Sociedad

Los hoteles y balnearios no podrán llenar las piscinas en situación de emergencia por sequía

El Gobierno prevé decretar la nueva fase el 30 de enero y duplica las ayudas en el mundo local

01. La piscina de Espolla donde trabajó durante dos veranos el pederasta confeso. 02. Mercè Garcia, monitora de la piscina de Figueres.
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BarcelonaLa paulatina y agónica bajada del nivel de los embalses, que actualmente se sitúa en torno a un 16,2%, obliga al Gobierno a prepararse para declarar la emergencia climática en los 202 municipios del área metropolitana de Barcelona y Girona que se nutren del Sistema Ter-Llobregat y que es donde vive la mayoría de la población catalana. Un escenario que, después de dilatarlo lo máximo posible, el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes, sitúa por ahora en la última semana de enero, concretamente el martes día 30.

La entrada a esta nueva fase (que tiene tres grados de gravedad) comportaría aplicar severas restricciones, como limitar el consumo de agua a 200 litros por habitante y día (en la fase 2 de la emergencia bajaría a 180 litros por persona y día, y en la fase 3, a 160), rebajar el caudal ecológico de los ríos y restringir las duchas en algunas instalaciones deportivas. Estas primeras medidas que el ejecutivo ya anunció en diciembre y que se aprueban en la reunión del consejo ejecutivo de este martes se han ido desgranando en el sector en las últimas horas, pero se añadirán nuevas: por ejemplo, cuando se decrete la fase de emergencia, los hoteles y balnearios no podrán rellenar las piscinas. Tampoco podrán rellenarse las piscinas de uso comunitario.

"El plan especial de sequía del año 2020 ya prohíbe llenar todas las piscinas. Nosotros ahora hacemos una excepción para permitir el deporte pensando sobre todo en los jóvenes y los niños, pero poniendo unas condiciones", ha advertido en rueda de prensa el consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort. En este sentido, el conseller ha sido claro: las piscinas que están preparadas para seguir funcionando sin necesitar más agua se podrán mantener abiertas, pero en ningún caso se podrán llenar ni rellenar (salvo en los casos excepcionales ya explicados).

Los usos lúdicos del agua son los que han generado más debate en plena crisis por la sequía, por ejemplo en el caso de las pistas de hielo no artificial que han proliferado esta Navidad. También el consumo de agua que realiza el turismo. Por el momento, los datos que ofrece la administración no desgranan la diferencia entre el gasto de los ciudadanos y el que hacen los visitantes, aunque el de los visitantes podría ser muy superior.

En cuanto a las medidas que ya se aprueban este martes, y que deben servir para preservar al máximo el estado de los embalses a pesar de los límites a la actividad económica que implican, se irán graduando en función de la gravedad de la emergencia.

Riego con agua freática y piscinas de uso deportivo

De acuerdo con la primera modificación del Plan, el Govern permitirá el riego de jardines y zonas verdes públicas con agua regenerada o freática con el objetivo de asegurar la supervivencia de los refugios climáticos en la ciudad. De hecho, la ciudad de Barcelona ya se está preparando para estas restricciones y pretende regar el arbolado con agua del subsuelo, con la intención de intentar minimizar el impacto sobre el verde de la ciudad. Así pues, queda prohibido utilizar agua potable para regar, salvo en el riego público de supervivencia de carácter singular o monumental.

Del mismo modo, se autorizará el riego para deportes federados, también únicamente con agua regenerada o freática que no compita con el abastecimiento. Sin embargo, en este caso el Gobierno distingue entre la fase 1 y 2 de la emergencia. En la fase 1, en la que entraríamos este enero, es necesario calcular el volumen del consumo del riego y compensarlo reduciendo el gasto de agua dentro de las instalaciones deportivas. Por ejemplo, cerrar las duchas, utilizando pulsadores que permitan ahorrar o, si la instalación tiene un bar, utilizando menos agua. En la fase 2 también deberían llevarse a cabo estas medidas compensatorias, pero entonces sí que sería obligatorio cerrar las duchas. Si se llegara a la fase 3, el riego quedaría completamente prohibido.

El Govern también permite rellenar las piscinas, pero no todas. En este sentido, sólo contempla rellenar las piscinas cubiertas inscritas en el Censo de Equipamientos Deportivos de Cataluña, así como los descubrimientos utilizados durante todo el año para la práctica de deporte federado. En ambos casos debería compensarse el consumo de agua con medidas de ahorro dentro del equipamiento, pero, además, las piscinas descubiertas estarían obligadas a cerrar las duchas, ya que gastan más agua en evaporación. Hay que tener en cuenta que las piscinas comunitarias, las de los hoteles, los campings y los balnearios no están incluidas en ninguna de las dos categorías, y, por tanto, no se podrían rellenar cuando se apruebe la emergencia.

Asimismo, el Gobierno prohíbe las pistas de hielo temporales o de uso lúdico, las duchas y las instalaciones para la limpieza de pies en las playas, y los actos lúdicos como fiestas de la espuma o juegos de agua. Ante la dificultad que puede suponer controlar qué establecimientos están cumpliendo o no con la normativa, Mascort también fue contundente: "El responsable de controlar el cumplimiento es el titular del servicio que suministra agua a los establecimientos, es decir, los ayuntamientos".

Reducción de los caudales de emergencia

Las nuevas medidas también incluyen una reducción del caudal ecológico en los ríos Muga, Ter y Llobregat, con el objetivo de disponer más agua en los embalses de las cuencas internas. En estos tres ríos se proponen nuevos caudales mínimos en tres tramos: en el del Llobregat en Sant Joan Despí, se propone un nuevo caudal de 500 litros por segundo a 250 litros por segundo; en el Ter, de 2.000 a 600 litros por segundo desde el Pasteral hasta su desembocadura y, en la Muga, de 135 a 40 litros por segundo, desde Pont de Molins hasta el mar. Aparte de estas modificaciones, y con el objetivo de mantener el equilibrio medioambiental del río, habrá momentos puntuales en los que se soltará más agua, maniobra conocida como hidropuntas, que se haría dos veces por semana y durante seis horas en cada maniobra.

La fase de emergencia también incluye restricciones a las actividades económicas: los grandes proyectos turísticos, económicos, industriales y urbanísticos del país que requieran un gran consumo de agua tendrán que esperar. El Govern permitirá que se hagan los trámites, pero no se podrán poner en marcha mientras esté activa la situación de emergencia.

Por otra parte, este martes el Gobierno también ha aprobado aumentar de 90 a 200 millones las ayudas para ayudar a los entes locales a hacer frente a la sequía. Con este incremento, la Generalitat habrá destinado más de 550 millones de euros para combatir la falta de agua desde que en 2021 se activó el Plan Especial de Sequía. Esta inversión incluye 160 millones de euros en ayudas al campesinado afectado por la sequía para que "todo el mundo en el campo pueda continuar con su actividad pese a ser una pésima campaña por culpa de la falta de agua". También se destinan 168 millones de euros en la modernización de regadíos.

Se doblan las ayudas al mundo local: de 90 a 200 millones
  • 120 millones para reparar escapes

    El pasado julio la Agencia Catalana del Agua (ACA) convocó una línea de ayudas para ayudar a reparar las fugas de las redes municipales y mejorar la eficiencia de sus redes. Desde entonces la ACA ha recibido un alud de solicitudes de más de 700 ayuntamientos y entes locales. Por ello, se ha decidido aumentar la inversión de esta línea de ayudas y pasar de los 50 millones de euros iniciales hasta una asignación definitiva de 120 millones.

  • 80 millones en ayudas para la mitigación y adaptación al cambio climático

    Se duplican las ayudas para la mitigación y adaptación al cambio climático y se pasa de 40 a 80 millones de euros. Estas subvenciones se destinarán de forma prioritaria a proyectos para una gestión más eficiente del agua como puede ser la redacción de planes de emergencia. Un 50% de los proyectos presentados contemplan acciones relacionadas directamente con la sequía.

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