Macrobarrio para 15.000 vecinos con la mitad de la vivienda de protección oficial
Cerdanyola del Vallès reactiva el proyecto de expansión en el entorno del Sincrotró, con un gran parque de 200 ha y un área empresarial
BarcelonaNo es fácil encontrar en medio de la densa trama metropolitana de Barcelona una extensión de terreno tan suculenta como esta. El llamado Parc de l’Alba, 400 hectáreas sin urbanizar en Cerdanyola del Vallès, haciendo frontera con Sant Cugat, reactiva el proyecto que lo tiene que transformar por completo en la próxima década. El consorcio impulsor que forman Incasòl y el Ayuntamiento de Cerdanyola prevén levantar un nuevo barrio con 5.733 viviendas potencialmente para unas 15.000 personas, ubicar una zona empresarial alrededor del Sincrotró Alba y crear un área comercial y un gran parque que ocupará 200 hectáreas.
El diseño del espacio ha necesitado décadas para concretarse –el proyecto ya figuraba en el Plan General Metropolitano (PGM) de 1976– y por el camino ha topado con los tribunales, que en 2017 anularon el Plan Director Urbanístico (PDU), denunciado por la entidad ecologista Cerdanyola Via Verda (ACVV). Finalmente, con modificaciones y con la luz verde tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat, el proyecto encara la fase final para licitar las primeras obras el año que viene y también comercializar las primeras parcelas entre empresas que se quieran implantar.
El futuro barrio, que continuará la trama urbana de Cerdanyola y crecerá hacia el entorno de la actual estación de Rodalies Cerdanyola Universitat, será una zona residencial con 5.733 viviendas, el 47% de ellas de protección oficial, según ha explicado la directora del Institut Català del Sòl (Incasòl), Mercè Conesa. La construcción se plantea a 10 o 15 años, vista como una opción para responder a la demanda de vivienda en el área metropolitana de Barcelona, ha añadido la también ex alcaldesa de Sant Cugat.
La zona comercial es seguramente uno de los puntos más espinosos del proyecto, y ha cambiado desde el planteamiento inicial, que proponía un gran centro comercial. La propuesta levantó polvareda, entre otras cosas, porque hay oferta similar en municipios cercanos, como en el mismo Sant Cugat. Ahora, el área comercial se plantea más pequeña, se situará cerca de la estación de Renfe y quiere integrarse con oficinas –un modelo inspirado en la Illa Diagonal a más pequeña escala–. A cambio, se ha ampliado el espacio dedicado al pequeño comercio situado en plantas bajas de las futuras promociones.
La implantación de empresas alrededor del Sincrotró Alba –que también prepara su ampliación– se quiere aprovechar de la proximidad con la UAB y sus centros de investigación así como del Parc Tecnològic, ha explicado el alcalde de Cerdanyola del Vallès, Carlos Cordón. "El proyecto es una oportunidad de país después de años de mucha lucha y gracias a la complicidad de todos los implicados", ha destacado el alcalde socialista.
Verde sobre el antiguo vertedero
Otro de los puntos del proyecto que levanta recelos entre entidades y movimientos vecinales es el que tiene que resolver la descontaminación de los terrenos del antiguo vertedero de Can Planas, clausurado hace años y sobre el cual ahora se ubicará parte del gran parque urbano. La Generalitat se ha comprometido a llevar a cabo los trabajos de sellado: "Se harán con un control exhaustivo", subraya Conesa, que destaca que las técnicas actuales permiten actuar con seguridad y "aprovechar el suelo como han hecho otros países". El corredor verde tiene que conectar los parques naturales de Collserola y de Sant Llorenç del Munt-Serra de l’Obac.
En cuanto a las infraestructuras, el futuro barrio residencial se dibuja teniendo en cuenta proyectos ferroviarios en el horizonte, pero que hoy por hoy son lejanos. La actual estación de Renfe Cerdanyola Universitat sería el nodo de un centro modal que conectaría el futuro ramal de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) desde la estación de Gràcia en Barcelona. Aparte, se licitarán dos servicios de lanzadora: uno unirá la estación de Rodalies con Cerdanyola y Ripollet y el otro con la estación de FGC de Sant Cugat.
Aparte, todos los futuros viales serán ciclables y estarán pensados para poderlos recorrer a pie. El segundo puente que une el Parc de l’Alba con la UAB se ampliará justamente para garantizar también el paso de peatones y bicicletas, y está previsto un gran aparcamiento disuasorio junto a la estación de tren.