Cataluña, donde más crecen las condenas por delitos al volante
El año pasado 742 personas estaban en prisión por un delito viario y 5.000 cumplían medidas penales alternativas
BarcelonaCataluña es, con diferencia, la comunidad autónoma donde más han aumentado las condenas por delitos contra la seguridad vial en el último año. Además, se mantiene como la que suma un total de sentencias más alto, algo que la fiscal delegada de seguridad vial en Barcelona, Isabel López, describe como una "tendencia consolidada". Así lo constata la memoria anual de la Fiscalía General del Estado, que indica que el pasado año se dictaron más de 27.800 condenas por delitos al volante en Catalunya, lo que supone casi un tercio (29%) de las 95.300 resoluciones del año pasado en todo el Estado. Son, también, otras 9.600 de las que se hicieron en nuestro país en el 2023.
De hecho, la memoria de la Fiscalía General atribuye el aumento de condenas por delitos al volante en todo el Estado principalmente al aumento "muy notable" que registra Catalunya, si bien también hay repuntes más modestos en Eskadi y Asska. En cambio, en el resto de comunidades las condenas han tendido a la baja. López advierte que puede haber cierto decalaje en las cifras entre un año y otro, y considera que "el volumen de población y de movilidad" es el principal motivo de que Catalunya encabece constantemente estas estadísticas. "No creo que aquí la gente conduzca peor ni haya menos conciencia vial", aclara.
Entre todas las condenas por delitos viarios del año pasado en Cataluña, las más frecuentes fueron por conducir bebido o habiendo tomado drogas (ver gráfico). Esto supone el 55% de las condenas de 2024 en este ámbito y, junto al 37% de las sentencias por conducir sin carnet, acapara la mayor parte de los delitos al volante. Tienen una presencia mucho menor negarse a realizar la prueba de alcoholemia y drogas o conducir de forma temeraria o con un exceso de velocidad que supere el límite de la infracción y llegue al ámbito penal.
Condenas cortas o sin prisión
Ahora bien, la mayoría de las condenas no comportan que el acusado acabe entrando en prisión, y cuando entra suele ser "durante periodos cortísimos, pero de al menos tres meses", dice López. Son más frecuentes las penas de multa oa trabajos en beneficio de la comunidad, que se realizan preferiblemente en centros relacionados con el mismo ámbito, como en el Instituto Guttmann de neurorrehabilitación. Según datos del departamento de Justicia, el pasado año pasaron por el sistema penitenciario un total de 10.414 personas, 742 de las cuales tenían como condena principal un delito viario. Además, 15.299 estuvieron vinculadas al sistema de medidas penales alternativas, 5.038 por este tipo de delitos.
Detectar el alcohol y las drogas
Conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas está tipificado como un mismo delito, por lo que en las estadísticas de la Fiscalía General aparece aglutinado. En cambio, los datos de la Fiscalía de Barcelona sí lo desglosan, revelando que el año pasado el 97% de los casos correspondían al alcohol. Para la fiscal delegada de seguridad vial, esta estadística se debe en buena parte a que existe una tasa objetiva –0,6 miligramos por litro de aire aspirado– que marca el umbral de alcoholemia donde comienza la infracción penal. En cambio, ante un conductor que se habría drogado, para condenarle "hay que probar que había consumido estas sustancias y que influían" en cómo conducía: "Esto es mucho más difícil que acreditar una tasa objetiva con un etilómetro. En drogas hay algo más de dificultad, aunque está perfectamente".
En estos casos es clave el testimonio que aporten los agentes que hayan pillado al infractor. "Tiene que haber sintomatología, no hay una cifra concreta. La sintomatología puede ser muy diferente, es más dificultosa de detectar y puede haber distintas drogas a la vez", admite el inspector jefe de la División de Investigación Viaria de los Mossos d'Esquadra, Francesc Parra, que destaca la formación de los agentes para detectar conductas.
Ahora bien, las infracciones que traspasan a la esfera penal son una parte pequeña de las intervenciones de la policía en seguridad vial, y la mayoría se saldan con una infracción administrativa. "Cuando imputan una conducta como delito es porque es grave. Son las que más nos preocupan, sobre las que ponemos más esfuerzo", dice Parra, que añade que con estos casos la tolerancia debe ser "cero". Según datos de los Mossos, estos casos han aumentado desde 2019, justo antes de la pandemia. En proporción, los que más han crecido son la conducción sin permiso (de 4.808 en 2019 a 7.278, un 51% más) y la negación a realizar pruebas de alcoholemia y drogas (de 1.262 a 1.980, un 56% más). También subieron un 21% los casos penales de conducir habiendo consumido alcohol o drogas (de 9.900 a 12.000).
Programas contra la reincidencia
Tanto las condenas que conllevan entrar en prisión como las que no se acompañan de programas orientados a evitar la reincidencia. Cuando es necesario, también se realiza un tratamiento por abuso de sustancias. En el caso de las medidas penales alternativas, el perfil mayoritario es el de un varón de entre 30 y 50 años, sin antecedentes, y con un "con un perfil criminológico de poco riesgo", explica la subdirectora de ejecución penal en la comunidad, Marta Ferrer. Los programas de tratamiento consisten en unas 30 horas de sesiones grupales para trabajar aspectos como el control de impulsos o ira al volante. "Por ejemplo, me emborracho para olvidar que he discutido con un amigo o la pareja y acabo conduciendo habiendo consumido. Se trabaja qué hacer cuando ocurre esto", dice.
También se centran mucho en la empatía con la víctima, como se hace en las cárceles con los condenados privados de libertad. "Para ellos, estas charlas son muy impactantes. Es tomar conciencia de que cuando corro demasiado pueden ocurrir cosas, puedo provocar un accidente", explica la responsable de la Unidad de Programas de Atención Especializada, Marian Martínez. También se trabaja la responsabilización: "No restar importancia al delito; que sean conscientes de que esto ha ocurrido porque ellos lo han permitido".