Tribunales

Shows sexuales, deudas de miles de euros y un suicidio: juzgan a un 'estafador de Tinder' que fingía ser una mujer

El acusado logró casi 27.000 euros de hombres pidiendo que llamaran a números de tarificación especial

Un chico con una aplicación de citas
30/10/2025
3 min

BarcelonaActuaba como una especie de estafador de Tinder, pero haciéndose pasar por mujer para engañar a hombres. La chica les pedía ayuda para desvincularse de una empresa de shows sexuales por webcam donde estaba forzada a trabajar, y para ello debían llamar a dos números de tarificación especial, que generaban facturas que en algunos casos eran equiparables a la nómina completa de los afectados o sus familias. El engaño seguía con los mensajes de un hombre, que se presentaba como responsable de la empresa de espectáculos sexuales y les reclamaba más llamadas para anular los cargos o evitar que los titulares de la línea –que en algunos casos eran los padres de los estafados– supieran que habían caído en el engaño. Al menos seis hombres realizaron llamadas o transferencias y perdieron, sumando entre todos, casi 27.000 euros. Uno de ellos, Àlex, se suicidó antes de que su madre recibiera las facturas que la dejaron endeudada.

El nombre que había detrás de estas líneas de teléfono, de los diferentes perfiles con distintas identidades en webs de citas y de la empresa que se beneficaba es el del hombre que ahora se sienta en el banquillo de los acusados ​​de la sección tercera de la Audiencia de Barcelona. Se expone a una condena por estafa y extorsión. La fiscalía reclama seis años de cárcel y la acusación particular, que representa a la familia de uno de los afectados, pide once. La madre y la hermana de Àlex han declarado este jueves, en la primera jornada del juicio, para explicar las amenazas y la extorsión que el joven recibió en los días anteriores a su suicidio. "Él no se suicidó porque sí, estaba agonizando con el tema, no supo cómo afrontarlo y decidió que se marchaba. Lo que quiero es justicia", ha dicho la madre al tribunal.

Álex rozaba los treinta años, tenía síndrome de Asperger y trabajaba en una empresa que emplea a personas con discapacidad. Cobraba cerca de mil euros mensuales, que en otoño de 2021 se esfumaron con "multas falsas", ha explicado su madre. Según el escrito de la acusación particular, al que ha tenido acceso el ARA, Àlex recibió "un entramado continuado de extorsiones" que le empujaban a transferir dinero para evitar una supuesta multa que se había generado a consecuencia de las llamadas al teléfono de tarificación especial.

Àlex llegó a enviar 500 euros, pero las reclamaciones en llamadas y mensajes de WhatsApp continuaron, y le amenazaban con una sanción de 6.000 euros si no hacía más transferencias. "Tranquilo, yo ya estaré muerto", acabó diciendo Àlex a su interlocutor, según añade el escrito de la acusación particular, que ejerce el abogado Marc Foix. Horas después de esta conversación, "la presión psicológica a la que fue sometido por este entramado de engaños, amenazas veladas, coacciones y chantajes derivó en el trágico suicidio" de Àlex.

Àlex denunció ante los Mossos d'Esquadra, acompañado de su madre, los cargos en su cuenta bancaria por estas "multas falsas". El testigo de la mujer ante el tribunal se ha centrado en ese momento y en cómo su hijo explicó que le habían amenazado. No fue hasta noviembre, tras la muerte de Àlex, que la mujer recibió la factura telefónica correspondiente al mes de octubre con "casi 24 horas" de llamadas a un número de tarificación especial. "Mi nómina había desaparecido, y en diciembre ocurrió lo mismo. Al final nos arruinamos", aseveró. En total fueron 2.400 euros en llamadas.

El acusado se desentiende

Los demás afectados que declararon en la primera jornada de juicio coincidieron a la hora de describir el engaño. Han explicado que cuando llamaban nunca había nadie en el otro lado de la línea, pero la petición de la chica era que mantuvieran la llamada el máximo tiempo posible. Después, un hombre contactaba con ella presentándose como responsable de la empresa de espectáculos sexuales. En algunos casos les decía que llamaran a otro número para anular los cobros, y en otros exigía envíos de dinero al extranjero. Uno de los afectados perdió 15.000 euros entre facturas y envíos.

El acusado permanece en prisión provisional desde mayo del 2024, donde entró tras ser deportado desde Perú. Las llamadas y los mensajes se relacionaron con la región del país donde él vivía, y finalmente se le pudo identificar. Luego, la policía peruana le detuvo y entregó a España para juzgarle. Durante su declaración ha justificado que tanto la empresa como las líneas telefónicas están a su nombre porque dos personas de confianza le pidieron que firmara por ellos a cambio de ayudarle a encontrar trabajos como albañilería. "Busqué el número de la empresa, incluso pregunté en dependencias policiales si era algo fraudulento. No vi nada extraño y firmé", ha dicho. Según asegura, todo el dinero que recibía lo retiraba en efectivo y lo entregaba a estas personas, y ha negado estar detrás de ninguno de los mensajes que recibieron los afectados.

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