron el caso al juzgado de instrucción 4 de Rubí, éste lo archivó directamente porque no había un sospechoso sobre el que dirigir la investigación. Ricondo ya ha pedido que el juez reabre el caso y ordene a los Mossos indagar más para identificar al monitor. La familia se siente "desamparada" al considerar que no ha tenido garantías y que ha habido errores al inicio de la investigación que "han tenido un efecto dominó" sobre todo el proceso. "Me da la impresión de que piensan que no es real", lamenta la madre, que espera que el caso se reabra.

"Desgraciadamente nos estamos encontrando casos así. Normalmente hay dificultades para identificar al autor y poca proactividad del juzgado y los Mossos para investigar", añade Montserrat Solé, del despacho de Carla Vall, que lamenta los "archivados precipitados" de que algunos partieron de algunos "maystrados" o algunos expedientes. Solé lamenta que esto "se acaba traduciendo en una mayor exigencia" hacia las denunciantes –o sus familias cuando son menores– para "ofrecer pruebas" o incluso "gastarse dinero en un investigador" para encontrar al autor de los hechos "sin tener garantías de si tendrá recorrido judicial".

También con adultos

Esta situación no sólo ocurre con menores, sino también con adultos. La penalista Noemí Martí explica que, aunque en primera instancia algunos casos se archivan directamente "por autor desconocido", posteriormente la Audiencia Provincial suele reabrir las causas porque "es más garantista". Además, Martí asegura que puede ocurrir con cualquier delito, no solo en el caso de agresiones sexuales, y pone de ejemplo un caso que llevó por una paliza: le tumbaron tres veces y la Audiencia lo reabrió las tres veces. Coincide la abogada Natàlia Frigola, que añade que habitualmente la investigación solo se extiende en casos de delitos graves, y cree que debería ser así ante la sospecha de una agresión sexual a un menor.

También defiende que habría que profundizar en la investigación antes de dictar un archivo el abogado Xavier Campà, que preside la sección de derecho de la infancia y la adolescencia en el Colegio de la Abogacía de Barcelona (Icab). "La ley especifica los motivos por los que se puede archivar o no un procedimiento por falta de identificación de la persona autora del delito, pero deben haberse agotado todas las vías. No es tan raro; en un delito que se cometa en la calle es mucho más difícil poder identificar a la persona que en un centro escolar", valora.

"Si el juez lo recibe sin indicios de quién ha sido, deberá archivarlo por ley", rebate la magistrada de la Audiencia de Tarragona Maria del Prado Escoda. De hecho, "los Mossos no deberían enviarlo al juzgado hasta que tengan suficientes indicios de la autoría", añade, pero entiende que, "cuando son hechos graves, lo envían para ratificar si se debe archivar".

"Es terrible, pero a veces no puedes sacar más información; por mucho miedo a que nos genere no podemos tener un procedimiento abierto. No puedes hacer barbaridades", sostiene la magistrada en referencia a los derechos de los procesados. También dice que se requieren ciertos indicios para que un juez pueda ordenar diligencias de investigación que pueden limitar derechos, como pinchar un teléfono o una prueba de ADN. "Tienes que tener un mínimo de sospechas. No podemos investigar judicialmente a todos los miembros de la familia. La policía quizás sí, de manera más sutil. Es lo mismo que si fuéramos imputando a todos los monitores… por mucho que duela; porque, ¿y si fuera otro?", concluye.

"Si se reabre, no recordará tantos detalles"

Pero para Ricondo, si se reabre el caso y deben declarar los padres y la niña, se habrán perdido muchos meses. "Siendo tan pequeña niña no recordará tantos detalles", lamenta ante la decisión del juzgado de no tomar declaración a ningún testigo, tampoco a la menor, antes de archivar el caso. La psicóloga y doctora en psiquiatría del Hospital de Sant Pau Mireia Forner también advierte que, cuando los testigos son niños y niñas, "aún es más importante ser rápidos" a la hora de tomarles declaración.

"El paso del tiempo puede cambiar algunos aspectos de su percepción y explicar los hechos de manera diferente", avisa Forner, que por ello considera que la mejor opción es grabar la declaración del niño lo antes posible y conservarla como prueba preconstituida. Esto –añade– evita que los menores pasen la angustia de saber que más adelante tendrán que declarar, y además es una manera de no revictimizarlos haciendo que tengan que explicar la agresión varias veces a distintos profesionales.

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